(CNN Español) – La centenaria controversia entre Venezuela y Guyana por la soberanía del Esequibo, el territorio del noreste de Sudamérica de casi 160.000 km2 con salida al océano Atlántico, ubicado entre las desembocaduras de los ríos Orinoco y Esequibo, ha reavivado en las últimas semanas las tensiones entre Caracas y Georgetown.
¿La razón? El Gobierno de Nicolás Maduro llevó adelante un referendo para, según dice, reafirmar sus derechos sobre esa zona, que actualmente controla Guyana y que Venezuela asegura que le despojaron en 1899 en el Laudo Arbitral de París, que calificó como nulo e “írrito” al denunciar en 1962 ante la ONU supuestos vicios en el procedimiento.
El referéndum del domingo, en gran medida simbólico, preguntaba a los votantes si estaban de acuerdo con crear un estado venezolano en la región del Esequibo, otorgar la ciudadanía venezolana a su población e “incorporar ese estado al mapa del territorio venezolano”. Los votantes eligieron el “sí” en más del 95% de las ocasiones en cada una de las cinco preguntas de la papeleta, según informó el Consejo Nacional Electoral venezolano.
La zona, de hecho, corresponde a las dos terceras partes del territorio de Guyana, por lo que una “anexión” de Venezuela, como la ha llamado Georgetown, supondría una amenaza existencial para el país caribeño.
La región es apetecida por la gran cantidad de recursos minerales. Allí hay gran presencia de bauxita, oro, diamantes y manganeso, según el Gobierno de Venezuela, y “se sospecha”, dice Caracas, que hay “importantes reservas de uranio, petróleo y gas natural”.
Guyana rechazó el referendo y le pidió a la Corte Internacional de Justicia que emitiera una orden de emergencia para detener la consulta popular. La corte ordenó al régimen de Maduro abstenerse de tomar medidas que agraven el diferendo sobre el Esequibo.
Para Georgetown, las acciones de Caracas son “un ejemplo de manual de anexión”, reportó Reuters.
El conflicto está latente y las tensiones van en aumento, puesto que Venezuela habla de “despojo” del área y Guyana dice que su vecino anexaría el territorio que por derecho le pertenece, en una clara violación al derecho internacional, según el Gobierno del presidente Irfaan Alí.
Pero ¿qué está detrás de este diferendo?
Un interés renovado
“En estos últimos diez años es la primera vez que esto se vuelve un tema caliente”, dijo a CNN desde Caracas, Venezuela, Phil Gunson, analista sénior del International Crisis Group, un centro de pensamiento sobre la prevención de conflictos, que en los últimos años ha empezado a investigar este conflicto que estuvo dormido durante años.
Según Gunson, era mucho más interesante para el gobierno de Maduro mantener alianzas con Cuba o con el Movimiento de Países No Alineados, al que pertenece Guyana, que perseguir el reclamo sobre el Esequibo.
Gunson se refiere a la política exterior impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez desde 1999. Chávez dio especial preponderancia a la diplomacia petrolera, el término que define el uso de la ingente reserva de crudo del país sudamericano para apuntalar sus intereses estratégicos. Chávez creó en 2005 Petrocaribe, un acuerdo con 17 países del área del Caribe para vender petróleo venezolano a crédito y bajo interés. Y Guyana estaba entre los países beneficiarios.
Pero con el desplome de la actividad económica del país sudamericano entre 2013 y 2021 -la economía perdió más de tres cuartas partes de su tamaño en ese tiempo- el Gobierno de Maduro ha puesto los ojos en las riquezas concentradas en el llamado Arco Minero, una zona rica en minerales localizada en el suroriente de su país, para intentar obtener los recursos que ha perdido con la caída de la producción petrolera, y tampoco ha perdido de vista lo que sucede en Guyana, un país pobre cuyas vastas reservas de petróleo se descubrieron en 2015 en aguas que también reclama Venezuela.
Petróleo y Exxon Mobile
Venezuela reconoce que el conflicto con Guyana “se avivó” en 2015 cuando la petrolera estadounidense Exxon Mobil anunció el descubrimiento de un primer yacimiento en el océano Atlántico. Guyana dio entonces el aval a ExxonMobil para extraer petróleo. Venezuela protestó.
Según los cálculos preliminares, el yacimiento contendría un caudal de petróleo y gas doce veces más valioso que toda la producción económica del país. En ese momento Exxon Mobile anunció que el pozo Liza-1 podría albergar el equivalente a más de 700 millones de barriles de petróleo.
En mayo de 2023, Exxon Mobil y dos socios reportaron ganancias por US$ 5.800 millones en 2022 por cuenta de la producción de petróleo frente a las costas de Guyana, reportó Reuters.
Poco antes, en un reporte de julio de 2022, la consultora Rystad Energy afirmó que la producción de petróleo y gas de Guyana “iba viento en popa”, y que los ingresos gubernamentales provenientes de la producción nacional podrían acercarse a los US$ 7.500 millones anuales en 2030.
En los últimos 20 años, el PIB per cápita de Guyana ascendió de US$ 955 en 2002 a US$ 18.989 en 2022, según datos del Banco Mundial.
Guyana pasó entonces de tener una producción de petróleo “antes inexistente” y de formar parte de los acuerdos de suministro de petróleo apuntalados por Venezuela a producir miles de barriles de petróleo y las perspectivas son mejores, de acuerdo con los estimados del presidente Irfaan Alí.
“La cuenta corriente de la balanza de pagos aumentó gracias a la exportación de crudo, que en 2020 representó el 41% de las exportaciones”, dice un reporte de la Organización Mundial del Comercio de enero de 2022.
Rystad Energy estima que Guyana recaude US$ 4.200 millones anuales hasta 2025 alcance los 4.200 millones anuales y que para 2040 pueda cosechar ganancias de US$ 157.000 millones de dólares. La proyección es muy ambiciosa: se prevé que Guyana produzca 1,7 millones de barriles de petróleo por día para 2035 lo que podría ponerla entre los primeros puestos de la lista de los mayores productores mundiales de petróleo en alta mar, superando a Estados Unidos. México y Noruega, según la consultora.
Mientras Venezuela, en vísperas de un año electoral, anuncia que quiere “recuperar” esta región, Guyana lucha por garantizar su integridad territorial “en todo momento, incluso después del 3 de diciembre”, según el Gobierno de ese país.
“No veo en este momento la intención de llegar a un conflicto abierto” con Guyana, afirma Gunson.
Nota del editor: este artículo fue actualizado tras el referendo del domingo 3 de diciembre.