(CNN) – Es la “torre inclinada” que se ha mantenido en pie, torcida pero constante, durante casi 1.000 años. Pero ahora, los días de la torre Garisenda en Bolonia, Italia, podrían estar contados. Tras unas investigaciones del mes pasado, la ciudad está impulsando un plan de protección civil para el “colapso repentino e inesperado de la torre”, que ha dominado el horizonte de Bolonia desde el siglo XII.
Se levantará un cordón metálico de protección para “contener los escombros resultantes de un posible derrumbe, reducir la vulnerabilidad de los edificios circundantes y la exposición de la población, así como bloquear el acceso a la zona prohibida”, dijo el ayuntamiento en un declaración.
El cordón estará fijado al suelo, e incluirá redes de protección especialmente diseñadas contra caídas de rocas, que también son metálicas y estarán ancladas al suelo.
La advertencia de un posible colapso fue emitida en un informe de 27 páginas, compartido con CNN, por el comité científico que monitorea el sitio desde 2019.
Pone el lugar en “alerta máxima” y afirma que los expertos “consideran que ya no existen condiciones de seguridad para operar en la torre o sus alrededores, excepto en el marco de un plan de protección civil”.
El monitoreo del sitio durante el último mes ha revelado una “tendencia inesperada y acelerada” de compresión “aplastante” en la base de la torre, con desintegración gradual de la piedra utilizada para revestir la base y grietas que se expanden en el ladrillo de arriba, dice.
Los trabajos de consolidación que ya estaban en marcha se han detenido y se construirá una zona de exclusión “lo más rápido posible”.
Sin embargo, la torre no está al borde del colapso inmediato, dijo un portavoz a CNN.
“Estamos actuando como si fuera el peor de los casos, pero eso no quiere decir que vaya a suceder”, dijo, y agregó que las precauciones se encuentran actualmente en alerta “amarilla” en lugar de roja, donde el colapso es inminente.
“Estamos actuando como si estuviera a punto de colapsar, pero nadie sabe cuándo podría ser: podrían ser tres meses, 10 años o 20 años”.
“Si hubiera un riesgo inminente de colapso, evacuaríamos a todos”, dijo, y agregó que el equipo de monitoreo proporciona lecturas cada 15 minutos, lo que significa que deberían recibir una advertencia de un colapso y podrían evacuar el área circundante.
Una oda de Dante
Una de las famosas “torres gemelas” de Bolonia que domina el centro de la ciudad, la Garisenda de 48 metros (158 pies) fue construida en el siglo XII, cuando Bolonia era un mini Manhattan, con docenas de torres que se elevaban hacia el cielo, cada una construida por familias locales tratando de construir la suya más alto que la anterior. Hoy quedan pocas. De las que sí quedan, a muchas les han cortado la parte superior y las han convertido en casas normales.
La Garisenda se inclina en un ángulo de cuatro grados, solo un poco más vertical que los cinco grados de la Torre Inclinada de Pisa. Ya estaba inclinada a principios del siglo XIV cuando Dante escribió “Inferno”, en el que describe la mareante sensación de mirar hacia el lado inclinado de Garisenda. Acortada en años posteriores, se encuentra en el centro de la ciudad, junto a Asinelli, una torre del doble de altura a la que los turistas podían subir hasta el mes pasado.
El alcalde de Bolonia, Matteo Lepore, ordenó que se bloqueara el área alrededor de las torres en octubre, aunque la medida para aislarlas fue por razones de investigación, más que de seguridad. Se colocaron sensores acústicos alrededor de Garisenda para monitorear los crujidos, y se instaló un péndulo en ambas torres para rastrear el movimiento y ver si la “oscilación” regular superaba un cierto umbral.
Esa investigación ahora ha encontrado no solo una mayor compresión en la base de la torre, sino que la inclinación de la torre ha comenzado a desplazarse 90 grados, desde una dirección este o sureste hacia el sur.
Las condiciones han ido empeorando constantemente desde julio, afirmó un portavoz de la administración local.
“Condición inevitablemente crítica”
Desde 2020 se ha observado una desintegración gradual de la roca adherida a la base, así como grietas verticales en los ladrillos que forman la torre, pero ahora han empeorado.
El informe, publicado el 15 de noviembre, confirma que la torre ha estado en una “condición inevitablemente crítica durante algún tiempo” y sugiere que intervenciones anteriores, incluido un “aro” de varillas de acero y cables alrededor de la base en 2020, agravaron la situación.
“Lamentablemente la situación general ha empeorado considerablemente, con implicaciones preocupantes para la estabilidad general de la torre”, se lee en el informe.
“La tendencia inesperada y acelerada lleva al comité a suspender inmediatamente todas las actividades actualmente en curso (especialmente la consolidación) y a poner el sitio en alerta máxima. [El comité cree] que ya no existen condiciones de seguridad para operar en la torre o sus alrededores, excepto en el marco de un plan de protección civil”.
Los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las altas temperaturas de este verano y las inundaciones de principios de este año, también parecen haber influido, según el portavoz de la administración local.
Alerta roja
Los materiales para el cordón protector se entregarán en un lugar cercano a la torre en las próximas semanas y las obras finalizarán en febrero, según el ayuntamiento.
Pero cualquiera que esperaba que el cordón encajara con los edificios medievales que lo rodeaban se sentirá decepcionado por las imágenes del diseño, que muestran barreras de color rojo brillante alrededor de la Garisenda. Sin embargo, es de esperar que sea solo temporal: el informe estipula que cualquier medida contra el colapso debe ser reversible.
El portavoz municipal afirmó que una vez instalado el cordón se emprenderán nuevas investigaciones en dos fases: primero para encontrar una solución que estabilice la torre y luego para resolver el problema de fondo.
Dijo que la primera fase podría significar la creación de una “jaula” metálica para la estructura. La segunda fase está causando más debate.
“Algunos dicen que la desmantelemos, rehagamos la base y la reconstruyamos. Otros dicen que la recortemos [la propia torre] como se hacía en la época medieval. Todas estas son hipótesis que estamos estudiando: la torre tiene casi 1.000 años y no existe un libro de reglas”, dijo.
Las obras no serán baratas: tan solo el cordón costará 4,4 millones de euros (unos US$ 4,8 millones), y cualquier trabajo de estabilización costará “millones y millones”, afirmó el portavoz. El ayuntamiento ha creado una recaudación de fondos en línea con el objetivo de recaudar 3 millones de euros. Ya ha recaudado 800.000 euros en una semana.
“Las torres gemelas son uno de los símbolos de la ciudad, junto con los pórticos [protegidos por la Unesco]”, dijo el portavoz.
“No se trata solo de salvar un sitio patrimonial; también tiene un valor simbólico muy fuerte”.