(CNN) – Hacía apenas unas horas que Isis Woods había conocido a Michael Bradford cuando le envió un mensaje de texto a su madre, presa de la emoción.
“Mamá, conocí a mi marido”, escribió con el teléfono en una mano y un cóctel en la otra.
“¿Estás borracha?”, respondió la madre de Isis.
“Sí”, dijo Isis. “Y acabo de conocer a mi marido”.
Era el otoño de 2018 e Isis, que entonces tenía 23 años, estaba de vacaciones en Puerto Rico, disfrutando de lo que ella llama su “primer viaje adulto”.
Viajaba con su mejor amiga, que acababa de graduarse de la universidad. Isis, estudiante de magisterio, casi había terminado también sus estudios, y las dos amigas decidieron que se merecían un momento para celebrarlo y explorar algún lugar nuevo.
Se decidieron por Puerto Rico como destino de vacaciones porque era fácil volar hasta allí desde su casa de Atlanta, Georgia, pero además porque era un lugar que prometía muchas cosas para ver y hacer.
Las amigas llegaron al archipiélago caribeño dispuestas a tomar el sol en la playa, ir a bares y comer bien. El viaje tuvo un comienzo difícil cuando vieron que su departamento en Airbnb no se parecía en nada al anuncio, pero la amiga de Isis salvó la situación, al usar sus puntos de hotel para reservar una estancia de última hora en el lujoso La Concha Renaissance San Juan Resort, frente a la playa.
Mientras Isis contemplaba la playa frente al hotel, sintió que se relajaba y que entraba en modo vacacional.
“Nos sentíamos tan elegantes”, dice hoy Isis a CNN Travel.
Después de deshacer las maletas en La Concha, llamó a su hermana para ponerla al día del viaje, contarle lo de la mejora del alojamiento y hablarle de sus primeras impresiones de Puerto Rico.
Su hermana mencionó que un chico que conocía de la universidad también estaba en San Juan de vacaciones.
“¿Hay algún festival o algo por el estilo ahora mismo?”, le preguntó a Isis; parecía una coincidencia que dos personas que conocía estuvieran de vacaciones en el mismo lugar al mismo tiempo.
“No, no lo creo”, dijo Isis. “Supongo que coincidimos”.
Más tarde, preparándose para la noche, Isis empezó a sentirse un poco nerviosa por salir a un lugar nuevo con la única compañía de su amiga. Recordó que su hermana había mencionado al chico que conocía y empezó a preguntarse si tal vez podrían ir con él y sus amigos, al menos al principio de la noche.
Isis envió un mensaje a su hermana, preguntándole si podía pasarle el número de su amigo “solo para que pudiéramos quedar, sentirnos seguras, salir con un grupo”.
“Y entonces, ella le envió un mensaje privado”, recuerda Isis. “No sé exactamente lo que dijo. Pero sigue diciéndome que va a imprimirlo en una camiseta, solo para demostrar que ella es la que nos juntó”.
Ese amigo de la universidad de la hermana de Isis era, por supuesto, Michael Bradford.
“Como de película”
Cuando Michael recibió el mensaje de la hermana de Isis, su actitud fue simplemente: “Cuantos más, mejor”. Estaba en sus vacaciones anuales con varias personas, su mejor amigo entre ellos.
“Me dije: ‘Sí, adelante. Ya la estoy pasando bien con mis amigos’”, cuenta Michael hoy a CNN Travel.
Michael y la hermana de Isis formaban parte del mismo grupo de amigos en la universidad, así que estaba intrigado por conocer a Isis. Pero mientras intercambiaban números y hablaban de planes, nadie se planteó la idea de que pudiera estar a punto de encenderse una chispa romántica.
Isis echó un vistazo a la cuenta de Instagram de Michael por curiosidad, pero no quedó muy impresionada.
“Me dije: ‘Este chico parece tonto, uno de esos que solo quieren llevar shorts cortos y camiseta ajustada para ligar’”, recuerda.
Pero cuando Isis llamó por teléfono a Michael para confirmar los planes, su impresión de él cambió.
“Cuando hablamos por teléfono, parecía un joven amable”, dice.
Por teléfono, también se produjo una conexión “instantánea”, como dice Michael.
“Los dos estábamos muy, muy cómodos el uno con el otro”, dice.
Quedaron en encontrarse en un restaurante de San Juan para cenar esa noche.
El momento en que Isis entró en el restaurante y Michael la vio por primera vez fue, dice, “como de película”. Llevaba un vestido azul brillante y destacaba en el lugar. Se sintió inmediatamente atraído por ella.
“Oh, dios”, pensó.
Isis y su amiga se sentaron y se presentaron. A Isis enseguida le cayó bien Michael, pero sus amigos estaban bastante callados al principio.
Durante la primera parte de la velada, Isis y su amiga estuvieron enviándose mensajes de texto subrepticiamente al otro lado de la mesa: “Esta gente es rara”.
“Al final empezaron a animarse”, dice Isis. “Pero en ese momento, Michael y yo estábamos hablando de verdad”.
Isis y Michael habían terminado sentados uno al lado del otro y, al cabo de un rato, Isis había dejado de prestar atención a nadie más. Solo estaba centrada en Michael y él solo tenía ojos para ella.
Se unieron por un interés común en el comercio, descubriendo que ambos estaban interesados en el seguimiento de acciones y participaciones.
“Recuerdo que esa fue la primera conversación realmente interesante que tuvimos”, dice Michael. “Y luego empezamos a hablar de emprendimientos… y a hablar un poco de todo”.
Isis hablaba de que le encantaba enseñar, pero también de que quería inspirar a la gente de otras maneras, y tal vez montar su propio negocio algún día.
“Lo que eso me dijo fue: ‘Eres adaptable, aceptas el cambio, aceptas una mentalidad de crecimiento’”, dice Michael.
Isis y Michael no dejaron de hablar en toda la velada. Esa misma noche, Isis envió un mensaje de texto a su madre. Estaba encantada. Y Michael también.
Los dos pasaron el resto de su estancia en Puerto Rico juntos, reuniendo a sus grupos de amigos cada día.
“Acabamos yendo a la fábrica de Bacardí, que está por allí, y haciendo turismo y cosas juntos”, recuerda Isis.
Sus amigos eran muy conscientes de su creciente conexión. Mientras exploraban Puerto Rico, los amigos de Michael se ofrecían a tomarles fotos.
“Son para el recuerdo”, decían.
El último día, el grupo salió a desayunar juntos y la amiga de Isis fue directa al respecto:
“¿Qué se siente al haber conocido a tu marido y a tu mujer en un viaje?”, preguntó, con una ceja levantada.
“Oye, por favor. Solo nos la estamos pasando bien”, recuerda haber contestado Isis.
Aunque Isis estaba convencida de que Michael formaría parte de su futuro, también intentaba gestionar sus propias expectativas. Ella regresaría a Atlanta, mientras que Michael volaba de vuelta a Washington. Tendrían que intentar mantenerse en contacto a través de varios cientos de kilómetros.
Mientras subía al taxi del aeropuerto, Michael prometió llamarla en cuanto ambos estuvieran en casa.
“Recuerdo que pensé: ‘bueno, no tienes por qué hacerlo, no hay que crear expectativas’”, recuerda ella. “Eso se esfumó totalmente, en mi cabeza, para cuando empezamos a hablar al volver a casa”.
Unidos
Al cabo de un mes, Isis llamaba a Michael y le preguntaba: “¿me vas a pedir oficialmente que sea tu novia?”.
Michael también quería comprometerse. Su encuentro de vacaciones estaba predestinado.
Pero la hermana de Isis no estaba muy convencida.
“Me dijo: ‘no puedo creer que vayas a Puerto Rico y te enamores de mi amigo’. Y yo le dije: ‘¿por qué estás tan enfadada?’”
“Me dijo que pensaba que yo era una devoradora de hombres, cosa de la que no tenía pruebas. Pero pensó que iba a hacerle daño”.
Isis se sintió frustrada por la reacción de su hermana en aquel momento, pero hoy es más generosa.
“Mirando hacia atrás, de nuevo, es mi hermana, así que conoce todo mi historial de relaciones. Sabe que me separo de la gente con facilidad. No confiaba mucho en los hombres, antes de Michael”.
Por su parte, la madre de Isis, una vez que confirmó que el mensaje de texto de las vacaciones no era solo un mensaje de borrachera, se alegró por su hija.
“Fue muy gracioso, esperaba que mi madre estuviera más preocupada y que mi hermana fuera la que estuviera encantada”, dice Isis. “Mi madre era la que estaba en la luna”.
“Sigue adelante. Entrará en razón”, aconsejó a su hija. Y al final, tras un par de meses enfrentadas, las hermanas se sentaron y tuvieron una conversación en condiciones sobre la relación de Isis.
Isis dejó claro que iba en serio con Michael, y su hermana aceptó la relación. A partir de entonces, no hizo más que apoyarla.
Durante todo este tiempo, Isis y Michael mantuvieron una relación a distancia. Intentaban quedar una vez al mes, pero no era fácil.
“Los dos teníamos muchas ganas de vernos más de lo que podíamos”, dice Isis.
La pareja empezó a hablar de mudarse juntos a algún lugar nuevo y se decidieron por Dallas, Texas, donde se mudaron en 2019. Los dos estaban entusiasmados con este paso, pero al principio decidieron vivir por separado: Isis y Michael querían tantear el terreno de estar juntos en una nueva ciudad antes de firmar un contrato de alquiler conjunto.
En marzo de 2020, se suponía que se embarcarían en unas vacaciones de regreso a Puerto Rico. Sin embargo, la pandemia de covid-19 arruinó los planes, cancelaron sus vuelos y se refugiaron juntos en el departamento de Michael.
Vivir juntos de repente fue una “experiencia de aprendizaje” para ambos, pero sobre todo fue “algo bueno”, como dice Michael. A medida que la pandemia retrocedía, la pareja estaba más unida que nunca.
Un compromiso sorpresa
Incluso antes de conocerse, Isis y Michael sabían que querían casarse algún día. Y a medida que su relación se desarrollaba durante los dos años siguientes, ambos sabían que el matrimonio era el siguiente paso.
Sin embargo, cuando Michael le propuso casamiento, Isis no se lo esperaba.
Era abril de 2022 y se suponía que la pareja se dirigía a un almuerzo organizado por uno de los amigos de la infancia de Michael.
Isis acababa de regresar de un viaje de trabajo y no se encontraba muy bien. Se había levantado cansada, sufría de migraña y buscaba escaparse del compromiso social.
“No quiero ir”, le dijo a Michael.
“No podemos cancelarlo”, dijo él, inflexible.
“Estás ignorando el hecho de que me duele la cabeza”, dijo Isis, molesta. “Estás anteponiendo esta fiesta a mi bienestar”.
Michael, con cara de pánico, no cedió, limitándose a decir que le había prometido a su amigo que estarían allí.
“Y así me voy. Y en mi cabeza pienso: ‘No sé por qué esto es tan importante para él, pero si es tan importante, me voy a callar. Me voy a tomar mi Tylenol y voy a ir’”, recuerda hoy Isis.
Cuando llegaron, seguía sin enterarse de nada. Solo empezó a preguntarse qué estaba pasando cuando bajaron del auto y todo estaba en silencio.
“Esta es una fiesta muy tranquila”, pensó Isis.
Cuando se abrió la puerta, la casa estaba llena de los seres queridos de Isis.
“Hubo un segundo en el que me quedé congelada y pensé: ‘Oh, ¿por qué está aquí mi hermana? ¿Por qué está aquí mi madre? Y entonces rompí en llanto, porque me di cuenta”, dice Isis.
Michael había reunido allí a todos los amigos y familiares de Isis para que presenciaran el momento en el que le pidió que pasaran juntos el resto de sus vidas.
“Fue un día precioso”, dice Isis.
Isis y Michael se casaron cinco meses después, en octubre, en Las Vegas. Ella adoptó el nombre de él, convirtiéndose en Isis Bradford.
La pareja comenzó con planes para mantener celebraciones pequeñas, pero al final más de 100 de sus amigos y familiares se unieron a ellos para celebrar.
El banquete tuvo lugar en la Skyline Terrace Suite del MGM Grand Hotel.
“Fue bonito, porque estábamos todos bailando con el horizonte de Las Vegas a nuestras espaldas”, dice Isis.
El destino de la boda era apropiado para una pareja que se había conocido en vacaciones. Además, a Isis y Michael les gustaba la idea de inspirar a otras personas a hacer un viaje.
“Me gustó mucho que la gente viniera por nosotros y que se quedaran a pasar unas vacaciones en familia, o se quedaran para una reunión de amigos”, dice Isis.
“Fue genial”, coincide Michael.
Para su luna de miel, Isis y Michael eligieron un viaje en crucero que empezaba y terminaba en Puerto Rico, “donde comenzó nuestra historia”, como dice Michael.
“Fue un poco nostálgico”, dice.
Vivir la vida en equipo
Paseando de la mano con Michael por San Juan, Isis dice sentirse “muy agradecida”, sobre todo por el hecho de haber encontrado a “alguien haciendo algo que me gustaba y que le gustaba a él”.
“Nuestro interés común es viajar, nos encanta viajar, nos encanta conocer otras culturas”, coincide Michael. “Y esta es ahora mi compañera de viaje para siempre”.
La pareja también está unida en su compromiso con sus carreras. Hoy, Isis es empresaria y estratega de marketing digital con su propio negocio, mientras que Michael hace planificación y análisis financiero para una empresa de tecnología.
“Tener una esposa tan creativa e innovadora genera conversaciones que invitan a la reflexión y me permiten añadir algo de color a mi visión en blanco y negro de la planificación financiera”, dice Michael.
“Secundo a Michael”, dice Isis. “Soy una soñadora y él hace que mis grandes ideas se vuelvan factibles”.
La pareja cree en “labrar tu propio destino”, tanto en el trabajo como en las relaciones y en la vida en general.
“Creo que casarnos es como manifestar esos sueños y objetivos”, dice Michael.
Isis dice que siempre se aferra a la idea, ante todo, de que ella y Michael están “en el mismo equipo” en todo lo que hacen.
Antes de casarse, la pareja decidió ir a terapia prematrimonial, que ellos describen menos como un “por qué” y más como una decisión de “por qué no”.
Lo que más aprendieron de esas sesiones fue que el amor es una “elección”.
“Yo elijo amarte y tú eliges amarme”, dice Michael. “Y cada día tenemos que volver a elegir”.
“Elegirnos el uno al otro una y otra vez”, añade Isis.
“Creo que tener esa mentalidad fue muy importante. Porque así es como vamos a seguir creciendo, aprendiendo y amándonos”, dice Michael.
Nota del editor: este artículo fue publicado originalmente el 2 de septiembre de 2023.