(CNN) – El partido populista polaco Ley y Justicia (PiS) perdió un voto de confianza, poniendo fin a ocho años de gobierno y allanando el camino para que el líder de la oposición, Donald Tusk, tome el poder, según la agencia de noticias nacional polaca PAP.
Un total de 190 diputados votaron a favor del Gobierno, mientras que 266 votaron en contra durante la votación celebrada este lunes en la Cámara baja de Polonia, el Sejm.
Según PAP, se espera que el Sejm designe a Tusk, expresidente del Consejo Europeo y líder del partido Plataforma Cívica, como candidato a primer ministro a última hora de este lunes.
Se espera que Tusk lidere un Gobierno de coalición compuesto por los tres partidos de la oposición polaca: el partido Coalición Cívica, el partido Nueva Izquierda y el partido Tercera Vía.
Si es nominado, Tusk presentará su programa de gobierno a la Sejm este martes, antes de someterse él mismo a un voto de confianza.
Si supera la votación, Tusk podría jurar su cargo el miércoles, según PAP.
El partido PiS introdujo una serie de cambios de gran alcance en las leyes y las instituciones gubernamentales de Polonia, que a menudo suscitaron las críticas de la Unión Europea.
Del ascenso al poder en 2015 a perder el gobierno en 2023
El PiS había orquestado una transformación antiliberal de Polonia desde que llegó al poder en 2015, haciéndose con un mayor control del poder judicial, los medios de comunicación públicos, las instituciones culturales y las empresas del país, y reprimiendo los derechos de los migrantes, las mujeres y las personas LGBTQ+.
Pero en las elecciones de octubre no logró un tercer mandato sin precedentes, en una votación en la que predominaron el coste de la vida, la guerra en Ucrania y el lugar de Polonia en Europa.
El PiS obtuvo más escaños que ningún otro partido, y el presidente del país, Andrzej Duda, afín al PiS, dio al partido todas las oportunidades para formar gobierno, a pesar de que todos los demás grupos insistieron en que no aceptarían gobernar a su lado.
Tusk, que ocupó el cargo de primer ministro de Polonia durante dos legislaturas a partir de 2007 -y luego fue presidente del Consejo de la Unión Europea durante cinco años-, intentará ahora reconducir las consecuencias de la transformación del Estado polaco por el PiS.
Pero tendrá que lidiar con un presidente y un sistema judicial que favorecen al antiguo partido gobernante, y también deberá apaciguar a una coalición diversa que va desde legisladores de izquierdas a legisladores de centro-derecha.