(CNN) – El distanciamiento entre Estados Unidos e Israel salió a la luz pública este martes cuando el presidente Joe Biden advirtió que Israel estaba perdiendo apoyo internacional para su campaña contra Hamas y el primer ministro Benjamin Netanyahu rechazó públicamente los planes de EE.UU. para una Gaza posterior a la guerra.
Las divisiones, que hasta ahora se habían mantenido en gran parte tras bambalinas, reflejaron las diferencias crecientes entre los dos aliados incondicionales, a medida que aumenta el número de civiles muertos en Gaza.
En declaraciones ante donantes demócratas en Washington, Biden manifestó críticas al gobierno de línea dura de Israel y dijo que Netanyahu debía modificar su enfoque.
“Creo que él tiene que cambiar (…) este gobierno en Israel está haciendo que para él sea muy difícil moverse”, dijo Biden, calificando al gobierno de Netanyahu como “el más conservador en la historia de Israel”.
Biden señaló que el apoyo a la campaña militar de ese país está disminuyendo en medio de los intensos bombardeos a Gaza y añadió que el gobierno israelí “no quiere una solución de dos Estados”.
Antes de los comentarios de Biden en la recaudación de fondos, Netanyahu admitió este martes que él y su homólogo estadounidense no están de acuerdo sobre lo que debería suceder con Gaza después de la guerra. En una declaración, el líder de Israel dijo: “sí, hay desacuerdo sobre ‘el día después de Hamas’ y espero que lleguemos a un acuerdo aquí también”.
Las declaraciones de los dos líderes fueron algunas de las más sinceras hasta la fecha en lo que respecta a las persistentes diferencias entre Israel y Estados Unidos, su principal aliado internacional.
Antes de que estallara la guerra tras los ataques terroristas de Hamas el 7 de octubre, Biden había sido abierto en sus críticas a la coalición gobernante de Netanyahu, que incluye partidos de extrema derecha. Pero el mandatario estadounidense estuvo hombro con hombro con Netanyahu en público desde que comenzó el conflicto, a pesar de las crecientes críticas a la campaña israelí.
A Netanyahu se le ha preguntado repetidamente por su visión de una Gaza de posguerra en entrevistas con medios internacionales desde el 7 de octubre, y le dijo a Dana Bash de CNN en una conversación el mes pasado que sí veía un papel para “algún tipo de autoridad civil palestina”, aunque fuera una “reconstruida”.
Pero en su declaración del martes, antes de los comentarios de Biden, Netanyahu subrayó: “Me gustaría aclarar mi posición: no permitiré que Israel repita el error de Oslo”.
Los comentarios de Biden este martes –en particular, que el actual gobierno israelí “no quiere una solución de dos Estados”– sugieren grandes diferencias con Netanyahu.
Esa idea ––de un Estado palestino que exista junto al Estado de Israel–– despegó en la década de 1990, con una serie de acuerdos conocidos como los Acuerdos de Oslo, que crearon, entre otras cosas, el Gobierno Autónomo Palestino, que asumió control parcial sobre la Ribera Occidental y Gaza.
El Gobierno Autónomo Palestino fue efectivamente expulsado de Gaza por Hamas en 2007, pero el Gobierno de Biden ha dejado cada vez más claro que cree que esta figura debería reanudar la gobernanza del enclave cuando la guerra termine.
“Después del gran sacrificio de nuestros civiles y nuestros soldados, no permitiré la entrada a Gaza de quienes educan para el terrorismo, apoyan el terrorismo y financian el terrorismo”, dijo Netanyahu.
“Gaza no será ni Hamastán ni Fatahstan”, concluyó la declaración de Netanyahu, en referencia no sólo a Hamas sino también a Fatah, la facción palestina más grande, que desempeñó un papel decisivo en la firma de los Acuerdos de Oslo y continúa controlando el Gobierno Autónomo Palestino tres décadas más tarde.
Israel comenzó su asalto a Gaza poco después de los ataques terroristas de Hamas, que dejaron más de 1.200 muertos. Biden ha dicho que Israel tiene el derecho y la responsabilidad de defenderse.
Sin embargo, en llamadas telefónicas, Biden ha animado a Netanyahu a hacer más para evitar víctimas civiles, pero altos funcionarios del Gobierno dicen que existe una “brecha” entre las intenciones de Israel y la realidad sobre el terreno.
En un discurso que pronunció la noche de este lunes en una recepción de Hanukkah en la Casa Blanca, Biden reconoció que Israel se encuentra en una “situación difícil” tras el ataque de Hamas del 7 de octubre y la posterior guerra en Gaza. Y aludió a las diferencias con Netanyahu en medio de los actuales combates.
“Seguiremos proporcionando ayuda militar a Israel hasta que se deshagan de Hamas, pero tenemos que tener cuidado, ellos tienen que tener cuidado”, dijo Biden. “La opinión pública de todo el mundo puede cambiar de la noche a la mañana, no podemos dejar que eso ocurra”.
Biden y Netanyahu mantienen desde hace décadas una relación que en ocasiones ha sido tensa. En la recepción de la noche de este lunes, Biden dijo que una vez le regaló a Netanyahu una foto y escribió en la parte superior: “Te quiero, pero no estoy de acuerdo con nada de lo que dices”.
“Hoy es más o menos lo mismo”, dijo Biden, y añadió que había “tenido diferencias con algunos dirigentes israelíes”.
Los funcionarios del Gobierno de Biden han presionado a sus homólogos israelíes en las últimas semanas para que empiecen a planificar lo que ocurrirá en Gaza una vez que termine la campaña militar, entre otras cosas insistiendo en mantener la puerta abierta a un eventual Estado palestino.
Estados Unidos afirma que rechazará cualquier propuesta que incluya el control israelí sobre Gaza y advirtió contra la reducción de las fronteras del territorio palestino.
Estados Unidos también presiona a Israel para que abra el cruce fronterizo de Kerem Shalom a fin de que los camiones de ayuda humanitaria puedan entrar directamente en Gaza con carácter de emergencia, según dijeron funcionarios estadounidenses a CNN.
El Gobierno de Israel permitió este martes que se inspeccionaran los camiones de ayuda en Kerem Shalom por primera vez desde el ataque de Hamas del 7 de octubre, pero esos camiones deben volver a pasar por Egipto antes de entrar en Gaza por el cruce fronterizo de Rafah. Aunque la medida duplica la capacidad de Israel para inspeccionar camiones de ayuda, no resuelve el cuello de botella que está surgiendo en el cruce fronterizo de Rafah.
Biden planteó la cuestión directamente a Netanyahu durante la última llamada que mantuvieron la semana pasada, según los funcionarios estadounidenses. El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, también instó a sus homólogos israelíes a abrir el cruce fronterizo entre Israel y Gaza antes de su llegada a Israel para mantener reuniones este jueves, según los funcionarios.
“Rafah no puede absorber una cantidad suficiente de ayuda para satisfacer las necesidades del pueblo palestino, que no hacen más que crecer a medida que aumenta el número de desplazados”, dijo Sullivan a CNN en una entrevista telefónica este martes.
“Necesitamos la capacidad que ofrece Kerem Shalom –con carácter de emergencia– para hacer llegar más alimentos, agua, medicinas y artículos de primera necesidad para distribuirlos entre los civiles palestinos, y se lo estamos planteando urgentemente al gobierno israelí para decirle: ‘Les pedimos que lo hagan cuanto antes debido a la naturaleza de la situación humanitaria sobre el terreno’”, añadió.
Una portavoz de la oficina del primer ministro de Israel declinó hacer comentarios sobre la medida de Estados Unidos. Israel se ha resistido hasta ahora a esa idea. Cortó todo el tráfico de ayuda comercial y humanitaria de Israel a Gaza desde que Hamas lanzó su ataque terrorista sorpresa el 7 de octubre y prometió romper todos los lazos con Gaza.