(CNN) – Junto al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en la Casa Blanca hace poco más de un año, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió el apoyo estadounidense a Kyiv “todo el tiempo que haga falta”. Es un compromiso que ha repetido durante mucho tiempo en los 22 meses transcurridos desde la invasión no provocada de Rusia.
El martes, mientras Zelensky realizaba otra visita a Washington en circunstancias dramáticamente alteradas, Biden prometió que Estados Unidos proporcionaría armas y equipos críticos “mientras podamos”.
El discreto cambio de lenguaje parecía reconocer una realidad aún más cruda tras la petición de Zelensky de más ayuda en el último momento: el apoyo estadounidense a Ucrania no es ni una garantía ni un compromiso indefinido. Lo que se avecina para Ucrania –un duro invierno marcado por los ataques rusos contra la infraestructura ucraniana, agravado por la desvanecida perspectiva de ayuda procedente del Capitolio– es desalentador.
Funcionarios de la administración Biden afirman que tanto Estados Unidos como Ucrania reconocen que Ucrania tiene que cambiar su estrategia en el próximo año si quiere hacer retroceder a los rusos y asegurarse una posición negociadora más favorable cuando llegue el momento de las conversaciones de paz.
Funcionarios ucranianos, entre ellos el ministro de Defensa, Rustem Umerov, han pedido en las últimas semanas a sus homólogos estadounidenses más tiempo para reunirse con altos mandos militares estadounidenses, reconociendo que “algo tiene que cambiar” en la forma en que Ucrania está librando la guerra contra Rusia, dijeron dos funcionarios de Defensa estadounidenses.
En respuesta, EE.UU. ha decidido permitir que el general Antonio Aguto –que actualmente dirige un mando de fuerzas conjuntas estacionado en Wiesbaden, Alemania, denominado Grupo de Asistencia a la Seguridad-Ucrania– entre en Ucrania durante períodos más largos para asesorar a las fuerzas ucranianas, dijeron los funcionarios.
El coronel Martin O’Donnell, portavoz del Ejército estadounidense en Europa y África, declinó hacer comentarios sobre los viajes de Aguto. “Funcionarios militares de EE.UU. participan regularmente con la Embajada de EE.UU. en Kyiv y los altos mandos militares de Ucrania para consultar sobre una serie de cuestiones”, dijo. “Sin embargo, por razones de seguridad de las operaciones, no discutiremos detalles específicos relacionados con ningún viaje oficial”.
Anteriormente, los funcionarios de la administración Biden se mostraban reacios a permitir que altos mandos militares permanecieran en Ucrania durante largos periodos para asesorar a los militares ucranianos en su campaña contra Rusia, recelosos de ser percibidos por Rusia como quienes manejan los hilos de las operaciones ucranianas, explicaron los funcionarios. Pero EE.UU. cree ahora que la presencia de Aguto será clave para facilitar un mejor intercambio de inteligencia y juegos de guerra entre EE.UU. y Ucrania.
Esta colaboración podría ayudar a mitigar algunos de los desacuerdos que han surgido entre Estados Unidos y Ucrania sobre la mejor forma de llevar a cabo la guerra contra Rusia. Estados Unidos quería que Ucrania se centrara más en el sur, por considerarlo estratégicamente más importante que el este. Pero Zelensky y sus asesores no estaban de acuerdo.
Algunos funcionarios estadounidenses se sintieron frustrados por el hecho de que Ucrania siguiera retrasando su contraofensiva, lo que permitió a Rusia fortificar significativamente sus líneas defensivas, un intenso nivel de fortificación que Estados Unidos no había previsto cuando empezó a entrenar a los ucranianos en armas combinadas y guerra mecanizada, según declaró uno de los funcionarios.
EE.UU. ha discutido con Ucrania la posibilidad de que, en el futuro, los ucranianos se centren en mantener el territorio que ya controlan y fortificarlo hasta el punto de que Rusia no pueda tomarlo por la fuerza, una estrategia denominada “mantener y construir”, dijo el funcionario.
Pero esa no es una solución a largo plazo, porque los rusos seguirían machacando las posiciones ucranianas, y tendrían la capacidad de rellenar sus filas y rearmarse de una manera que Ucrania no puede.
Biden insta a Zelensky a no perder la esperanza
La visita del martes a la capital estadounidense estuvo muy lejos de lo que experimentó el líder ucraniano cuando hizo su primer viaje fuera de Ucrania, en diciembre de 2022.
Atrás quedó la calidez mayoritariamente bipartidista que recibió a Zelensky en su visita de hace un año. En lugar de ovaciones, banderas ucranianas desplegadas y garantías de más armas por parte del Congreso, Zelensky se encontró el martes con la oposición de los republicanos, que exigen normas de inmigración más estrictas antes de aprobar nuevas ayudas.
Parecía poco probable que el punto muerto en el que se encuentra el tema de la inmigración se resolviera a finales de semana, cuando el Congreso tiene previsto irse de vacaciones, aunque los negociadores reunidos el martes afirmaron que se estaban haciendo progresos.
El senador Mitch McConnell, principal republicano del Senado y firme partidario de Ucrania, dijo que era “prácticamente imposible” que se aprobara rápidamente un paquete de medidas.
Biden intentó animar a su invitado ucraniano durante las conversaciones en la Oficina Oval, diciéndole a Zelensky que no quería que perdiera la “esperanza”.
“El Congreso tiene que aprobar la financiación suplementaria para Ucrania antes de que se vayan de vacaciones, antes de que le hagan a Putin el mayor regalo de Navidad que podrían hacerle”, dijo Biden mientras a su espalda ardía el fuego de la chimenea.
Para entonces, sin embargo, ya estaba claro que los llamamientos en persona que Zelensky había logrado con tanto éxito a lo largo de los 22 meses de guerra ya no tenían el peso de antes, y que su capacidad para mover a los republicanos de su posición era limitada.
“No sé si ha movido la aguja”, dijo el senador John Cornyn, republicano por Texas, tras una reunión de todos los senadores en la sala Mansfield del Capitolio, con paneles de madera.
Incluso Zelensky pareció reconocer la realidad durante su conferencia de prensa conjunta con Biden.
“Fueron más que positivos”, dijo sobre su reunión con los republicanos, “pero sabemos que tenemos que separar las palabras de los resultados”.
El conflicto fronterizo no está en manos de Zelensky
En parte, esto se debe a que la cuestión que está en el centro del punto muerto –las normas más estrictas que limitarían el número de inmigrantes que cruzan la frontera sur de EE.UU.– está totalmente fuera del control de Zelensky. Durante las conversaciones con los legisladores, se negó a adoptar una postura al respecto.
El senador Markwayne Mullin, republicano de Oklahoma, que se declaró partidario de aumentar la ayuda a Ucrania si se vincula a una política fronteriza más estricta, dijo que Zelensky no entró en los desacuerdos sobre inmigración que están obstaculizando un acuerdo para aumentar la ayuda.
“Lo mantuvimos a un alto nivel”, dijo Mullin. “Estamos trabajando en el proceso. Y él lo entendió. Fue muy respetuoso”.
Después de que Zelensky abandonara el Capitolio, las conversaciones sobre inmigración continuaron, y los principales negociadores se reunieron con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, para seguir limando sus diferencias. Las dos partes siguieron en desacuerdo sobre una serie de propuestas, incluidas medidas que los demócratas consideran demasiado extremas, y seguía siendo incierto si los líderes del Congreso mantendrían a sus miembros en Washington la próxima semana para seguir negociando.
La Casa Blanca ha señalado a los legisladores que está abierta a expulsar a los inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, además de otra serie de peticiones republicanas como límites al asilo, más deportaciones y ampliar las detenciones, mientras intenta sacar adelante la ayuda a Ucrania, según dos fuentes familiarizadas con el asunto.
En conjunto, las propuestas marcarían un cambio significativo en la ley de inmigración y equivaldrían a importantes concesiones de la Casa Blanca sobre un tema político delicado.
La autoridad de expulsión que se está debatiendo, de la que informó por primera vez CBS News, es similar al Título 42, una medida de la era de la pandemia invocada bajo la administración Trump que prohibía en gran medida a los migrantes solicitar asilo en la frontera sur de Estados Unidos.
Uno de los desencadenantes que se están discutiendo para usar la autoridad depende del número de aprehensiones en la frontera, lo que pondría en marcha las expulsiones, dijo una fuente.
CNN se ha puesto en contacto con la Casa Blanca para obtener comentarios sobre las negociaciones.
En su conferencia de prensa con Zelensky, Biden trató de avergonzar a los republicanos para que aprobaran la nueva ayuda, argumentando que de lo contrario se ponía en manos del presidente ruso y señalando que el presentador de un programa de la televisión estatal rusa había elogiado a los republicanos por bloquear la aprobación de la nueva ayuda a Ucrania, la semana pasada.
“Si los propagandistas rusos te elogian, quizá sea el momento de replantearse lo que estás haciendo”, dijo Biden.
Zelensky pide una estrategia clara para la próxima fase de la guerra
Más allá de la disputa sobre la inmigración, sin embargo, está la realidad de que la capacidad de Ucrania para expulsar a Rusia de su territorio está siendo sometida a un nuevo escrutinio después de que su largamente esperada contraofensiva no lograra su objetivo de recuperar territorio.
“Necesitamos una articulación clara de la estrategia para permitir que Ucrania gane, y hasta ahora sus respuestas han sido insuficientes y no nos han proporcionado la claridad y el detalle que solicitamos”, dijo el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, tras reunirse con Zelensky, un indicio de que incluso la resolución de la disputa migratoria no conducirá necesariamente a la aprobación inmediata de la ayuda a Ucrania.
Algunos republicanos, en particular los estrechamente alineados con el expresidente Donald Trump, han comenzado a agudizar sus críticas al enfoque de Zelensky y ahora dicen que es inevitable que Kyiv tenga que ceder territorio a Rusia en algún momento.
“Si nos fijamos en lo desiguales que son los ejércitos, realmente no hay camino hacia la paz que no pase por alguna negociación. No estoy diciendo que eso sea bueno, no estoy diciendo que sea bueno que Rusia invada Ucrania, no estoy diciendo que sea bueno que Ucrania tenga que ceder territorio, pero no han hecho ningún progreso significativo a pesar de los cientos de miles de millones de dólares de ayuda estadounidense”, dijo el senador J.D. Vance, de Ohio, tras salir temprano de una reunión que todos los senadores mantuvieron con Zelensky el martes por la mañana.
Zelensky “fue honesto sobre el hecho de que tienen algunos problemas estratégicos y algunas cuestiones que tienen que resolver”, dijo Vance. “Lo agradezco, no creo que haya cambiado la naturaleza de la conversación aquí en Washington”.
Zelensky calificó la perspectiva de ceder territorio de “locura, para ser sincero” en su conferencia de prensa con Biden.
Las persistentes diferencias de enfoque hicieron que la visita del martes fuera aún más crítica para Zelensky, que está experimentando las primeras tensiones reales en la unidad nacional dentro de su propio país desde que comenzó la guerra.
Biden y sus colegas demócratas intentaron aprovechar su presencia para advertir de las consecuencias de una victoria rusa.
“Sin financiación suplementaria, estamos llegando rápidamente al final de nuestra capacidad para ayudar a Ucrania a responder a las urgentes demandas operativas que tiene”, dijo Biden durante su conferencia de prensa. “Putin está apostando porque Estados Unidos no cumpla con Ucrania. Debemos, debemos, demostrarle que se equivoca”.