(CNN) – La mayoría de las personas que se quedan embarazadas sufren náuseas matutinas. Algunas, como Catalina la princesa de Gales y la actriz Amy Schumer, padecen formas tan graves que necesitan ser hospitalizadas, y algunas mujeres incluso mueren a causa de ellas.
Los científicos llevan años tratando de entender su causa con la esperanza de encontrar algún día una cura.
Un estudio publicado esta semana en la revista Nature sugiere que algunas personas embarazadas son especialmente sensibles a una hormona llamada GDF15. Se produce en niveles bajos en todo el organismo, pero una persona embarazada recibe otra fuerte dosis del feto en crecimiento, y eso puede desencadenar náuseas y vómitos. Los estudios realizados con pacientes con cáncer han descubierto que cuando el cuerpo produce demasiado GDF15, puede provocar náuseas crónicas y pérdida de peso.
Un estudio de 2018 encontró un vínculo entre el gen que controla el GDF15 y las náuseas y los vómitos durante el embarazo en 53.000 mujeres. El nuevo trabajo se basa en esa investigación y establece esta conexión entre la hormona y la afección analizando la cuestión desde varias perspectivas, incluida la información genética y los datos de una nueva prueba que puede determinar qué hormonas hay en la sangre de una persona embarazada y en qué nivel, además de estudios en ratones y en el laboratorio.
Los investigadores descubrieron que los niveles de GDF15 aumentan en las primeras 12 semanas de embarazo. Cuanto más altos eran los niveles de la hormona del feto y más sensible era la persona embarazada a la hormona, más enferma se ponía. Cuando el feto produce menos GDF15, el riesgo de enfermar parece ser menor. Su exposición a ella antes del embarazo también puede ser un factor.
Los científicos también analizaron investigaciones que afirmaban que las personas que padecían un trastorno sanguíneo hereditario concreto y que tenían niveles elevados de la hormona en su organismo antes de quedarse embarazadas casi nunca enfermaban durante el embarazo. También observaron lo contrario: las personas con una rara variante genética que les hace tener niveles bajos de GDF15 tienen un riesgo mucho mayor de hiperémesis gravídica. Los autores también descubrieron que cuando se exponía a los ratones a niveles elevados de GDF15, perdían el apetito, lo que sugería que experimentaban náuseas. Cuando se les trataba con una forma de acción prolongada de la hormona, recuperaban el apetito.
Cuando las náuseas matutinas se vuelven peligrosas
Entre el 70% y el 80% de las personas que se quedan embarazadas sufren las llamadas “náuseas matutinas”, aunque las embarazadas pueden tener náuseas y vómitos en cualquier momento del día.
Más del 2% desarrollan una forma grave llamada hiperémesis gravídica o HG. Puede ser peligrosa, ya que provoca deshidratación y puede hacer que la embarazada pierda peso. También puede tener consecuencias negativas para el bebé, como parto prematuro, trastornos del neurodesarrollo o incluso aborto.
La Dra. Marlena Fejzo, coautora del estudio, genetista y profesora clínica adjunta de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, conoce estos graves efectos por experiencia propia.
“Después de perder un bebé por esta causa, me sentí muy motivada para intentar averiguar qué estaba ocurriendo”, explica.
Cuando empezó a investigar las causas de la hiperémesis gravídica, dijo, no había muchos estudios al respecto, posiblemente en parte debido a la indiferencia de algunos médicos cuando las pacientes embarazadas les dicen que tienen náuseas matutinas.
Fejzo cuenta que ha oído a mujeres cuyos médicos se desentienden del problema y les dicen que se les pasarán las náuseas en unos meses. Incluso oyó a un profesor decir a sus estudiantes de Medicina que alguien hospitalizado con hiperémesis gravídica está allí porque “normalmente pasa algo en casa”. El propio médico de Fejzo le dijo que el problema “estaba todo en su cabeza”. Aun así, Fejzo, que también trabaja con la Fundación HER, una organización de concienciación sobre la hiperémesis gravídica, dijo que las personas que han padecido esta afección en su primer embarazo suelen acudir a ella para saber si hay alguna forma de evitarla.
A las personas con náuseas matutinas se les suele recomendar que tomen medicamentos contra las náuseas y que descansen mucho, beban mucho líquido y eviten los desencadenantes de las náuseas, como los olores. Pero saber qué causa cualquier forma de náuseas matutinas, graves o leves, podría ayudar a los científicos a encontrar una cura o, al menos, una forma mejor de aliviar los síntomas.
Los médicos pueden recetar medicamentos contra los vómitos y vitamina B1 a las mujeres con HG, que pueden ser útiles para proteger el corazón y el cerebro de la embarazada y favorecer el desarrollo del bebé.
En la actualidad se están llevando a cabo estudios sobre la forma de prevenir las molestias estomacales inducidas por las hormonas en pacientes con cáncer, pero en ninguno de ellos han participado personas embarazadas.
Según Fejzo, es posible que exista un modo de exponer a la persona a esta hormona de forma segura antes de que se quede embarazada, para aumentar su tolerancia. Ha presentado una solicitud de subvención para un ensayo en el que se investigue cuál puede ser la dosis adecuada.
Fejzo afirma que se levanta cada día decidida a ayudar a las personas con náuseas matutinas, especialmente a las que padecen HG.
“Muchas personas deciden no volver a tener un hijo después de un embarazo como este”, afirma. “Aún queda mucho por hacer. Este no es el final de la historia”.