(CNN) – La aguja de Notre Dame, coronada por un nuevo gallo dorado, recuperó su lugar en el horizonte de París a mediados de diciembre de 2023.
Mientras turistas y parisinos se reunían frente a la catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, para admirar el regreso de uno de sus elementos más emblemáticos (por ahora, todavía con andamios), las obras en Notre Dame seguían en pleno apogeo. Casi 500 artesanos están ocupados con los esfuerzos de reconstrucción, trabajando para garantizar que el monumento parisino esté listo para su gran reapertura al público en 2024.
“Es fascinante ver cómo se está restaurando algo de tal valor histórico”, dijo Stephan Book, un turista que visita París desde Suecia con su hija y su padre de 80 años. “Y la ambición de hacerlo todo en cinco años”, añadió, “es como cuando Kennedy dijo que (los humanos) iríamos a la Luna”.
En una visita reciente al sitio de construcción, el presidente Emmanuel Macron prometió que las obras estaban “según lo previsto” para que Notre Dame se abriera al público el 8 de diciembre de 2024, cinco años y siete meses después del incendio que destruyó gran parte del edificio de 860 años en abril de 2019.
“Para cuando lleguen los Juegos Olímpicos (en julio), esperamos haber quitado los andamios de la parte superior de la aguja y completado la mayor parte del techo, para que los parisinos y visitantes de todo el mundo puedan ver cuán cerca estamos de reabrir”, dijo Philippe Jost, de Rebuilding Notre Dame de Paris (el organismo público responsable de la conservación y restauración de la catedral), al parlamento francés el 13 de diciembre.
Quienes admiran la estructura gótica desde el exterior ya están entusiasmados con la perspectiva de poder volver a entrar en la catedral.
“La primera vez que vine a París fue hace 60 años, luego hace 40 años”, dijo el padre de Stephan, Göran Book, quien recuerda haber entrado en Notre Dame en cada una de sus visitas anteriores a París. “Ahora tengo 80 años”, añadió. “Si sigo vivo el año que viene, tendré que volver para ver la reapertura”.
Un esfuerzo monumental
Según Rebuilding Notre Dame de Paris, hay cerca de 250 empresas y talleres de arte en toda Francia encargados de “trabajar en el renacimiento de la catedral”. Entre ellos se encuentran carpinteros, canteros, andamios, escultores, doradores, vidrieros e incluso organeros, que están restaurando los 8.000 tubos y 115 registros del gran órgano de Notre Dame, el más grande de Francia.
Después del incendio de 2019, los dos primeros años de trabajo se dedicaron a asegurar el edificio, completar los estudios del proyecto y adjudicar licitaciones. La fase de restauración comenzó oficialmente en septiembre de 2021.
En los últimos meses, los avances más visibles se han producido en la restauración del armazón de la cubierta, el chapitel y las grandes galerías superiores.
Alban Dubois, que trabaja como camarero en el Café Panis, justo enfrente de Notre Dame, ha estado observando el progreso diario desde las ventanas de su lugar de trabajo.
Él estaba allí, sirviendo mesas, el día del infame incendio, y recuerda haber visto en estado de shock cómo las llamas crecían y las ventanas de su restaurante se calentaban progresivamente. “La gente se reunió (en el restaurante) y miró impotente”, dijo. “Algunas personas lloraban… Todo era muy triste”.
Ahora, Dubois espera con ansias la reapertura de la catedral y predice que mucha gente pasará a visitarla. “Aunque (Notre Dame) ha estado aquí durante tantos años, será un poco como una inauguración”, dijo.
Según Jost, se espera que 14 millones de visitantes “acudan en masa para ver los resultados de la restauración”.
Marcando el siglo XXI
Si bien se restaurará la apariencia original de Notre Dame, el presidente Macron también ha expresado el deseo de que nuestro siglo “tenga su lugar entre los muchos otros que figuran en las obras de esta catedral”.
A principios de este mes, anunció un concurso para permitir a artistas contemporáneos recrear seis de los vitrales del lado sur de Notre Dame, con el fin de “marcar este siglo XXI”.
De manera similar, el nombre del general francés que había estado supervisando la reconstrucción de Notre Dame antes de su muerte en un accidente de montaña a principios de este año, fue grabado en la madera de la aguja. Jean-Louis Georgelin “seguirá siendo para siempre” parte de Notre Dame, dijo Macron, quien participó personalmente en el proceso de grabado el 8 de diciembre, día en que la aguja de roble de la catedral recuperó su lugar.
Los nombres de otras personas que participaron en la reconstrucción de Notre Dame también se han convertido en un elemento permanente de la nueva catedral. Un tubo sellado fue colocado dentro del gallo dorado montado en lo alto de la aguja el 16 de diciembre, que contiene un documento que enumera los 2.000 nombres de quienes participaron en las obras.
El antiguo gallo de la torre de la catedral fue encontrado, dañado entre los escombros, el día después del incendio. En su interior se encontraban las reliquias (los restos mortales) de San Denis y Santa Genoveva, así como un fragmento de la corona de espinas de Cristo, lo cual permaneció intacto y ahora ha sido colocado dentro del nuevo gallo, según informó la Diócesis de París.
El viejo gallo, junto con las seis vidrieras que serán reemplazadas, se albergará en un nuevo museo dedicado a Notre Dame, cuya apertura fue anunciada recientemente por Macron. “Será un museo de arte, un museo de historia, un museo para describir el sitio de construcción permanente de Notre Dame de París”, dijo.
Se espera que el costo de reconstrucción de Notre Dame sea de aproximadamente 700 millones de euros (US$ 767 millones). En total, se recaudaron 846 millones de euros (US$ 928 millones) en donaciones de 340.000 donantes en 150 países, según Rebuilding Notre Dame de Paris.
Jost ha dicho que cualquier dinero donado que no se gaste en la reconstrucción probablemente se utilizará para “beneficiar a la catedral” de otras maneras.