(CNN) – En la Ciudad de México se llevó a cabo la reunión entre el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, la asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Se esperaba que los funcionarios discutan formas de frenar el flujo migratorio.
AMLO ingresó al salón del Palacio Nacional en Ciudad de México y estrechó la mano de los miembros de la delegación estadounidense, que ya se encontraban en el salón.
Anteriormente, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional dijo en una declaración a CNN: “Esperamos tener conversaciones sólidas con nuestros socios mexicanos para discutir formas de continuar gestionando humanamente nuestra frontera compartida mientras hacemos cumplir nuestras leyes, para abordar las causas fundamentales de la migración y para aumentar los esfuerzos conjuntos para promover los objetivos de la Declaración de Los Ángeles para la Migración y la Protección”.
“Esperamos tener conversaciones complejas con nuestros socios mexicanos para discutir formas de continuar gestionando humanamente nuestra frontera compartida mientras hacemos cumplir nuestras leyes, abordar las causas fundamentales de la migración e incrementar los esfuerzos conjuntos para promover los objetivos de la Declaración de Los Ángeles para las Migraciones y Protección”, dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional en un comunicado a CNN.
La inmigración ha sido una vulnerabilidad política para Biden, en medio de fuertes críticas de los republicanos y algunos miembros de su propio partido por la situación en la frontera entre Estados Unidos y México. Este mes, el tema pasó al centro de la agenda de política exterior del presidente, mientras la Casa Blanca presionaba para obtener ayuda para Ucrania e Israel en medio de sus esfuerzos bélicos. La falta de consenso sobre los cambios en la política fronteriza finalmente impidió que Biden consiguiera miles de millones de dólares en fondos para Ucrania, Israel y la frontera antes de fin de año.
Antes de la reunión de este miércoles, los funcionarios de Seguridad Nacional discutieron una serie de formas en que México puede ayudar a reducir el número de personas en la frontera con Estados Unidos que estarán entre sus peticiones, incluido el traslado de migrantes al sur, el control de los ferrocarriles que utilizan los migrantes para trasladarse al norte y la provisión de incentivos para no viajar a la frontera como visas.
La migración, un tema recurrente
En enero, Biden se reunió con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en la Ciudad de México para la Cumbre de Líderes de América del Norte, donde, junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, abordaron los flujos migratorios en la región.
Casi un año después –y a pesar de una serie de medidas destinadas a disuadir la migración irregular– el número récord de migrantes que se desplazan por el hemisferio occidental sigue siendo un desafío apremiante para Estados Unidos y México.
Miles de migrantes siguen llegando a la frontera de México-EE.UU.
La migración a menudo tiene altibajos, pero en las últimas semanas, una nueva oleada de migrantes que huyen del deterioro de las condiciones en sus países de origen desbordó los ya escasos recursos federales y estatales. Antiguos y actuales funcionarios de Seguridad Nacional advirtieron que la frontera se acerca a un “punto de ruptura”.
La semana pasada, Biden llamó a su homólogo mexicano cuando empeoraba la situación en la frontera sur de Estados Unidos. Durante la llamada, los dos líderes coincidieron en que se “necesitaban urgentemente” medidas coercitivas adicionales para que se pudieran reabrir los puertos de entrada clave, que habían sido suspendidos para redirigir al personal para ayudar a procesar a los migrantes.
Con información de Samantha Waldenberg