(CNN Español) – Entre los cientos de propuestas, desregulaciones y cambios que presentó el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, se encuentra una iniciativa de blanqueo de capitales y activos, que fue incluida en el voluminoso proyecto de ley que envió al Congreso y que resulta muy atractivo para quienes decidan declarar hasta US$ 100.000 porque no se les cobrará ninguna penalidad.
“Es un blanqueo muy amplio, muy generoso respecto de los bienes que pueden ser susceptibles de exteriorizar y también muy abarcativo en cuanto a los sujetos que están llamados a incorporarse al régimen”, sostiene el contador Alberto Mastandrea, experto en impuestos nacionales e internacionales y profesor universitario. Es que este “Régimen de Regularización de Activos” aplica por igual a los residentes y extranjeros al 31 de diciembre de 2023 y permite la posibilidad de regularizar dinero en efectivo, inmuebles, criptomonedas u otros activos financieros.
Además, se permite regularizar bienes que tengan a un testaferro como titular formal de los bienes, lo que para el experto “será una alternativa a evaluar principalmente por empresas familiares que han colocado bienes personales en cabeza de compañías”.
Según un informe de la consultora BDO, de convertirse en ley, este blanqueo exime a los participantes de toda obligación tributaria previa sobre esos activos, incluso del llamado “Impuesto a la Riqueza”. También “se los libera de las acciones civiles y/o penales” y “de las obligaciones sobre bienes o tenencia que hubieran poseído con anterioridad al 31 de diciembre de 2022 (inexistentes a la fecha de preexistencia) y que ‘no’ se hubieran declarado”.
Además, de detectarse otros bienes no declarados “no se pierden los beneficios sobre los exteriorizados”, explica el informe, que aclara que, de todos modos, a quien se adhiera a este blanqueo “no se lo libera de la Ley Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo”.
Plazos y costos
El plazo para adherir al régimen se extenderá hasta el día 30 de noviembre de 2024 y se prevén tres etapas con la obligación de pagar un impuesto especial que oscila entre 5% y 15% del valor de mercado de los bienes exteriorizados sobre el excedente de los US$ 100.000 por grupo familiar (ascendientes, descendientes y cónyuges), dependiendo de la etapa en la que el contribuyente opte por adherirse.
Ese impuesto especial se determinará en dólares, al tipo de cambio que establezca el Poder Ejecutivo, según el informe de BDO, y señala que el proyecto de ley “establece que podrá fijar dicho tipo de cambio hasta un 30% por encima del tipo de cambio oficial publicado por el Banco Central de Argentina”.
Blanqueos recurrentes
“Los blanqueos en el mundo no son comunes. Están mal vistos por los organismos internacionales, principalmente por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), a la que Argentina ha manifestado la intención de pertenecer”, advierte el tributarista Mastandrea.
Si bien esta puede ser una buena oportunidad para regularizar activos no declarados al fisco, no es la primera vez que este tipo de iniciativas se realizan en el país. Probablemente, tampoco sea la última.
“Argentina, básicamente, es un país que por su historia premia a los deudores, a aquellos que, en definitiva, no han mantenido una conducta de apego a la ley en materia tributaria. El hecho de que un país reitere periódicamente los blanqueos atenta contra el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias porque, básicamente, no hay ningún incentivo a que los contribuyentes cumplan con todas sus obligaciones”, explica Mastandrea.
Tanto las administraciones de Mauricio Macri como de Alberto Fernández, por citar las más próximas, tuvieron sus regímenes de regularización con distintos alcances y resultados.
Este blanqueo que propone Milei tiene muchas más semejanzas al que impulsó Macri en 2016 que al de Fernández, que era más acotado.
La formalización con el “sinceramiento fiscal” que impulsó Macri ascendió a US$ 116.800 millones. En ese entonces, el ministro de Economía Nicolás Dujovne sostuvo que el resultado implicaba “un voto de confianza, no solo en este Gobierno, sino en el país”.
Según Mastandrea, el que ahora propone Milei “tiene una técnica legislativa que se asemeja mucho” al de Macri porque “rescató todas las medidas que se habían empleado en aquel blanqueo”. Sin embargo, resalta, al igual que el exministro, la confianza es primordial para el éxito de estas iniciativas.
“Desde el punto de vista de la experiencia que Argentina tiene con relación a estos regímenes, una de las cuestiones que garantizaron el éxito de estas medidas tienen que ver, en primer lugar, con la confianza que se le deposite al gobierno que lanza el régimen. En segundo lugar, la presión tributaria, específicamente la vinculada con impuestos patrimoniales que tenga vigente el país en ese momento”, apunta el experto tributario.
“El temor que tienen los contribuyentes argentinos, es decir ‘pongo todo mi patrimonio sobre la mesa, pero después sobrevienen impuestos patrimoniales confiscatorios’, que al fin del día hacen que uno como contribuyente se arrepienta de haber exteriorizado porque quedó atrapado en un sistema tributario muy agresivo. Creo que ese es el principal aspecto que hay que superar para que el régimen otorgue confianza”, finaliza Mastandrea.
En un país con constantes vaivenes, a la luz de lo que ha sucedido en la economía argentina en los últimos años, y con un gobierno con pocos apoyos (sin gobernadores ni mayorías parlamentarias) que no lleva ni un mes en el poder, generar esa confianza podría ser un problema.
Habrá que ver si el Congreso convierte en ley este blanqueo y si el gobierno de Milei logra resultados exitosos.