(CNN) – Una sonda diseñada para rastrear el cielo en busca de ráfagas de rayos X que podrían ayudar a esclarecer fenómenos misteriosos relacionados con agujeros negros y fusiones estelares despegó esta semana.
La sonda Einstein, que lleva el nombre del famoso físico teórico de origen alemán, fue lanzada el martes a bordo de uno de los cohetes chinos Long March 2C, según un comunicado de prensa de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, que opera los cohetes Long March del país, confirmó el éxito del lanzamiento en las redes sociales.
La nave se fabricó en colaboración con la Academia China de Ciencias, el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre de Alemania y la Agencia Espacial Europea.
Según la ESA, detectar indicios de explosiones de rayos X podría ayudar a los científicos a desarrollar una mejor comprensión fundamental de los procesos de alta energía en el espacio, como las explosiones de supernovas, las colisiones de estrellas de neutrones y los agujeros negros que arrojan materia tras devorar campos magnéticos.
A la caza de explosiones de rayos X
La sonda Einstein utiliza dos instrumentos para detectar las explosiones de luz de rayos X que emiten estos fenómenos: un Telescopio de Rayos X de Campo Amplio (WXT) y el Telescopio de Seguimiento de Rayos X (FXT).
El WXT está diseñado para realizar amplios barridos del cielo en busca de haces de rayos X. El instrumento sigue el modelo de los ojos de los astrónomos. El instrumento sigue el modelo de los ojos de las langostas, que tienen miles de poros cuadrados que canalizan la luz hacia un centro circular. El uso de un diseño similar en el telescopio permite al WXT capturar una décima parte de todo el cielo en una sola toma, según la ESA.
Después de que el instrumento WXT detecte un rayo X, el instrumento FXT, más sensible, está diseñado para recopilar rápidamente información más detallada.
“Gracias a la mirada excepcionalmente amplia (de WXT), podremos captar la luz de rayos X procedente de las colisiones entre estrellas de neutrones y averiguar cuál es la causa de algunas de las ondas gravitacionales que detectamos en la Tierra”, afirma Erik Kuulkers, científico del proyecto Sonda Einstein de la ESA, en un comunicado.
“A menudo, cuando se registran estas elusivas ondulaciones espacio-temporales, no podemos localizar su procedencia. Detectando con prontitud el estallido de rayos X, localizaremos el origen de muchos sucesos de ondas gravitacionales”.
Se espera que la sonda Einstein opere en la órbita de la Tierra, a unos 600 kilómetros de altura. Esta previsto que la nave espacial vigile todo el cielo nocturno en busca de rayos X en solo tres órbitas alrededor de la Tierra, o aproximadamente cada cuatro horas y media.