(CNN Español) – Pasó un mes de ese primer discurso de Javier Milei como presidente de Argentina. Dijo entonces: “El ajuste es inevitable, no hay plata”, y pisó el acelerador.
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció una significativa devaluación del peso; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, puso en marcha un protocolo con severas sanciones al cierre de calles en protestas; más tarde, el propio Milei dio a conocer un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), con una fuerte desregulación de la economía, que agitó un gran debate en la sociedad. Y, antes de que esa discusión se encauzara, el gobierno presentó un megaproyecto de ley que, entre otras propuestas contenidas en más de 600 artículos, pide al Congreso delegar al Ejecutivo decisiones en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social, al menos por dos años.
Acto seguido, los precios se dispararon ―la inflación en diciembre alcanzó el 25,5%, cinco veces más que el indicador de diciembre de 2022―; el combustible subió en tres oportunidades, alrededor de 30% cada vez; las coberturas de medicina privada elevaron su cuota mensual cerca de 40%, y la misma tendencia se replicó en medicamentos, colegios privados, alquileres, transporte, etc.
Ante este panorama de una crisis económica que se profundiza ―vale decir que Milei lo advirtió en cada uno de sus discursos―, hay quienes dicen que las medidas implementadas no son contra los políticos a quienes el economista llama “la casta”, como prometió en campaña. Otros se preguntan si los votantes de Milei están decepcionados.
¿Están decepcionados los votantes de Milei?
Miguel Pujol tiene 45 años y vive en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. “Con algunos reparos, mi evaluación es positiva. Está yendo por donde tiene que ir en materia económica y, en el aspecto político, se está manejando bastante bien”, dice a CNN en Español. Las salvedades: “Fue demasiado de golpe con alimentos y liberación de precios y, a nivel político, medio desbocado con lo del DNU. Más allá de que valido en lo general las dos posturas, debería haber ido un poco más moderado, pero el saldo es positivo”.
Alexis Salinas, un joven de 25 años de la Ciudad de Buenos Aires y fundador de Pibes Libertarios, una agrupación que milita las ideas de La Libertad Avanza, también lo avala: “Todos sabíamos que la inflación iba a subir, es un mal menor que tenemos que vivir para estos meses por un bien mayor, hay que esperar y ser pacientes”.
“En el interior del país siempre tuvimos una situación de desigualdad”, dice Bernardo Álvarez, un empresario de Bahía Blanca, una ciudad alejada del Área Metropolitana de Buenos Aires. “Acá pagamos más caro que allá (la capital) el transporte, los combustibles, el gas, la electricidad. Acá ya vivimos de antes con otros costos”, señala. “Una de las cosas más importantes que veo es que tiene una visión más federalista”, se ilusiona.
Tabatha Barrera Carlini es oriunda del distrito balneario de Villa Gesell, pero vive en la Ciudad de Buenos Aires. Ella tampoco está decepcionada. Dice que “es un cambio que se necesitaba” y que le sorprendió positivamente el protocolo antiprotestas de Bullrich. “Algo que podría mejorar es el tema de la comunicación. El otro día, por ejemplo, salió en contra de los sindicalistas y diputados muy fuertemente y eso, cuando estás en negociaciones, no me resulta una buena movida”, apunta y agrega: “Esa es su personalidad y así se manejó siempre”.
¿Tomó Milei medidas contra lo que él llama “la casta”?
Salinas dice que Milei no se está metiendo con “la casta”, pero no es crítico con eso. “Es lo que tiene que hacer, tiene que dialogar, no me molesta, está haciendo su trabajo”.
Por el contrario, Pujol cree que sí cumplió con esta promesa: “Tocar los bolsillos de los sindicalistas… Si uno lo votó para que vaya sobre los intereses de la llamada ‘casta’, no hay más que esto, es clave”, dice.
Un amor de revista en medio de la crisis
A la par de la escalada de precios y el debate por las profundas reformas presentadas, el presidente marcó una agenda paralela.
Los besos apasionados que se dio con su pareja, la actriz Fátima Florez, en el escenario donde presenta su obra, en plena temporada de verano en Mar del Plata, uno de los balnearios más populares en el que vacacionan los argentinos, fueron parte de la conversación pública.
También lo fue la especulación sobre la mudanza de sus perros mastines a la residencia presidencial de Olivos. Igualmente, se habló del tamaño de sus pies cuando su novia viralizó una foto de sus piernas entrelazadas con las extremidades al desnudo.
Y estas son solo algunas de las muchísimas fotos del primer mes de Gobierno.
“Prefiero un amor transparente ante todos los argentinos y no uno hipócrita como el gobierno anterior en el que Alberto Fernández le echaba la culpa a su mujer de los problemas”, dice Salinas.
“Yo soy bastante ajeno a las redes sociales y algunas veces hay cosas que no entiendo. No puedo entender cómo un presidente publica memes, me parece bastante infantil, pero también entiendo que quiere mostrarse como gente común, como uno más”, dice Álvarez, el empresario de Bahía Blanca.
¿Tiene Milei un cheque en blanco de sus votantes?
“La pregunta no es cómo arranca, sino cómo va a ir definiendo las circunstancias de los próximos cuatro años”, dice el analista político Jorge Giacobbe. “Va a haber una discusión que es central y que hay tratar de no olvidarse de mirar todo el tiempo, y va a haber otra discusión, por arriba de esa, que es un maquillaje de la anterior. Cuestiones ideológicas sobre si el Estado es grande o chico, si el hombre es o no un zafado, las formas. Y acá está el gran punto: cuánto tiempo la opinión pública puede soportar el dolor que Milei está proponiendo hacia un mundo mejor”, abunda.
Victoria de Masi es periodista del sitio elDiarioAR e investigó el movimiento alrededor de la figura de Milei desde antes de su candidatura presidencial. En diálogo con CNN, dice que no cree que los votantes estén arrepentidos de su voto, sino expectantes. “No solo hay un gran movimiento detrás de la Libertad Avanza encarnado en la figura de Javier Milei, sino que hay un gran movimiento social y cultural. Lo que hay es un desplazamiento hacia un discurso novedoso”, reflexiona. Agrega que no ve un voto radicalizado ni de ultraderecha: “Lo que está haciendo Milei equivocadamente es pensar que todo ese gran apoyo que recibió en las elecciones es absolutamente fiel. El votante de Milei es un votante heterogéneo que llegó a votarlo por diferentes razones”.
#NoLaVen: ¿cómo va Milei en la batalla cultural?
La noche en la que Milei anunció, acompañado de sus ministros y personas de confianza, el tan discutido DNU, en distintos lugares del país hubo cacerolazos como reacción al megadecreto. Más tarde, los sindicatos más poderosos anunciaron un paro general a tener lugar el 24 de marzo.
Consultado por un medio local, el presidente acusó a los manifestantes de tener “síndrome de Estocolmo”. “Están enamorados del modelo que los empobrece”, apuntó.
Más tarde, en X, antes Twitter, se hizo tendencia el hashtag #NoLaVen, y Milei posteó una foto con una bandera de Argentina desplegada sobre la Casa Rosada con esa misma frase superpuesta.
“El nivel efectividad que tuvo La Libertad Avanza y su gran militancia digital para instaurar rápidamente hashtags. Por ejemplo, #Afuera, #NoHayPlata, #TábulaRasa”, destaca De Masi. “Y ahora el último, #NoLaVen. Es espectacular porque te está diciendo otra cosa, te está diciendo: ‘Sos un ciego’, te está diciendo: ‘Sos un tonto’, te estás diciendo: ‘Esto es a tu favor y no te das cuenta’”, añadió.