Tienda dedicada a Trump en Virginia. Crédito: CNN

Boones Mill, Virginia (CNN) – Si entras en Trump Town USA, en Boones Mill, Virginia, podrás maravillarte ante las amplias muestras de creatividad humana, siempre y cuando no te distraiga que la mercancía aborda algunos de los temas políticos más controvertidos de la forma más vulgar posible.

Los ejemplares más espectaculares están en la esquina trasera derecha: pares de testículos de metal plateado y venoso que cuelgan de un anillo y están envueltos en plástico transparente protector. “Son las pelotas de Trump”, explica el dueño de la tienda, Whitey Taylor. El juego más pequeño cuesta US$ 75; el más grande, 125. Son pesadas.

Hay decenas de tiendas independientes en todo el país que venden artículos de apoyo a la candidatura a la reelección del expresidente Donald Trump. Son otro rasgo singular del atractivo de Trump y lo que compran sus clientes ofrece una idea de lo que quieren políticamente, y eso no es sutileza.

Los muñecos de Trump están entre los artículos más discretos a la venta. Crédito: CNN

La tienda de Taylor es un buen ejemplo. Un par de semanas antes de las asambleas partidarias de Iowa, el negocio iba viento en popa y los visitantes acudían en masa a una iglesia en ruinas de un pueblecito que ahora está repleta de productos de Trump. Es como la Cueva de las Maravillas de la película Aladino, pero con más referencias a traseros, heces y orines.

Una calcomanía para el parachoques muestra a un Trump de dibujos animados orinando sobre “Putin”. Hay un llavero que si lo aprietas hacer defecar a un Trump diminuto. Las figuritas “Moonie Trump” representan al expresidente mostrando traviesamente su trasero desnudo. “Vendemos muchos de esos”, dijo Taylor, que desde hace tiempo busca crear sus propias polémicas.

Los regalos de broma pueden despertar una sonrisa entre los clientes, pero también muestran su pasión, orgullo y fe en Trump.

Dale Copeland estaba comprando algunos sombreros de Trump y un cartel de Trump para poner sobre el garaje que acababa de construir, “para que cuando entres en la entrada lo veas. Y luego lo publicaré por todo Facebook”.

Copeland dijo que temía que se produjera una crisis económica comparable con la Gran Recesión de 2008 y que contaba con Trump para evitarla.

Por aquel entonces, dijo, “perdí todo lo que tenía. Apenas sobreviví… Esto nos lleva a lo mismo otra vez. Así que se acerca. La caída se acerca”. Pensó que Trump podría enderezar el barco.

Dijo que se ganaba la vida trabajando con ladrillos y concreto en Carolina del Norte, y que su propio negocio había tenido mucho trabajo en los últimos años. Pero la economía había sido más dura para sus hijos adultos, de los que dijo que tendrían dificultades para costear una vivienda y un auto y eran “más pobres de lo que deberían ser”.

Hablando con Taylor, el dueño de la tienda, parecía gustarle la idea de que Trump pudiera imponer alguna represalia. “Una cosa es cierta: si regresa, alguien irá a la cárcel”, dijo Copeland.

Melinda Williams, a la izquierda, dice que los clientes a menudo le dicen que lo que más les preocupa es la economía. Crédito: CNN

La economía está en la mente de muchos clientes, dijo Melinda Williams, que trabaja detrás de la caja registradora en Trump Town USA. “Están muy asustados, creo, por cómo van las cosas”, dijo. “Sienten que estamos estancados, que no vamos a ninguna parte. Y definitivamente no va en una dirección positiva”.

Otra compradora, Mary-Jean Palmer, habló reflexivamente sobre su política y por qué sentía que las acusaciones criminales contra Trump eran “totalmente malvadas”.

“Soy una mujer razonable”, dijo. “A menudo me pregunto, ¿qué anima a la gente a ser demócrata? Porque no veo mucha amabilidad. No veo mucha ayuda para nuestro país. Y veo mucha palabrería, nada de acción. Por eso me gusta Trump”.

Sobre su hombro había un estante de calcomanías, algunas con la leyenda “A la m****a Biden”.

Pero aunque Taylor ofrece muchos artículos denigrando al presidente Joe Biden, a la vicepresidenta Kamala Harris y al Partido Demócrata, no se venden bien. “Les gusta el eslogan. Les gusta leerlo”, dice Taylor sobre los artículos contra Biden. Pero “no se lo ponen”. Taylor había ofrecido mercancía con una foto de Hillary Clinton en la cárcel, “y ellos decían: ‘No quiero la foto de esa p***a en mi espalda’. Fue terrible”.

Whitey Taylor dice que le gusta que el expresidente Trump sea tan polémico. Crédito: Samantha Guff/CNN

Taylor sigue de cerca las noticias de política para estar preparado para la próxima tendencia. Cuando surge un gran meme político, se vende bien en el momento pero el interés se desvanece en cuestión de semanas.

La foto de la ficha policial de Trump en su caso penal en el condado de Fulton, Georgia, disponible en camisetas, carteles de jardín, banderas y, por supuesto, tazas, estuvo “muy de moda” durante unos dos meses, dijo Taylor, antes de que las ventas empezaran a menguar. Lo mismo ocurrió con los productos con la leyenda “Let’s Go Brandon”, que surgió después de que un periodista deportivo escuchara mal un cántico de “F**k Joe Biden”.

Taylor adquiere sus artículos a mayoristas y pequeños comercios de todo el país, y no todas son apuestas ganadoras. Las latas de “AOC Brand Cow Farts”, una referencia a un artículo de (y posteriormente desmentido por) la representante demócrata de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez que vincula a la Gran Agricultura con el cambio climático, no se han vendido bien. “Este viejo de Greensboro se gastó US$ 25.000 para que le hicieran esa etiqueta y todo. Luego fallece. Su mujer me llama y me dice: ‘¿Quieres todos estos pedos de vaca? … Por favor, ven y sácalos de mi garaje’”, explicó Taylor. “Le dije: ‘Vale, iré a por ellos’”. Estaban apilados en una estantería junto a los “Moonie Trumps”.

Había grabados de un cuadro en el que Trump se dirigía a unos periodistas vestidos de payaso, dianas con la cara de Biden, delantales de flores con la inscripción “Trump 2024” bordada, ropa para bebés de Trump, relojes de Trump, una bandera del “tren de Trump”, una bandera de “Estados Unidos primero” y una bandera que mezclaba la estadounidense y la israelí. Y luego hay una bandera de las barras y estrellas de Estados Unidos que es tirada hacia arriba por un brazo musculoso para revelar una bandera confederada detrás de ella.

¿Cuál será el próximo éxito de ventas? “¿Quién sabe?” dice Taylor. “Solo hay que esperar. Y cuanto más hablen los demócratas sobre los locos seguidores de Trump, entonces, ya sabes, algo saldrá de ello”.

Taylor ha sugerido cambiar oficialmente el nombre de Boones Mill, Virginia, a "Trump Town". Crédito: CNN

Taylor es bien conocido localmente por suscitar polémica y conseguir que su nombre aparezca en los periódicos. Fue propietario de un hipódromo durante décadas, y dijo que sabía cómo hacer acrobacias, como concursos de camisetas mojadas o anunciar un combate de gallos que nunca pensó celebrar, para hacer enojar a la gente y llamar la atención. Lleva mucho tiempo vendiendo productos en grandes eventos, como gafas de sol especiales para ver el eclipse solar. (Ganó más dinero, dijo, en las partes del país donde el sol se eclipsó solo en un 90% que en la trayectoria de la totalidad, donde había más competencia).

A principios de la carrera de 2016, antes de que Trump asumiera el control del Partido Republicano, Taylor vendía productos de carreras en las 500 Millas de Daytona, y rezó a Dios para que le guiara. “Mi hijo me dijo: ‘Papá, ¿qué nos está diciendo Dios? Llegó a mi espíritu: ‘Quiere que ayude a Trump’”, dijo Taylor. Su hijo se echó a reír, “y profusamente”. Taylor dijo que encargaría 1.000 camisetas. Su hijo le rogó que empezara con solo 100. “Le dije: ‘Hazlo a lo grande o vete a casa, chico’. Le dije: ‘Si Dios me lo dice, las venderemos todas, y si no, las tiraremos a la basura y nos iremos’”.

Su primera prenda fue una camiseta blanca, y en la parte de atrás ponía: “Donald Trump: Por fin alguien con pelotas”. Taylor dijo: “Me hicieron conocido como ‘el hombre de las pelotas’ en la gira”. Si se saltaba un mitin de campaña, otros comerciantes le decían que los universitarios habían venido a buscarlo preguntando: “¿Dónde está el Hombre de las Pelotas?”.

La vieja iglesia ahora alberga un tesoro de mercancía de Trump. Crédito: CNN

En septiembre de 2020, abrió su tienda dentro de una iglesia centenaria junto a un semáforo de la autopista 220. “La gente religiosa viene aquí y dice: ‘¿Es esta la casa de Dios?’. Yo les digo: ‘¡No! Es la casa que pagó Trump’”.

Tras las elecciones, su gran éxito de ventas fue “Stop the Steal”. Taylor cree que las elecciones de 2020 fueron robadas (no lo fueron). Pero pensó que el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 fue “algo malo”, y que los agitadores “nunca deberían haber entrado”. Aún así, dijo que no culpaba a Trump de la insurrección, y que no creía que Trump tuviera la responsabilidad de convencer a los agitadores de que se calmaran.

Aunque ganar dinero es su negocio, Taylor también dijo que probablemente no estaría interesado en dirigir una tienda Trump si el propio expresidente no fuera tan controvertido.

En cuanto a si el propio Trump, al igual que parte de la mercancía, era demasiado grosero, vulgar y poco presidencial, Taylor respondió: “El mundo entero ha cambiado”.

“No es realmente bueno que haga eso… cuando grita ‘m****a esto’ y ‘m****a aquello’”, dijo Taylor. “Pero sí es una m****a. En resumen”.