(CNN) — Steve Conradie estaba emocionado.
Era julio de 2022 y el cofundador de Discover Africa Safaris se encontraba en el monte cerca del río Khwai en el norte de Botswana. Para alguien con la experiencia de Conradie, el entorno no era nada extraordinario. Aunque no es un guía profesional, el nativo de Sudáfrica viajó por primera vez a la selva africana en 1976 y desde entonces había ido innumerables veces. Pero, por primera vez en 30 años, le acompañaba su familia: “insistieron en que les enseñara de qué se trataba”.
Gracias a su familia, este viaje fue diferente.
“Estábamos sentados alrededor de la fogata y mi hermano dijo: ‘Sabes, realmente quiero ver un león en su hábitat’”. Conradie contó que su hermano había estado en parques naturales en África, en donde se está en un entorno cercado, pero no en áreas silvestres abiertas como el norte de Botswana.
Las circunstancias se estaban dando para hacer realidad el sueño de su hermano.
“Esa noche había oído leones… pero estaban muy lejos”. Conradie dijo que estuvo atento a las llamadas que se hacían entre sí y que “lentamente avanzaban hacia nosotros. Me quedé despierto esa noche… podía oírlos acercarse”.
Llamé a todos y les dije: “Vengan a mirar, muchachos, así es como se ve una gran garra de león”.
Con el amanecer no muy lejos, la emoción en el campamento aumentó cuando Conradie descubrió huellas frescas en la zona suave y arenosa de la orilla del río donde estaban acampando. La huella era del tamaño de un plato. Su ojo entrenado supo que un macho grande había pasado recientemente.
“Llamé a todos y les dije: ‘Vengan a mirar, muchachos, así es como se ve la garra de un león grande…’. Le dije a mi hermano: ‘Creo que sé dónde están los leones’”.
Así que el grupo de 11 personas, incluidos cuatro niños, se amontonaron en tres vehículos de safari, con Conradie a la cabeza.
“Giramos hacia el este… y el sol acababa de asomarse por el horizonte, y me dio un gran resplandor de luz solar justo en los ojos. De hecho, saqué la cabeza por la ventana para ver las huellas y asegurarme de que todavía seguíamos su camino”, dijo.
Para entonces, Conradie estaba viendo múltiples huellas cuando el convoy llegó a una bifurcación en la vía. Considerando el resplandor del sol, la confusión de las huellas y la dificultad de dar vuelta a sus vehículos si elegía el camino equivocado, decidió dejar el automóvil para ver mejor. “No hay manera de que pueda hacerlo desde el auto, y es bastante seguro si sabes lo que estás haciendo”.
Con los ojos enfocados en el suelo y el resplandor aún intenso, Conradie comenzó a caminar. Y fue entonces cuando las cosas inesperadamente pasaron al siguiente nivel.
“Obviamente, toda la manada me vio salir del auto, y cuando di cinco o seis pasos, ellos también se pusieron de pie”.
Y allí estaba Conradie, fuera de su vehículo y cara a cara con entre 16 y 18 leones completamente de pie y conscientes.
Fascinación y peligro potencial
Los miembros del grupo Conradie no fueron los primeros en sentirse intrigados por la perspectiva de un encuentro con un león. El Rey de la selva tiene una larga historia como tema de fascinación.
Ocupan un lugar destacado en la cultura egipcia y vagaron por las zonas semidesérticas a ambos lados del Nilo hasta que comenzaron a desaparecer durante el período del Imperio nuevo, aproximadamente entre 1550 y 1070 a. C. Los lectores ocasionales de la historia probablemente conozcan la relación de amor, a menudo brutal, del Imperio romano con los leones, en la que eran utilizados como entretenimiento mortal contra otros animales e incluso para matar personas.
Los leones africanos son totalmente capaces de atacar, matar e incluso comerse a los humanos, en general, se estima que unas 250 personas al año mueren en ataques de leones. (Hay animales más peligrosos en África. Alrededor de 500 personas mueren al año por ataques de hipopótamos y las mordeduras de serpientes matan entre 7.000 y 32.000 personas al año).
Debido a que estos ataques ocurren en su mayoría en áreas aisladas, es difícil reunir cifras definitivas. Sin embargo, la estimación del león parece cierta para Philip Muruthi, científico jefe y vicepresidente de Conservación de Especies y Ciencia de la African Wildlife Foundation (AWF). Lleva décadas estudiándolos, junto con otros animales africanos, desde su base en Kenya.
Pero si bien la gente podría centrarse en el poder salvaje y la capacidad asesina del animal, es el león salvaje el que en realidad está en problemas, dijo Muruthi.
Una especie vulnerable
Una foto muestra a leones machos merodeando entre la hierba de la Reserva Nacional de Masai Mara en Kenya. (Foto: WLDavies/E+/Getty Images). Solo quedan unos 23.000 leones en el África subsahariana, que se encuentran principalmente en el este y el sur de África, dijo Muruthi.
Alrededor de un tercio de los leones del mundo se encuentran en un solo país: Tanzania, en África Oriental.
“La gama está ahora muy fragmentada. … Por ejemplo, en Kenya, que es un importante país de distribución de leones, no hay más de 2.000 ejemplares”.
Los leones están clasificados como vulnerables (solo un escalón por encima del peligro de extinción) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Según la AWF, la población de leones africanos ha disminuido un 43% en las dos últimas décadas. Muruthi explica que entre las razones principales de este descenso se encuentran los conflictos entre humanos y leones, a medida que la población se adentra en los territorios de caza, y la reducción de las presas preferidas de los leones, como cebras y búfalos.
“Vienen a buscar comida donde está la gente. Se meten en conflictos. Son bastante fáciles de envenenar”. Muruthi dice que una vez vio los cadáveres de nueve leones que supuestamente habían sido envenenados, en represalia por incursiones de leones en el ganado.
Grandes felinos, ataques raros
Según el zoológico de Sacramento, California, un león macho promedio puede llegar a pesar 225 kilos. Las hembras, que se encargan de la mayor parte de la caza, tampoco se quedan atrás. La hembra promedio puede pesar hasta 145 kilos. Solo los tigres superan en tamaño a los leones en el mundo de los felinos salvaje.
El tamaño y la musculatura de los leones, combinados con sus poderosas mordeduras y afiladas garras, pueden resultar mortales en un ataque poco frecuente. Las probabilidades no están con las personas desarmadas en un encuentro que salga mal.
Un estudio publicado en la revista PLOS Biology que analizó los ataques de grandes carnívoros a seres humanos en todo el mundo descubrió que “los grandes felinos, como tigres y leones, causaron más muertes en general, y el 65% de sus ataques fueron mortales”. El estudio también reveló que la mayoría de las personas implicadas en los ataques eran adultos (88%); rara vez había niños implicados.
Pero no canceles el safari de tus sueños todavía. Muruthi dijo que los turistas rara vez se ven implicados.
Andre Van Kets, cofundador y director de Discover Africa, coincidió con dicha afirmación y le dijo a CNN Travel que los incidentes que involucran a asistentes a safaris son pocos y espaciados.
“La gran mayoría de los [atacados] son personas que viven en zonas muy rurales cerca de parques nacionales y reservas de caza. Van desde su aldea al río para recoger agua o caminar a la escuela y se encuentran con leones o elefantes, o, ya sabes, cualquier animal potencialmente peligroso. Los ataques de leones o depredadores ocurren en ambientes de safari, pero es excepcionalmente raro”. Pero raro no significa nunca.
Muruthi, Conradie y Van Kets dan algunos consejos sobre cómo tener encuentros seguros en safaris y qué hacer si te encuentras cara a cara con un león o toda una manada.
“Deberíamos animar a la gente a informarse sobre el lugar al que van y las especies que van a ver”, dijo. “Hacer la tarea”.
Por ejemplo, la gente que va a un safari esperando horas y horas de ver leones corriendo, rugiendo, matando presas y apareándose, no ha hecho la tarea. En cambio, tienden a dormir y holgazanear unas 20 horas al día.
Muruthi insiste en elegir un buen guía.
“Si vienes por primera vez, hazlo con un operador de safaris experimentado. Puede que sea un poco más caro ir con algunas de estas empresas, pero tienen una reputación. Puedes visitar su página web o informarte por el boca a boca”.
El mejor plan: evitar problemas
Una vez en el terreno y en la naturaleza, Muruthi dice que la mejor manera de mantenerse fuera de peligro es seguir los consejos del guía y mantener la visión a una distancia segura. ¿Qué se considera seguro?
Desde un vehículo, 100 metros, explica Muruthi. Pero en muchos parques es ilegal ir a pie, a menos que se trate de un safari especial en el que esté permitido caminar, detalla Muruthi. También es más peligroso ir a pie por arbustos y bosques con visibilidad limitada que por llanuras abiertas.
Otro consejo es invertir en un buen par de binoculares y lentes de cámara para tu safari. Te ayudarán a evitar la tentación de acercarte más de lo debido.
Otras cosas que hay que tener en cuenta para evitar enemistarse con los leones y salir malparado:
No dividas una manada: los turistas nunca deben entrar con sus vehículos en una manada y dispersarlos, señala Muruthi. Al hacerlo, “en realidad no estás observando a los leones; estás observando su reacción hacia ti”. Dividirlos así puede enfadar a estos felinos sociales, advirtió.
Nunca te adentres solo en la sabana: la observación de leones y otras aventuras de safari no son una buena actividad en solitario, advirtió Van Kets, sobre todo para los inexpertos. Si algo sale mal, necesitarás ayuda para repeler a un león u otro animal, o para ir a buscar ayuda si te atacan.
Quédate dentro del vehículo de safari: Van Kets señaló que muchos leones salvajes se han acostumbrado a los vehículos y pueden acercarse a ellos hasta tocarlos. Conradie añadió que “la mayoría de los leones perciben un vehículo o una tienda de campaña como objetos sólidos. […] No saques el brazo del vehículo ni estropees su silueta”.
Evita las “horas pico” de caza: tienes más posibilidades de encontrarte con un león o una manada de caza al amanecer, al atardecer y por la noche, dice Muruthi. Aunque hay que ser precavido en todo momento, estas horas aumentan las posibilidades de cruzarte con leones en busca de presas. Recuerda también que de noche los leones ven mucho mejor que las personas.
Extrema precauciones en las épocas de migración de las presas: si estás en África Oriental para disfrutar del espectáculo de las enormes manadas de ñus (especie de antílopes), cebras y otros animales en migración, recuerda que es la época del festín para los leones y otros depredadores, detalla Muruthi.
No te metas con leones en celo ni con sus crías: Los leones machos pueden volverse muy agresivos durante el apareamiento, advierte Kenya Geographic. Un cortejo puede ser fascinante, pero no te acerques demasiado ni interfieras. Y las mamás leonas son tan protectoras como las osas: no te interpongas entre ellas y sus crías.
Si la situación se vuelve peligrosa
Si su presencia está empezando a perturbar una manada o ha asustado a un león, Van Kets, Conradie y Muruthi dieron señales de advertencia a las que debes prestar atención.
Entre ellos se incluyen gruñidos bajos, contacto visual por parte del león, posturas defensivas como si pareciera que se estuviera preparando para un ataque y una cola erguida y balanceándose.
Por lo general, estas acciones “tienen como objetivo ser una señal de advertencia”, dijo Van Kets. “No ‘tengo hambre y quiero comerte’. Es como ‘vienes a mi territorio’. Te estoy dando la oportunidad de salir de esto’”.
Lo último que debes hacer, dijo Muruthi, es dar la espalda y huir.
En primer lugar, los leones son más rápidos que las personas y pueden ir entre 24 y 37 millas (entre 38 y 59 kilómetros) por hora en ráfagas cortas, según la San Diego Zoo Wildlife Alliance. Es muy probable que el león te alcance antes de que llegues a un lugar seguro.
En segundo lugar, huir le indica al león que estás asustado y que ahora eres una posible presa, convirtiendo lo que inicialmente podría haber sido una embestida simulada, para ponerte a prueba, en un ataque real.
En cambio, todos los expertos dijeron que debes mantenerte firme, por mucho que estés temblando por dentro. Muruthi dijo que escuchó de un caso en el que un aldeano atacado por un león agitó una tela, lo que puede hacer que parezca más grande. Agitando los brazos también se puede conseguir el mismo resultado.
Si el león y tú básicamente están frente a frente, Muruthi recomienda alejarte muy lentamente, manteniendo contacto visual con la bestia hasta que puedas llegar a un espacio seguro o el león pierda el interés.
En el peor escenario
Para el turista que se vea atrapado en un ataque, los expertos afirman que las opciones son muy limitadas, sobre todo si no se dispone de un arma de fuego o no sabe utilizarla.
Conradie dice que la intervención de otro miembro del grupo puede confundir a los leones el tiempo suficiente para escapar. Los leones están acostumbrados a que animales como las cebras o las gacelas se dispersen cuando atrapan a su presa. La intervención de otra persona podría abrir una pequeña vía de escape, otro motivo por el que es importante no viajar solo, explica Conradie.
Si un león entra en contacto, Muruthi dice que “hay que defenderse. […] Levanta los brazos, haz todo el ruido que puedas”. Luego solo hay que esperar que el animal solo quiera herirte en lugar de matarte y se aleje. “Pero en esta situación, es muy difícil prescribir nada”.
Van Kets dio un último consejo en caso de ataque: “Reza”.
Un encuentro emocionante
Afortunadamente para Conradie y su familia en Botswana, sabía exactamente qué hacer cuando se enfrentó inesperadamente a esa manada con el amanecer brillando en sus ojos.
Tenía buenas razones para pensar que se habían alimentado esa noche y por lo tanto no tenían hambre. No daban indicios de un ataque inminente. En todo caso, Conradie estaba todo lo contrario a temeroso.
“Estaba eufórico porque había encontrado los leones para mi hermano. […] Ese era mi objetivo. No estaba nada nervioso. Ese no fue mi primer encuentro con un león. Estaban realmente tranquilos. Pude ver rápidamente que eran más bien, ‘oooh, curiosos’”.
Conradie dijo que mientras se mantenía firme, su esposa y su hermano lo llamaron para hacerle saber que ellos también habían visto la manada. “Entonces hubo un poco de ruido alrededor de los vehículos y los leones se pusieron de pie, y luego, con ese pequeño ruido, simplemente siguieron adelante, muy muy relajados, de hecho”.
Van Kets y Conradie afirmaron que quieren que la gente vaya a África y tenga encuentros seguros para que puedan correr la voz sobre la importancia de este superdepredador para la ecología africana.
Muruthi se hizo eco de ese punto sobre el papel del turismo mientras los leones enfrentan una presión cada vez mayor.
“Su supervivencia dependerá no solo de África, sino también de esos visitantes y del resto del mundo”.