(CNN Español) – En Cataluña, nunca se había registrado un período sin lluvias tan largo e intenso como el actual. De hecho, desde la comunidad autónoma hablan de una sequía histórica. “La crisis climática nos está poniendo a prueba”, aseguró el presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonés. Por esta razón, el Gobierno catalán ha declarado este jueves la emergencia por sequía en más de doscientos municipios donde residen casi seis millones de personas.
Déficit de lluvias histórico
La media de precipitaciones desde octubre de 2020 ha estado por debajo de la media, por lo que las autoridades se vieron obligadas en septiembre de 2021 a poner en marcha un plan para gestionar la escasez de agua, con la intención de alargar la disponibilidad de agua embalsada y aplazar al máximo la llegada de un escenario como el actual. De no haberlas aplicado “haría 15 meses que estaríamos en esta situación” de emergencia, afirmó este jueves por la mañana Aragonés.
La situación afecta especialmente a las cuencas internas de esta comunidad autónoma, una red de embalses compuesta por 18 unidades hidrológicas que, en condiciones óptimas, llegan a almacenar cerca de 700 hectómetros cúbicos de agua. Se trata de una red hidrológica que abastece al 92% de la población de esta región, lo que representa alrededor de 7 millones de personas.
Es así que las reservas hídricas de Cataluña se encuentran hoy en día al 15,80% de su capacidad. “Es la primera vez en la historia que los embalses del Ter-Llobregat – los que abastecen a Barcelona y su área metropolitana, entre otros- bajan de los 100 hectómetros cúbicos”, aseveró en rueda de prensa el conseller de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, David Mascort.
Para revertir esta fatídica situación haría falta que lloviera durante nueve meses seguidos, estiman desde la Generalitat.
Restricciones que entran en vigor
En este punto, las autoridades ponen en marcha la hoja de ruta que figura en el Plan Especial de Sequía que aprobaron en 2020.
Entre lo más destacado que se incluye en el escenario de emergencia aparece la reducción de la dotación máxima de agua por persona y día, que quedará limitada a 200 litros. No obstante, esta disminución no supondría un problema a nivel doméstico para estos cerca de seis millones de personas, dado que el Gobierno catalán estima que el consumo medio de los residentes en Barcelona y su área metropolitana se sitúa en los 100 litros por habitante y día.
Habrá otras restricciones más concretas con las que deberán cumplir. Por ejemplo, quedará prohibido lavar el auto, salvo que se realice en establecimientos comerciales destinados a esa función y que usen agua reciclada, y el riego de jardines privados salvo que se haga con agua freática o regenerada y en horas de baja insolación. Tampoco se podrán llenar piscinas privadas.
Quienes más van a sufrir esta situación son quienes trabajan en el campo y la industria, dado que la emergencia obligará a reducir en un 80% el riego agrícola, disminuir en un 50% el uso de agua para la ganadería y acortar en un 25% el consumo de agua para usos industriales y recreativos. Esos recortes supondrán, en el caso de los usos recreativos, que no se puedan utilizar las duchas en las playas, piscinas y gimnasios, o que se emplee agua apta para consumo humano para la instalación de pistas de hielo, juegos o fiestas.
Escenario incierto a futuro
“La sequía se superará, evidentemente, pero estamos también en una nueva realidad climática en la que es más probable que no en las décadas anteriores, que haya más sequías y que se produzcan con más intensidad y periodicidad”, señaló este jueves Aragonés.
Con el objetivo de estar más preparados para esas situaciones, el Gobierno de la Generalitat de Catalunya está ejecutando un plan de gestión del agua que implica una inversión de cerca de US$ 2.600 millones para lograr una mayor disponibilidad a través de una ampliación de la planta desalinizadora de La Tordera y levantar otra en el sur de la región, aumentar de 24 a 40 las estaciones de regeneración de agua, construir 174 nuevas depuradoras y ampliar tres estaciones de tratamiento de agua potable.
Con estas inversiones, el Gobierno catalán estima que se generarán 182 hectómetros cúbicos de agua nuevos para el consumo doméstico, equivalentes a casi medio año de autosuficiencia hídrica para 8 millones de habitantes.