Tras el éxito de "Sol negro", Solkær decidió seguir a los estorninos en su ruta migratoria por Europa. Muchas de las imágenes del libro están tomadas en Roma, Italia, donde se encuentra una de las bandadas invernales más grandes del mundo.

Llamado a la Tierra es una serie editorial de CNN comprometida con reportar los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, además de mostrar las soluciones a esos retos. La Iniciativa Perpetual Planet de Rolex se ha asociado con CNN para crear conciencia y educación sobre los asuntos de sostenibilidad claves y para inspirar acciones positivas.

(CNN) – Una tormenta de estorninos que se eleva desde los juncos y los humedales del sur de Dinamarca se abalanza sobre el horizonte. El grupo de pájaros parece gotas de tinta sobre un lienzo de pergamino, rociadas sobre un cielo oscuro donde se zambullen y giran al unísono. Los pájaros se pliegan como olas en la orilla, contorsionándose en formaciones abstractas que se ciernen sobre las marismas.

El fenómeno, conocido como murmuración de estorninos, dura solo unos minutos, o incluso segundos. Pero dejó una impresión duradera en el fotógrafo danés Søren Solkær, que presenció el espectáculo por primera vez cuando tenía 10 años.

“En aquel momento era, por mucho, lo más salvaje que había visto nunca”, recuerda Solkær.

Durante los 40 años siguientes, Solkær se forjó una carrera como retratista, viajando por todo el mundo para tomar imágenes icónicas de las estrellas de rock más importantes del mundo: Amy Winehouse, Metallica, Paul McCartney y Led Zeppelin, entre otros. Pero durante una retrospectiva de su carrera en 2017, Solkær se inspiró para probar algo nuevo.

“Lo primero que me vino a la mente fueron las murmuraciones de estorninos (…), esta gran pieza de caligrafía en el cielo”, dijo a CNN. Solkær comenzó a fotografiar las aves cerca de la casa de su infancia en el sur de Dinamarca, antes de seguir varias bandadas a través de Europa, desde Irlanda hasta Italia, en su ruta migratoria.

El último fotolibro de Solkær, “Starling” (Estornino), publicado el mes pasado, traza este viaje migratorio, y con él espera inspirar una relación más estrecha con la naturaleza.

“Una de las razones por las que me sigue cautivando es que cada vez que ocurre es nuevo, único. Las formas que aparecen en el cielo solo ocurren una vez en la historia del mundo”, afirma. “Creo que es una muy buena razón para fotografiarlas e intentar captarlas y compartirlas con los demás”.

Un espectáculo al atardecer

Solkær publicó por primera vez imágenes de estorninos en su fotolibro de 2020, “Sol negro”, describiéndolo como una investigación sobre su “lugar de origen y sobre esos recuerdos de la infancia”. Tras varias temporadas fotografiando a los pájaros cerca del mar de Wadden, en Dinamarca y las naciones vecinas, Solkær decidió ampliar el alcance del proyecto y seguir a las aves en su migración por el continente.

Los estorninos europeos pueden migrar tan al norte como el Círculo Polar Ártico en verano, y en invierno, tan al sur como el norte de África. Es durante estas migraciones cuando las murmuraciones son más frecuentes, aunque el motivo exacto sigue siendo un misterio: una teoría ampliamente aceptada es que los estorninos se reúnen en estas densas formaciones aéreas antes de la puesta de sol para parecer más grandes a los depredadores. Pero los científicos también sospechan que puede ser para atraer a otros estorninos y generar calor en los fríos inviernos.

Solkær utilizó hashtags de Instagram para localizar dónde se producían las murmuraciones, y eligió sus destinos en función del tamaño de la bandada y la presencia de depredadores, como halcones peregrinos, ya que los estorninos hacen las “formas más bellas y gráficas” cuando están bajo ataque. Pero incluso con los mejores planes, la naturaleza es impredecible.

“Es tan efímera: puedes conseguir cinco buenas fotos en medio minuto, pero luego nada durante las seis semanas siguientes”, dice Solkær. “No ocurre todas las noches. Las formaciones realmente asombrosas suelen ocurrir una o dos veces durante un invierno”.

Una de las mayores poblaciones invernales se asienta en Roma, Italia. El paisaje urbano, así como la luz del atardecer meridional, supusieron un fuerte contraste con el trabajo de Solkær en las marismas danesas.

“Es el mismo fenómeno, pero la luz es mucho más dorada, el cielo es muy bonito”, explica Solkær. Aunque muchas de sus tomas anteriores de las murmuraciones utilizaban una estética monocromática, empezó a jugar con el color, así como a incluir arquitectura en algunas imágenes.

Roma también proporcionó el telón de fondo perfecto para que Solkær explorara la relación entre los entornos salvaje y urbano a través de la difícil relación de la ciudad con los estorninos.

Las murmuraciones suelen estar compuestos por miles, a veces millones, de estorninos. Los científicos no saben exactamente por qué las aves se reúnen en estas densas formaciones aéreas, pero se teoriza que la bandada parece más grande para defenderse de los depredadores o para intentar atraer a otros estorninos al refugio y generar calor en los fríos inviernos.

“Roma gasta mucho dinero intentando ahuyentar pájaros y sacarlos de la ciudad porque ensucian mucho”, dice, y añade que la ciudad contrató a un cetrero para ahuyentar a los estorninos.

Sin embargo, los estorninos han sido un elemento fijo en Roma desde la antigüedad. “Solían pensar que las formas y el comportamiento de los estorninos eran los dioses intentando comunicarse con los humanos”, explica Solkær. Los adivinos leían los signos propicios o los malos augurios, que influían en las decisiones políticas. Solkær se inspira en esta historia de misticismo y capta la sensación de asombro con formaciones fantásticas enmarcadas por encima de los techos de la arquitectura antigua sobre un fondo de nubes de algodón de azúcar en tonos pastel.

“Es una experiencia muy diferente a estar en un campo en medio de la nada. Pero creo que es igual de mágico, incluso parece más surrealista cuando estás en la ciudad y ves que ocurre lo mismo. No encaja tan bien, y eso también es lo que provoca la gran lucha entre la ciudad de Roma y los pájaros”, afirma Solkær.

De lo macro a lo micro

Aunque los estorninos suelen considerarse un ave común en Europa y Norteamérica, su número lleva décadas en declive —descendió un 53% entre 1995 y 2018— y en el Reino Unido están en la lista roja de especies amenazadas.

“Ahora hay muchas menos aves que antes”, dice Solkær, señalando el creciente uso de la tierra para la agricultura, lo que ha reducido el alimento disponible.

Tras el éxito de “Sol negro”, muchos biólogos y ornitólogos se pusieron en contacto con Solkær, inspirándole para que no se limitara a observar a los estorninos de lejos, sino también de cerca.

En colaboración con la Universidad de Copenhague, produjo dos series de imágenes tomadas con microscopio.

“Tienen unas plumas metálicas realmente bonitas cuando las ves de cerca”, explica Solkær. “He intentado pasar del mundo grande y macro que he visto en el cielo a ver si podía encontrar algunos de los mismos patrones universales si me acercaba mucho, mucho”.

Un ornitólogo octogenario, profesor del Museo de Historia Natural, proporcionó a Solkær un estornino taxidermizado de la colección del museo para que lo fotografiara.

“Por la pequeña etiqueta que llevaba en la pata, pude ver que había muerto en 1918 al chocar contra un faro, pero aún así tenía un aspecto perfecto”, explica Solkær.

Fotografió el ave con microscopios ópticos y electrónicos, ampliando el estornino hasta 12.000 veces. Las detalladas imágenes muestran las densas pero delicadas hebras de las plumas, que se asemejan a los contornos de los mapas, a las hojas de las palmeras y a los troncos de los árboles.

Una pluma de estornino, ampliada 1.500 veces y fotografiada bajo un microscopio.

“Cuanto más me acercaba, más grandes parecían, como montañas y deltas fluviales”, explica Solkær.

El proyecto ha despertado el interés de Solkær por otros proyectos fotográficos de conservación. Ahora está embarcado en un proyecto sobre los árboles de sangre de dragón, una rara especie endémica de la isla de Socotra, en el océano Índico, así como en un libro sobre la espiritualidad y la naturaleza en Bután, en el sur de Asia.

“En este momento, al menos para mí, no tiene sentido centrarse en las estrellas del rock”, reflexiona. “Creo que ahora es muy necesario comunicar estas historias e inspirar una conexión más estrecha con la naturaleza”.

En cuanto a las aves, Solkær está considerando otras especies para posibles proyectos, por ejemplo los pardillos, un ave gris con la parte inferior blanca que ejecuta una danza aérea similar a la de los estorninos, o los periquitos verdes de Australia, que contrastan fuertemente con las rocas rojas del paisaje y el extenso cielo azul.

“No creo que escriba otro libro sobre estorninos”, dice Solkær. Pero hace una pausa: “En realidad, creo que dentro de 10 días iré a Cerdeña a fotografiar estorninos. Así que, ¿quién sabe?”

Videos cortesía de Søren Solkær.