Londres (CNN) – No existe un buen momento para enterarte de que uno de tus padres tiene cáncer. Es una situación especialmente difícil para el príncipe William.
El diagnóstico de cáncer de su padre ocurre mientras el heredero al trono británico ya atravesaba un revés de salud en casa. El mes pasado, su esposa Catherine tuvo que someterse a una operación abdominal que la dejará fuera de sus responsabilidades públicas durante varios meses.
Poco se sabe de la intervención de la princesa de Gales, pero su larga recuperación indica que se trata de una cirugía seria. Con tres niños pequeños a su cargo, la agenda de William también quedó libre de compromisos. Su prioridad está más que clara: la familia es lo primero.
Y ahora, con la revelación franca de Carlos, esos planes están evolucionando. William resulta inesperadamente necesario para asumir algunas de las responsabilidades de su padre de cara al público, dado que él es el siguiente en la línea de sucesión. Se ha visto obligado a desempeñar un papel que no hace mucho tiempo Carlos representaba para la difunta reina Isabel II: intervenir cuando la monarca no estaba temporalmente disponible.
Debido a las exigencias de ser el heredero, William se reincorporó parcialmente a sus obligaciones reales este miércoles, después de tres semanas de ausencia. Empezó la jornada con una ceremonia de investidura en el castillo de Windsor. Vestido con su uniforme de la Real Fuerza Áerea (RAF, por sus siglas en inglés), sonrió con simpatía, cautivando a los invitados mientras repartía honores en nombre de su padre.
El príncipe tiene “un compromiso inquebrantable con el deber y el servicio”, dijo una fuente real a CNN, y añadió que “las investiduras son una parte importante de su papel real, celebrando a personas de todo el país que hacen cosas increíbles por sus comunidades”.
Más tarde, asistió a una cena de gala en el centro de Londres como patrón de la London Air Ambulance, donde se refirió públicamente por primera vez al doble susto de salud de la realeza.
“Me gustaría aprovechar esta oportunidad para dar las gracias, también, por los amables mensajes de apoyo a Catherine y a mi padre, especialmente en los últimos días. Significa mucho para todos nosotros”, dijo William.
Luego bromeó: “Es justo decir que las últimas semanas han tenido un enfoque más bien ‘médico’. Así que pensé en venir a una función de ambulancia aérea para evadirme de todo”.
Más allá de estos dos compromisos, no hay nada más programado para William en los próximos días. Esto podría deberse en parte a las vacaciones escolares de la próxima semana, pero también a que el miembro de la realeza, de 41 años, sigue centrándose en su familia.
Carlos, que voló a su casa de Sandringham después de una reunión con el príncipe Harry este martes, sigue ocupándose de los asuntos de Estado mientras se somete a tratamientos no especificados. Esto dará a William cierta flexibilidad, ya que no parece necesario que el príncipe se ocupe de asuntos constitucionales. Pero eso será algo que su personal está coordinando cuidadosamente con el Palacio de Buckingham.
Aunque podría pasar algún tiempo antes de que volvamos a verlo, es probable que el príncipe de Gales tenga que encabezar a la familia en el servicio anual del Día de la Commonwealth, una celebración básica en el calendario real que tendrá lugar en la Abadía de Westminster el 11 de marzo.
Los acontecimientos de esta semana le habrán abierto los ojos a William, con el futuro ocupando seguramente parte de sus pensamientos. El príncipe de Gales nunca ha tenido prisa por ser rey. Sabe que cada año que pasa recae sobre él una mayor parte de la carga real y la ha asumido de buen grado. No duda en asumir el cargo algún día, pero antes tiene otras cosas que hacer.
Como dijo el propio William durante una entrevista con la BBC en 2016, cree que es “importante crecer en un papel concreto con las características y cualidades adecuadas”.
En repetidas ocasiones ha dicho y demostrado que quiere ser un padre más presente. Con su servicio público, ha pasado los últimos 17 meses reinventando su versión del papel de príncipe de Gales de una manera que es notablemente diferente al mandato de su padre.
William se ha centrado en temas clave -su ambicioso premio ecológico y su pionero plan de cinco años para abordar el problema de las personas sin hogar- en los que quiere introducir cambios cuantificables. También se ha inspirado en las sólidas relaciones internacionales de su padre y ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos con viajes destinados a estrechar sus propios lazos con los aliados y socios del Reino Unido.
El diagnóstico del rey significa que William es ahora una de las caras más prominentes del clan, junto a la reina Camila. Como tal, las demandas de su tiempo aumentan y no tiene tantos miembros de la realeza trabajando que lo respalden como alguna vez había esperado.
Los otros ocho miembros de la familia que trabajan continúan con sus compromisos públicos y CNN entiende que también podrían asumir algunas tareas adicionales en nombre de Carlos si fuera necesario.
La reina Camila, por ejemplo, ha estado llevando a cabo un programa completo de obligaciones públicas en las últimas semanas, sin signos de quitar el pie del acelerador. Por su parte, la princesa Ana -conocida por su actitud discreta y su firmeza en el servicio- ya intervino esta semana con una ceremonia de investidura este martes.
El reto de William en los próximos días y semanas es cómo equilibrar sus compromisos personales y profesionales.