(CNN Español) – La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, percibió en diciembre más de 12 millones de pesos en bruto por su jubilación y pensión de privilegio (unos US$ 10.480 en el mercado paralelo); el expresidente Mauricio Macri 5,7 millones de pesos (unos US$ 4.978 en el mercado paralelo); y el presidente que duró una semana en el cargo en medio de la crisis del 2001, Adolfo Rodríguez Saá, 5,5 millones de pesos (US$ 4.803 en el mercado paralelo), de acuerdo con datos brindados a CNN por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) a través de un pedido de acceso a la información pública.
Según cifras oficiales, en diciembre el 68,3% de los jubilados y pensionados (4,7 millones de personas) cobró hasta un haber mínimo sumado a un bono otorgado a discreción del Gobierno. Sin considerar dichos bonos, el haber mínimo asciende a 105.713 pesos (US$ 92 al tipo de cambio paralelo). Es decir, lo percibido por Fernández de Kirchner equivale a 114 jubilados de la mínima, o en el caso de Macri a 54 y en el de Rodríguez Saá a 52.
Esta brecha entre ciudadanos y expresidentes u otro tipo de exfuncionarios es la razón por la cual se conoce como “jubilaciones de privilegio” a las asignaciones vitalicias mensuales que cobran quienes pasaron por el poder.
El Gobierno de Javier Milei propuso eliminarlas en la denominada y fallida “ley ómnibus”.
En el caso de la expresidenta Fernández, los más de 12 millones de pesos en bruto que percibió en diciembre se componen de la sumatoria de su jubilación (6.731.489 de pesos o US$ 5.879) y su pensión por ser la viuda del expresidente Néstor Kirchner (5.347.976,03 de pesos o US$ 4.670).
La diferencia entre los “privilegiados” y los “no privilegiados” también resulta grande al considerar el haber máximo que se puede cobrar por una jubilación.
Según la Anses, el máximo tiene un valor de 711.345,76 pesos (unos US$ 650 a la cotización no oficial). Es decir, la jubilación de Fernández de Kirchner es 9 veces más grande que lo que gana el jubilado con el haber más alto; y la de Macri es 8 veces más grande, al igual que la de Rodríguez Saá.
CNN se contactó con los voceros de Fernández de Kirchner, Macri y con Rodríguez Saá para conocer si se sentían “privilegiados” con estas asignaciones vitalicias, pero ninguno respondió. Ese pago es una práctica común en varios países.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) correspondientes al primer semestre de 2023 reflejan que el 13,2% de los mayores de 65 años son pobres. Es decir, sus ingresos no cubren los gastos de la canasta básica.
Esta urgencia contrasta con la situación de aquellos expresidentes que perciben las asignaciones vitalicias más altas.
Los bienes, depósitos y dinero que recibió Fernández de Kirchner a finales de 2023 ascienden a 249.421.220,32 pesos (US$ 217.835), según su última declaración jurada presentada ante la Oficina Anticorrupción; en el caso de Macri esa cifra era de 273.282.463,40 pesos (US$ 238.674) cuando dejó la presidencia en 2019; y en el caso de Rodríguez Saá 52.185.303,87 (US$ 45.576) en 2022, cuando era senador.
Según el listado volcado en la respuesta de la Anses, también perciben una asignación vitalicia, popularmente descrita como “de privilegio”, la viuda del expresidente Carlos Menem, Zulema Yoma (4,7 millones de pesos o US$ 4.104); la exvicepresidenta durante el mandato de Macri, Gabriela Michetti (4,2 millones de pesos o US$ 3.668); el exvicepresidente y actual diputado Julio Cobos (4,1 millones de pesos o US$ 3.580); la viuda del expresidente Fernando De La Rúa, Inés Pertine (4 millones de pesos o US$ 3.493); la viuda del expresidente Roberto Levingston, Bety Nelly Andrés (3,7 millones de pesos o US$ 3.231); el exvicepresidente Amado Boudou, condenado con inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos (3,5 millones de pesos o US$ 3.056); la expresidenta María Estela Martínez de Perón (2,9 millones de pesos o US$ 2.532) y la hija del expresidente José María Guido, Amalia Carmen Guido (2,9 millones de pesos o US$ 2.533).
La jubilación mínima apenas representa el 33,7% de la canasta básica del jubilado elaborada por la ONG Gerontovida, cuyo valor en octubre registró 313.185 pesos (US$ 274).
Las “jubilaciones y pensiones de privilegio” se encuentran reguladas por la ley 24.018 de asignaciones vitalicias para expresidentes, exvicepresidentes, exjueces de la Corte Suprema de Justicia, exlegisladores y otros exfuncionarios del Poder Ejecutivo nacional y provinciales.
La ley aclara que en caso de muerte, el beneficio “se extenderá a la viuda o viudo, en concurrencia con los hijos e hijas solteros hasta los 18 años de edad”. A su vez, dicho límite de edad “no regirá si los hijos e hijas solteros se encontraren incapacitados para el trabajo”.
CNN solo tuvo acceso a las asignaciones vinculadas a los cargos de presidente y vicepresidente. En diálogo con la dirección de prensa de Anses solicitó conocer el número exacto de personas que reciben este beneficio, pero se negó la respuesta por esa vía de comunicación.
Según números de la Anses, 7.006.061 personas percibieron una jubilación o pensión en diciembre. De ellas, solo el 0,001% superó lo que reciben Fernández de Kirchner, Macri o Rodríguez Saá; solo el 0,003% superó la pensión de Yoma; solo el 0,007% superó lo que cobran Michetti, Cobos o Pertiné; solo el 0,01% superó a Boudou o Andrés; y solo el 0,02% superó la línea de la jubilación de Martínez de Perón o Guido.
“Me parece una falta de respeto a la sociedad que tengamos ese tipo de salario”, dijo a CNN el expresidente Eduardo Duhalde, quien aseguró percibir una jubilación sin ninguno de los beneficios de la ley de asignaciones vitalicias. Su nombre no integra el listado que Anses le brindó a CNN. Duhalde fue uno de los cinco presidentes de la crisis del 2001. Ejerció el cargo hasta entregarle el poder a Néstor Kirchner en 2003. Además se desempeñó como vice entre 1989 y 1991.
Otros expresidentes que ostentaron el cargo en la crisis del 2001 como Ramón Puerta o Eduardo Camaño, a diferencia de Rodríguez Saá, no perciben este beneficio porque decidieron no tramitarlo. El mismo caso aplica para el exvicepresidente Carlos Ruckauf. El exvicepresidente y actual secretario de Turismo, Deportes y Ambiente, Daniel Scioli, percibió este beneficio hasta que comenzaron sus funciones como embajador argentino en Brasil.
En la respuesta de la Anses al pedido de acceso a la información pública presentado por CNN se explicó que se decidió brindar estos datos con nombre y apellido porque reviste de interés público. Incluso, se citó una declaración de la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales: “Que por otra parte, no es posible ejercer el control de los actos de gobierno si el sujeto obligado no entrega información acerca de los montos pagados como pensiones vitalicias a los expresidentes y exvicepresidentes (o a sus herederos en los casos de fallecimientos)”.