Melanie es mexicana, Alex es ucraniano. Se enamoraron estudiando en Lituania.

(CNN Español) – Cuando Melanie “Mel” Paquot dijo que iría un semestre de intercambio a Lituania, sus amigos y familiares se extrañaron.

A pesar de ser originaria del norte de México, Mel no estaba acostumbrada a temperaturas tan frías y la decisión de irse a Lituania parecía “al azar”, pero era su última oportunidad para aprovechar el programa de intercambio al extranjero de su universidad.

Estudiando en la LCC International University, compartió clase con Alex Rubel, quien nació y creció en Ucrania, pero fue a estudiar a Lituania por recomendación de un amigo de su familia.

En la primavera de 2015, Mel le regaló a Alex una pulsera tejida color naranja, típica de su estado natal, Chihuahua. Alex se la puso en la muñeca derecha y nunca más se la quitó.

Mel le regaló a Alex una pulsera de su natal Chihuahua.

Habían tenido pocas interacciones, pero a Mel le llamaba la atención Alex y decidió dar el primer paso: invitarlo a tomar  un café.

“Yo no entendía por qué me invitaba, le pregunté si quería hablar de la tarea o de algo de la clase”, cuenta Alex a CNN.

Lo que parecía una salida sin expectativas, pues ambos sabían que Mel solo estaría un semestre en Lituania, se convirtió en una cita de horas. Platicaron por tanto tiempo que el café donde se encontraban cerró y los autobuses dejaron de pasar por la zona: tuvieron que regresar caminando al campus universitario, lo que les dio oportunidad de conversar aún más.

“Si no te gusto, solo di: ‘manzana’”

Melanie y Alex se conocieron en la LCC International University.

Mel cuenta que, poco después, recibió por Facebook un mensaje de Alex.

“Me dijo que yo le gustaba. Era un mensaje larguísimo y diferente. Decía algo así como: ‘La verdad es que me gustas. Si yo no te gusto, solo di ‘manzana’ y no volvemos a hablar del tema. Pero si te gusto, podemos hablarlo’”, asegura.

Entre risas, Alex cuenta que “por si acaso”, quería hacer el rechazo “lo más cómodo posible”.

Salieron de forma constante antes de enfrentar uno de los primeros choques culturales. Cuando Alex se refirió a Melanie como su novia, ella le dijo firmemente que no eran novios todavía.

“No me has preguntado si quiero ser tu novia”, dijo Mel en ese entonces. A Alex le extrañó esa afirmación.

“Yo ya le había dicho que me gustaba y ella me dijo que yo le gustaba. Para mí, ya éramos novios”, explica Alex.

“Bueno… ¿quieres ser mi novia?”, preguntó entonces Alex.

“No, pero tienes que preguntarme más bonito”, dijo Mel quien esperaba, como es común en México, algún gran gesto romántico. Eventualmente, Alex le pidió a Melanie que fuera su novia con una flor. Esta vez, ella dijo que sí.

Mel esperaba que Alex le pidiera ser su novia con un gesto romántico, como es común en México.

Al terminar el semestre, Mel tuvo que regresar a México. Alex y ella acordaron intentar una relación a distancia.

“Nos veíamos dos veces al año: en verano y en invierno. Me fui de Lituania en mayo y nos vimos hasta diciembre de ese año”, cuenta Mel.

La tercera es la vencida

Alex y Mel mantuvieron su relación a distancia por dos años.

Tras dos años de relación a distancia, Mel estaba a punto de terminar la universidad y Alex tenía una oferta de trabajo en Europa.

Sabían que querían seguir juntos así que Alex se mudó a Estados Unidos, donde Mel vivía temporalmente. Sabían que querían dar el siguiente paso, pero el momento en que se comprometieron no fue nada romántico, algo que cuentan entre risas.

El anillo de compromiso llegó al domicilio de Mel antes que Alex, por lo que ella lo recibió por paquetería.

“Tenía la caja en mi casa. Veía la caja y solo podía pensar: ahí está mi anillo de compromiso y no lo puedo abrir. Nada romántico”, cuenta Mel.

Alex estaba en la ciudad solamente por una semana antes de regresar a Europa para terminar pendientes antes de su mudanza. Ambos sabían que se comprometerían algún día de esa semana, por lo que el elemento sorpresa estaba completamente arruinado.

Una noche, la pareja se encontraba afuera de un McDonald’s cuando los alcanzó una fuerte lluvia. Se subieron al coche y Alex, desde el asiento del copiloto, sacó de su bolsillo el anillo.

“He traído conmigo esto todo el día”, le dijo a Mel y le dio el anillo sin decir más. Le tomó una foto con una Polaroid a una desconcertada Mel, que esperaba una propuesta más romántica.

“En mi defensa, estuve toda la semana buscando el momento indicado y nunca llegó. Era mi último día antes de regresarme [a Europa] y me puse nervioso”, explica Alex con una sonrisa.

Pero la tercera es la vencida: gracias a un desperfecto del anillo, Alex pudo hacer el gesto romántico que Mel esperaba desde los primeros meses de conocerse.

“Era un anillo de internet. No teníamos mucho dinero, pues éramos estudiantes y alguien lo pisó y se dobló. Lo mandamos arreglar y, cuando nos lo dieron de regreso, Alex aprovechó”, cuenta Mel. Esa vez, se hincó y, en un momento romántico, le pidió que se casara con él.

Familia multicultural

Mel, Alex y su hija Mía.

Se casaron en México en 2017 y se mudaron por un periodo a Canadá, pues Alex aún no sabía hablar español. Regresaron a México en 2020, poco antes de la pandemia de covid-19.

Fue a la mitad de la pandemia que Mel comenzó a crear contenido en redes sociales, relatando las aventuras de una pareja multicultural en la cuenta de TikTok @mexikraine.

En 2021, nació Mía Kateryna, su hija.

Mía está siendo criada en tres idiomas: español, ucraniano e inglés. En su escuela habla español, lee libros en ucraniano en casa y en casa habla inglés.

La familia extendida también es muy importante para Alex y Mel. El hermano de Alex se encuentra en Letonia y están en contacto constante.

“Hablamos por videollamada y Mía juega con su prima. No se entienden, pero muestran en la cámara sus muñecas y juegan”, cuenta Mel.

Las mamás de Melanie y Alex se comunican en inglés y mantienen contacto por redes sociales. Ninguno de los padres habla inglés o el idioma del otro: sus hijos y esposas toman el rol de traductores cuando se reúnen todos.

La pareja se casó en 2017.

Sin embargo, la situación política ha dificultado que la familia entera se reúna en los últimos años. Los padres de Alex se encuentran actualmente en Ucrania, que se acerca a su segundo año en guerra con Rusia.

“Hablamos seguido con ellos por videollamada. Hay mucha incertidumbre sobre la guerra y ellos están relativamente cerca del peligro, se escuchan seguido sirenas de misiles. Les hemos dicho que se vengan a México, pero no es fácil para ellos dejar una casa donde han vivido 30 años para ir a un país donde no hablan el idioma”, dice Alex.

Aunque la familia Rubel-Paquot no descarta mudarse a otro país con alguna oportunidad laboral, aman la vida que han construido en México.

“En México es muy fácil integrarse, incluso si no hablas el idioma. Te aceptan. Te invitan a hacer una carne asada. Melanie tiene una familia muy grande, con muchas reuniones, con muchos niños. México es nuestra casa”, dice Alex.

Esta historia fue publicada originalmente el 15 de febrero y actualizada este domingo 25