(CNN en Español) – Dos fotos en menos de 48 horas. La primera: Javier Milei saluda desde el balcón de Casa Rosada, la mano en alto. A su lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, imita el gesto. Ambos sonríen. La segunda: Milei, con la emoción de un niño que conoce a Messi, mira a los ojos a Donald Trump mientras aprieta su mano. Es el encuentro más esperado.
Blinken ya sabía que Milei buscaría juntarse con Trump en suelo estadounidense inmediatamente después de verlo, pero aun así declaró ante la prensa que la reunión había sido “incredibly positive”. Es decir, no propicia, no buena sino “increíblemente positiva”.
Esto nos lleva a un par de preguntas. ¿A qué juega el presidente argentino con EE.UU.? ¿Por qué el gobierno norteamericano de Joe Biden tiene declaraciones tan favorables?
Milei y un sueño hecho realidad
“Make Argentina Great Again”, “¡Viva la libertad carajo!”, gritan Trump y luego Milei, en un video informal que se viralizó apenas 24 horas después de la reunión oficial con el enviado del gobierno norteamericano.
La escena se replica infinidad de veces en las redes, se festeja entre los propios, se vuelve un ícono. Milei pasa el resto del fin de semana retuiteando y dándole un “me gusta” a cada reacción.
Milei salió de Buenos Aires con aires de rockstar para asistir como orador invitado a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), una reunión anual que sucede desde hace décadas y que actualmente es la cumbre más importante de la extrema derecha en el mundo.
Este año fue, también, otro acto de campaña de Trump.
El politólogo especialista en política internacional Juan Elman presenció el evento y pudo observar el fenómeno en primera persona. En una crónica que escribió para el medio online Cenital dice que “en los últimos años (la cumbre) se ha internacionalizado, con la capacidad de proyectar nuevas estrellas”, estatus que le asigna al presidente argentino.
Del miércoles al sábado dijeron presente Nayib Bukele, presidente de El Salvador, Santiago Abascal, líder de Vox en España, la ex primera ministra británica Liz Truss -que duró menos de dos meses en su cargo luego de que su política de fuertes ajustes fiscales pusiera en jaque la economía de su país-, entre otros representantes de la derecha a nivel global como el asesor de Trump Steve Bannon, Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente de Brasil y, finalmente, el propio Milei.
Trump dedicó parte de su discurso a reconocerlo: ”El presidente de Argentina, ¡que tiene una gran cantidad de publicidad!, es un gran caballero, y saben, es MAGA, ‘Make Argentina Great Again’. Él lo dijo ‘soy MAGA’, y me di cuenta de que es uno de los pocos que lo pueden hacer bien”.
Y cuando le tocó al argentino subir al escenario fue recibido con aplausos y ovación. “Hola a todos, yo soy león”, dijo para romper el hielo.
Crónica de un puñal anunciado
Un periodista le preguntó a Blinken durante la rueda de prensa en Argentina si no había “ningún malestar de la Casa Blanca en torno a que el presidente viaje a Washington, quizás, para verse con quien va a ser justamente rival de Joe Biden”.
El secretario de Estado contestó: “No me dedico a la política, me dedico a las políticas y a la política exterior en este caso, y puedo decir que nos ha complacido la reunión con el presidente y todo el equipo y estamos más convencidos de que existe un fuerte deseo por parte del gobierno de Argentina y el de Estados Unidos de fortalecer y profundizar nuestra asociación”.
En conversación con CNN, la secretaria de redacción del diario La Nación y especialista en política internacional, Inés Capdevila, dice que, con su visita, Blinken “le marcó la cancha a Milei”. Desde este punto de vista, el presidente argentino no habría hecho acuse de recibo.
Ernesto Calvo, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Maryland, señala un contraste: “Estados Unidos mira muchas de estas cosas desde la política doméstica y es más probable que este viaje inocule las ventajas relativas de Trump si Milei no aparece como alguien que simplemente está peleado con uno y apoyando al otro”, explica a CNN.
Capdevila vuelve a poner el foco en el líder de La Libertad Avanza: “Actúa como candidato y no como presidente y no podemos juzgarlo como un personaje aislado de todo lo que implica ser presidente. Participar de un acto político es una jugada muy arriesgada y, encima, del principal rival; es meterse en el proceso político de un país”, subraya. “Hay que ver cómo actúa el gobierno de Estados Unidos a partir de ahora”, dice sin dar nada por sentado.
“De Blinken hay que entenderlo también como una sonrisa grande para alguien a quien se le está dando muy poco espacio político. Hay que tomar con dos granos de sal qué quiere decir que se lo trate amablemente”, advierte Calvo.
Argentina, un país con oro blanco
“Argentina está lista para desempeñar un papel clave en los minerales críticos para el siglo XXI, especialmente el litio, en el noroeste del país, donde nuestras compañías ya están haciendo inversiones específicas para procesar estos minerales”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos en la rueda de prensa posterior a su reunión con el mandatario argentino.
Argentina almacena 20 millones de toneladas de litio, según datos publicados por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Es el segundo país del mundo con más reservas de este mineral y, junto con Bolivia y Chile, conforma el famoso “triángulo del litio”, la región más codiciada con más del 50% de las provisiones globales.
Respecto a sus países vecinos, la legislación en materia de extracción es la más favorable a capitales extranjeros, dejando pocos dividendos a nivel local.
¿Puede ser esta la motivación de EE.UU.? Capdevila considera que el país norteamericano pudo haber buscado “mantener a raya a China y tener nuevas cadenas de suministro”.
En cambio, a Calvo le parece un tema menor. “No es un área de inversión estratégica de Estados Unidos. Todos esperan hace mucho tiempo el boom del litio pero lo cierto es que no ha pasado y tampoco está claro que Argentina sea el socio estratégico para ese boom, entre los socios que podrían serlo”, dice.
Milei, un interlocutor regional
Después de la reunión con el secretario de Estado, Milei compartió en su cuenta de X una nota de Infobae que hacía referencia a un artículo de The National Review.
“La Argentina de Milei está con Estados Unidos”, es el título de la pieza periodística, y sigue: “El enfoque del mandatario argentino está muy lejos del ascenso de líderes de izquierda antiestadounidenses en toda Sudamérica y su liderazgo constituye una oportunidad que no debería desaprovecharse”.
En la misma línea, Milei dijo que “Argentina ha decidido volver al lado de Occidente, al lado del progreso, a la democracia y, sobre todo, al de la libertad”.
Blinken también hizo referencia a la democracia en su declaración como parte de los “valores en común” con el gobierno argentino.
Según Capdevila, la Casa Blanca necesita un interlocutor regional y el gobierno de Joe Biden podría haber buscado eso en el presidente argentino que desde un primer momento proclamó su alineamiento con su país.
Por el contrario, Calvo vuelve a bajar el precio del encuentro: “El presidente de Estados Unidos no va a poner en riego su relación con Argentina porque no tiene nada para ganar ni para perder”, reflexiona.
Por su parte, Capdevila resalta la necesidad de Argentina de fomentar ese vínculo “por el poder de EE.UU. en el Fondo Monetario Internacional, por el rol en la región y demás factores que no hace falta enumerar”. Y finalmente, arroja una conclusión: “Creo que hay un poco de soberbia de parte de Milei, un poco de ingenuidad, y una falta total de comprensión de cómo funcionan las relaciones entre los Estados; y de su rol institucional y político”.