(CNN) – Más de 30.000 personas han muerto en Gaza desde que comenzó la guerra de Israel contra Hamas en octubre, informó este jueves el Ministerio de Sanidad del enclave asediado, un hito desolador que se produce en medio de la creciente presión internacional sobre Israel para que detenga los combates y el temor a nuevos derramamientos de sangre en la ciudad meridional de Rafah.
La altísima cifra subraya la terrible experiencia vivida durante meses por los palestinos en Gaza, en la que los bombardeos y las campañas terrestres de Israel han desplazado a la inmensa mayoría de la población y han creado una grave crisis humanitaria.
Israel se enfrenta a una creciente presión mundial para que detenga el conflicto, pero su campaña en Gaza ha conservado el apoyo de Estados Unidos, su principal aliado y mayor proveedor de ayuda militar. Estados Unidos propuso un “alto el fuego temporal” en las Naciones Unidas a principios de este mes, pero ha vetado las peticiones de un cese inmediato del conflicto.
El nuevo hito hace temer más sufrimiento en Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, donde se hacinan más de un millón de personas, y donde se espera que Israel lance una nueva ofensiva.
El Ministerio de Sanidad de Gaza no distingue entre civiles y combatientes, pero en las últimas actualizaciones ha afirmado que alrededor del 70% de las víctimas son mujeres y niños.
Israel calcula que unos 10.000 combatientes de Hamas han muerto desde el 7 de octubre, cuando Israel declaró la guerra al grupo militante. Más de 1.200 personas murieron en Israel durante los ataques de Hamas ese día, y más de 250 fueron secuestradas y tomadas como rehenes en Gaza.
CNN no puede verificar de forma independiente el número de víctimas en Gaza ni las estimaciones israelíes de combatientes de Hamas muertos.
Casi cinco meses después, Israel ha declarado que más de 100 rehenes siguen cautivos. Sus dirigentes políticos y militares han prometido seguir adelante con sus objetivos de devolver a esos rehenes y “destruir” a Hamas, a pesar de la presión internacional para que reduzcan la intensidad de su campaña.
El ministro israelí del gabinete de guerra, Benny Gantz, advirtió el 17 de febrero que las fuerzas israelíes ampliarán las operaciones militares en Rafah si no se devuelven los rehenes antes del Ramadán, que se espera que comience el 10 o el 11 de marzo.
“El mundo debe saberlo, y los dirigentes de Hamas deben saberlo: si para el Ramadán nuestros rehenes no están en casa, los combates continuarán en la zona de Rafah”, declaró Gantz en una reunión de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses celebrada en Jerusalén.
Los aliados occidentales de Israel están cada vez más preocupados por la naturaleza de sus bombardeos y campañas terrestres en Gaza, e incluso su socio más importante, Estados Unidos, plantea con mayor regularidad la difícil situación de los millones de palestinos atrapados en el camino de su ofensiva.
El presidente de Estados Unidos Joe Biden señaló a principios de este mes que la conducta de las Fuerzas de Defensa de Israel ha sido “exagerada”, su reprimenda más directa hasta la fecha.
Posteriormente, Biden dijo a Netanyahu que la acción militar en Rafah “no debería continuar sin un plan creíble y ejecutable que garantice la seguridad y el apoyo a los civiles”, según la lectura de una llamada telefónica entre ambos líderes, y más tarde Estados Unidos propuso una resolución de la ONU sobre un “alto el fuego temporal”, aunque no ha apoyado los llamados de otros países para que se aplique inmediatamente.
Además de desplazar a la mayoría de los 2,2 millones de habitantes de Gaza, la guerra ha reducido drásticamente el suministro de agua, electricidad y alimentos, y ha cortado el acceso a cuidados vitales. Los hospitales del enclave se han convertido en campos de batalla, con docenas de instalaciones que ya no funcionan.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA, declaró este martes que al menos 576.000 personas en toda Gaza “se enfrentan a niveles catastróficos de privación e inanición” y están “a un paso de la hambruna”.
Casi toda la población, de 2,2 millones de personas, necesita ayuda alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, que añadió que uno de cada seis niños menores de dos años está gravemente desnutrido.
“En Gaza se registra el peor nivel de desnutrición infantil de todo el mundo”, declaró este martes Carl Skau, Director Ejecutivo Adjunto del PMA, ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras tanto, en los alrededores de Rafah se ha formado una extensa ciudad de tiendas de campaña, a medida que más y más palestinos desplazados se dirigen a la ciudad, el último lugar al que pueden huir al norte de la frontera cerrada con Egipto.
En las últimas semanas, las esperanzas de un acuerdo de alto el fuego a cambio de rehenes han aumentado y disminuido en repetidas ocasiones, mientras prosiguen los esfuerzos diplomáticos de alto riesgo para garantizar una pausa en los combates.
Este lunes, CNN informó de que Hamas había dado marcha atrás en algunas exigencias clave de las negociaciones para un acuerdo sobre los rehenes y una pausa en los combates en Gaza tras las acusaciones israelíes de que su postura era “delirante”, según dos fuentes conocedoras de las conversaciones.
Biden dijo que espera que haya un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamas para “el próximo lunes”, afirmando que un acuerdo estaba “cerca” pero “no hecho todavía”.
Sin embargo, funcionarios de Israel, Hamas y Qatar han advertido contra el optimismo de Biden, sugiriendo que sigue habiendo diferencias mientras los negociadores trabajan para asegurar un acuerdo.
– Lauren Izso, Mohammed Tawfeeq, Catherine Nicholls, Pauline Lockwood y Alex Marquardt, de CNN contribuyeron con este reporte.