(CNN Español) – Fabio Lobo, hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo, amplió este viernes detalles de los supuestos sobornos que dice haberle pagado a Juan Orlando Hernández, quien sucedió a su padre en el gobierno del país centroamericano.
Después de su impactante aparición el jueves en el juicio que Hernández enfrenta en Nueva York por cargos relacionados con narcotráfico, Lobo hijo continuó siendo interrogado por los fiscales y aseguró que hizo dos pagos para la campaña de Hernández, que gobernó el país entre 2014 y 2022.
Fabio Lobo afirmó que el primero de esos pagos fue de US$ 200.000, entregados presuntamente a través de Hilda Hernández, hermana del entonces candidato, que murió en un accidente de helicóptero en 2017. Además, afirmó que en un encuentro posterior JOH, como es conocido el exmandatario, le recordó el supuesto aporte.
“Gracias por su contribución a mi campaña”, dijo Hernández, según el testimonio de Lobo.
En el segundo supuesto soborno, dijo Lobo, el pago fue de US$ 250.000 y pidió a cambio ayuda logística y de información para el narcotráfico.
Fabio Lobo, que en 2017 fue sentenciado en EE.UU. a 24 años de cárcel también por narcotráfico, aseguró varias veces que era muy cercano a Hernández y que tuvo múltiples reuniones con él. Durante el interrogatorio de la Fiscalía se mostró más sereno que el jueves, con menos aspavientos y sin el tono teatral de la víspera. Por momentos, miraba de reojo a Hernández.
El testigo dijo que en algunas conversaciones en las que mencionaba envíos de cocaína, ya sea telefónica o personalmente, Hernández supuestamente le pedía con énfasis: “Por favor, sea discreto”.
Además, relató un encuentro con Tony Hernández, otro hermano del expresidente que fue condenado por narcotráfico en EE.UU., en el que supuestamente recibió de un emisario un maletín con US$ 4 millones en efectivo. Según declaró, Tony le dijo que eran de parte del cartel de Los Valle para la campaña de Hernández.
Lobo testificó que miembros del cartel Los Cachiros le dijeron que Tony era la cara de la operación y que Juan Orlando Hernández supuestamente lo apoyaba en las sombras.
Además, afirmó que un presunto operador del Cartel de Sinaloa en Honduras le dijo que haría contribuciones a la campaña de Hernández.
Tensión en la defensa
En el contrainterrogatorio, Lobo se mostró desafiante con el abogado Raymond Colon, a cuyas preguntas debió responder luego de haber reconocido que mintió a fiscales y al juez sobre las actividades de su padre.
“Usted sabe, señor abogado, que la información va saliendo poco a poco, acorde a lo que pregunten los fiscales”, se excusó.
En ese pasaje, hubo momentos de tensión y miradas cruzadas en el equipo de la defensa.
Hernández, acostumbrado a dar mensajes a través de anotaciones, pareció perder la paciencia. “¡Nueve, nueve!”, exclamó a su abogado, al parecer corrigiendo a Colon el año al que se refería en una pregunta.
Luego, Colon interrogó sobre el vínculo entre el testigo y el acusado, ya que Lobo aseguró que han sido “muy cercanos”. El abogado le preguntó si tenía fotos de algún festejo privado, cumpleaños o evento familiar en las que aparezcan juntos, y Lobo respondió: “El señor Juan Orlando Hernández sabe perfectamente de mi relación con él. Lo conocí en 2002 cuando él no tenía nada, nada. Viajaba en el carro de la esposa para ir al Congreso”.
Colon pidió que la respuesta sea descartada y el juez aceptó. Lobo volvió a responder: “En mi casa tengo fotos, pero ahora vivo en una prisión”.
Colón le preguntó después si quería una reducción de sentencia, y si por ello estaba declarando contra Hernández. Lobo respondió afirmativamente.
-¿Declarando contra uno de sus mejores amigos? -subrayó el abogado. Hernández podría ser condenado a cadena perpetua si el jurado lo halla culpable.
Después de unos segundos, Lobo respondió:
-Sí, señor.
Cuando se retiraba de la sala, con su traje de prisión y los pies esposados, Lobo levantó la mirada y buscó a Hernández, pero el expresidente estaba conversando con sus abogados y no notó el gesto. No hubo una última mirada entre testigo y acusado.
Un expolicía, el undécimo testigo
La Fiscalía llamó después a un exoficial de la Policía de Honduras identificado como Giovani Rodríguez, que está recluido desde hace siete años en una cárcel de EE.UU. por cargos de narcotráfico, con un acuerdo de cooperación.
Según testificó, se dedicaba a acompañar cargamentos de droga y afirmó que también se declaró culpable del asesinato del fiscal Orlán Chávez, conocido en su país como el “fiscal de oro” cuando lideraba la Unidad de Lavado de Activos de la Fiscalía.
El testigo afirmó que la escolta de las drogas la realizaba junto a Mauricio Hernández Pineda, un expolicía y primo del expresidente que se declaró culpable en febrero. Rodríguez dijo que Hernández Pineda le aseguraba que ambos estaban supuestamente protegidos por los hermanos Juan Orlando y Tony Hernández.
En su testimonio, sostuvo que gracias a los Hernández fue ascendido a subcomisionado. Además, aseguró que estuvo varias veces en una casa que supuestamente pertenecía a Tony Hernández, donde dice que vio grandes cantidades de dinero y fiestas con prostitutas, pero admitió que nunca vio allí al presunto dueño.
También, dijo que se entregó en 2016 cuando vio noticias sobre una acusación en su contra. En ese momento, afirmó, Hernández Pineda le dijo que lo lamentaba y le advirtió que “tuviera cuidado”, y que no hiciera comentarios sobre los Hernández porque “eso sería muy peligroso”.
El juez adelantó que, en base a los testigos que restan, espera que la Fiscalía termine su turno el lunes, por lo que el martes podría iniciar el de la defensa, que todavía no ha confirmado si llamará a Hernández al estrado.