(CNN Español) – A pesar de la calma cambiaria de las últimas semanas en Argentina, en las que la cotización del dólar se comportó a la baja, el salto devaluatorio impulsado por el Gobierno del presidente Javier Milei en diciembre y la desregulación de distintos sectores de la economía antes regulados han provocado un impulso inflacionario que ya empieza a dejar huellas.
Con un índice de precios al consumidor (IPC) que ha aumentado 25,5% en diciembre y 20,6% en enero, con discusiones salariales todavía abiertas, los bolsillos de los argentinos están llegando a un límite. Y eso se refleja en el desplome de las ventas minoristas registrado en febrero, particularmente en dos rubros sensibles: alimentos y fármacos.
Un reciente informe realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) asegura que esa la caída de estas ventas fue de 25,5% interanual en el segundo mes del año y acumula una baja de 27% durante el primer bimestre de 2024 en comparación con el mismo período de 2023. Del mismo modo, se observó una retracción del orden de 7,4% al analizar el consumo en febrero cotejado con lo sucedido durante enero.
Alimentos y medicamentos
Si bien seis de los siete sectores medidos por CAME sufrieron retrocesos durante el mes pasado, las caídas interanuales más pronunciadas se dieron en perfumería (-40,9%); farmacia (-39%) y alimentos y bebidas (-33,3%). Algunos especialistas coinciden en que perfumería puede ser considerado un rubro más elástico a los vaivenes de la economía, pero tanto farmacia como alimentos y bebidas reflejan un cuadro de situación más concreto: muchos argentinos recortaron sus gastos en comida y en medicamentos por falta de ingresos.
El panorama es más visible si solo se toman las estadísticas acumuladas durante lo que va de 2024. De enero a febrero farmacia se contrajo 42,4% y alimentos y bebidas lo hizo 35,2%.
Pero este cuadro no es nuevo. Ya en enero, CAME había revelado el derrumbe de la venta de medicamentos. Farmacia fue el rubro de mayor caída interanual durante el primer mes del año (-45,8%). Mientras que, alimentos y bebidas había resultado la segunda contracción más importante (-37,1%).
Para tener una referencia del tamaño del desplome, es necesario aclarar que el consumo venía retrasado desde el año pasado, pero por ejemplo en diciembre alimentos y bebidas descendió 19,8% interanual, mientras que farmacia se contrajo 19% frente al mismo mes de 2023. Claramente, se aprecia que el porcentaje de caída de estos rubros casi se duplicó, lo que trae una consecuente merma en los bolsillos de los argentinos.
Otros rubros
Como se dijo, solo uno de los ítems relevados por la CAME resultó positivo en su variación interanual: textil e indumentaria registró un leve aumento del 3,5% en su comparación con febrero de 2023. Y su evolución también resultó positivo mes a mes (2,2%).
El resto de los sectores analizados se comportaron a la baja, tanto en términos interanuales como en el contraste con enero de este año. Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción se contrajo 28,2% interanual en febrero; bazar, decoración, textiles de hogar y muebles, cayó 22,7%; mientras que calzado y marroquinería disminuyó 21,4%.
Para los próximos meses, el Gobierno espera una desaceleración marcada del proceso inflacionario que colabore con la recuperación del consumo. Sin embargo, esa retracción no será inmediata y prevé una inflación de dos dígitos, al menos para febrero. Si los salarios no se recuperan con la misma velocidad, la reanimación de las ventas minoristas deberá esperar.