CNN (Hollywood) – Es un concepto al que le he estado echando cabeza en los últimos días, justo cuando nos acercamos a la meta final de una larga carrera por la codiciada estatuilla dorada: la globalización del Oscar.
La ceremonia del Oscar, según la Academia de Hollywood, es transmitida a más de 200 países y a un número de espectadores calculado en cientos de millones. Son cifras que suelen repetirse año tras año, aunque no tanto a nivel doméstico, donde este espectáculo televisivo llegó a registrar más de 40 millones de televidentes en Estados Unidos, hace una década. Hoy esa cifra apenas si llega a la mitad.
Y es debido a su atractivo internacional, muy por encima del que pueda tener cualquier prestigioso festival europeo o los galardones de otras academias del mundo, que el Oscar sigue siendo el gran referente del cine a nivel mundial. Digo mundial, aunque sabemos que con él, lo que aquí se exalta principalmente es al producto Made in Hollywood.
Sin embargo, en los últimos años, esa marca país se ha ido diluyendo un poco y en 2020, por primera vez en su historia, la Academia de Hollywood concedió su principal galardón de mejor película del año a una producción internacional no hablada en inglés: “Parasite”, de Corea del Sur.
En 2024, la apertura se sigue notando. En la lista de las 10 candidatas a mejor película del año encontramos no una sino dos producciones internacionales (llamadas antes extranjeras), definidas oficialmente como trabajos producidos fuera de Estados Unidos y cuyo diálogo sea en su mayoría diferente al inglés.
La primera es “Anatomy of a Fall” (Anatomía de una caída), que pese a su origen francés, no fue la que ese país envió como su candidata a mejor película internacional, pero que habiendo logrado entrar en la principal categoría, también figura en las contiendas de actriz principal, edición o montaje, guión original y dirección, estas dos últimas para Justine Triet.
Otra película internacional que acumula cinco candidaturas es “The Zone of Interest” (La zona de interés), que representa a Gran Bretaña y que en su producción también participó Polonia. La película cuenta una historia alemana (el Holoacusto) y es hablada principalmente en alemán.
Esta globalización apunta hacia varios aspectos y los ejemplos mencionados me hacen creer que en el futuro veremos aún más participación internacional entre los nominados a las categorías principales.
Es una tendencia que no es casual. Responde, en parte, al hecho de que en los últimos años la Academia de Hollywood ha hecho un gran esfuerzo de inclusión y diversificación, invitando a profesionales del mundo entero a que formen parte de sus filas, permitiéndoles el derecho al voto y que ellos, con su propia sensibilidad, miren hacia cinematografías diferentes a la estadounidense.
Sería imposible demostrarlo, porque el voto es secreto, pero quizá esa apertura permitió que este año la actriz alemana Sandra Hüller clasificara en el apartado de mejor actriz principal (por “Anatomía de una caída”, siendo además protagonista en “La zona de interés”) y no se favoreciera a una local como Natalie Portman o a la taquillera por excelencia Margot Robbie.
A la mayoría de votantes de la Academia se les describía antes como un grupo homogéneo de hombres mayores. Por eso, resultaba fácil adivinar sus preferencias. Pero ahora, cuando el número de votantes llega a 9.341 y representando a diversas nacionalidades, predecir ganadores se vuelve algo complicado.
Otra razón por la que el Oscar es más global que nunca tiene que ver con el streaming; sí, esas plataformas que por tanto tiempo Hollywood consideró como el gran enemigo.
Recuerdo cuando los amigos y amigas de las redes sociales me expresaban su frustración al no saber si las películas nominadas o las ganadoras llegarían algún día a la cartelera local.
“Oppenheimer”, que considero una obra para verse solo en pantalla gigante, hoy ya está disponible en streaming, siendo ella una producción respaldada por un estudio tradicional (Universal).
Por otro lado, Netflix supera este año, en acumulación de nominaciones, a cualquier otra plataforma e incluso a los viejos estudios. Fueron 18 menciones repartidas entre sus películas “Maestro”, “La sociedad de la nieve”, “Nyad”, etc.
Desaparece entonces la excusa que algunos tenían para no ver la ceremonia: “Es que a mi país no han llegado esas películas”. La globalización del Oscar le quita toda validez.