La policía compartió imágenes del material descubierto durante una redada en un apartamento de la ciudad española de Zaragoza.

(CNN) – La policía española dijo que desarticuló una presunta red de falsificación que vendía obras de arte falsas de Banksy en Estados Unidos y Europa por hasta 1.500 euros (US$ 1.642) cada una.

Los investigadores incautaron nueve obras de arte durante una redada en un apartamento de la ciudad de Zaragoza, en el norte de España, según la policía catalana. Un grupo que operaba desde el inmueble ha sido vinculado a unas 25 ventas —realizadas a través de plataformas online, salas de subastas y anticuarios— de obras atribuidas a Banksy, según informó la policía en un comunicado el jueves.

Agentes de la Unidad Central de Patrimonio Histórico de la policía catalana han identificado a víctimas en España, Alemania, Suiza, Estados Unidos y Reino Unido que compraron piezas del taller creyendo que pertenecían al proyecto “Dismaland” del artista callejero anónimo.

Las obras incautadas fueron creadas sobre cartón con pintura en aerosol utilizando plantillas, a las que se añadieron sellos de tinta y pegatinas para que parecieran auténticas.

La policía informó que ha acusado a cuatro personas de fraude y delitos contra la propiedad intelectual. Dos de los presuntos estafadores sufren “problemas financieros” e hicieron copias de la obra de Banksy antes de venderlas a “precios razonables no superiores a 80 euros (US$ 87)”, según el comunicado de la policía. El “principal sospechoso” tenía conocimientos del mundo del arte y se le acusa de hacer pasar las obras por auténticas utilizando certificados falsificados.

Según los investigadores, la organización Pest Control de Banksy, el único organismo capaz de autentificar oficialmente la obra del artista, ha confirmado que las piezas vinculadas al taller de Zaragoza son falsas, al igual que los certificados que las acompañan. La policía empezó a sospechar al observar que muchas obras similares habían aparecido en el mercado, añade el comunicado.

Banksy comenzó como grafitero en la ciudad británica de Bristol en la década de 1990 y desde entonces se ha convertido en uno de los nombres más cotizados del mundo del arte gracias a sus declaraciones subversivas y su humor negro.

Su instalación “Dismaland” de 2015, situada en una ciudad costera británica, era un giro retorcido de Disneylandia, un “parque de atracciones” con un decrépito castillo de cuento de hadas, un juego en el que los visitantes navegaban en embarcaciones repletas de inmigrantes a través de aguas turbias y una tienda de préstamos a alto interés para niños que buscaban anticipos de su paga.

Aunque el valor de mercado de sus obras se ha disparado en los últimos años (su famosa obra de autodestrucción “Love is in the Bin” se vendió por la cifra récord de US$ 25,4 millones en una subasta de Sotheby’s en 2021), Banksy sigue realizando obras en espacios públicos que hacen casi imposible su conservación, e incluso invitan al robo o la desfiguración.

La investigación sigue abierta, y la policía dijo que no descarta que haya más víctimas y más detenciones.

Vasco Cotovio de CNN contribuyó a este reporte.