Nueva York (CNN) – En su día, Tesla, de Elon Musk, representó el futuro de la industria automotriz. Ahora, el propio futuro de la empresa está en duda.
El otrora exitoso fabricante de vehículos eléctricos, anunciado como parte de las acciones llamadas las Siete Magníficas es actualmente la empresa de peor desempeño en el S&P 500 este año, con una caída de casi 32% desde enero.
La historia del declive de Tesla está bien documentada. La empresa se ha visto acosada por problemas de seguridad y llamadas a revisión, lo que ha desacelerado su crecimiento e incluso le ha obligado a recortar los precios. Pero un nuevo informe del analista de Wells Fargo, Colin Langan, ofrece un panorama más oscuro de lo que se había imaginado.
Tesla, escribió, es una “empresa de crecimiento sin crecimiento”.
Langan predice que el crecimiento de Tesla se mantendrá plano este año y luego disminuirá en 2025 a medida que aumente la competencia, las entregas decepcionen y la atribulada empresa automovilística y tecnológica se vea obligada a recortar los precios de nuevo.
UBS también rebajó el miércoles sus previsiones para Tesla. Los analistas señalan que las preocupaciones aumentan a medida que se ralentiza la demanda de vehículos eléctricos y que los rivales chinos se hacen con una cuota cada vez mayor del mercado mundial.
A excepción de Tesla, todas las empresas de las Siete Magníficas (que también incluye a Apple, Amazon, Meta, Google, Nvidia y Microsoft) registraron un crecimiento de beneficios de dos o tres dígitos en los tres últimos meses de 2023. Tesla registró un descenso del 40% en sus beneficios respecto al año anterior.
Tesla ha atravesado una tormenta perfecta. El entorno de los vehículos eléctricos está cada vez más saturado, al tiempo que se cuestionan los fundamentos de la empresa. El precio de sus acciones ha caído un 60% desde su máximo histórico de 2021, US$ 407.
Pero incluso con la reducción reciente del precio, las acciones de Tesla siguen siendo muy caras en comparación con sus ganancias y beneficios reales, dijo Langan. La antigua propensión de la compañía a un rápido crecimiento ya no es segura, dijo, y las acciones probablemente seguirán cayendo.
Wells Fargo rebajó su precio objetivo para las acciones de US$ 200 a 125, con lo que prevé otro descenso del valor del 25%. UBS, por su parte, ha rebajado su precio objetivo a unos más moderados de US$ 225 a US$ 165.