(CNN) – Peter Navarro, exasistente del expresidente Donald Trump, se presentó en una prisión federal en Miami, haciendo historia como el primer exfuncionario de la Casa Blanca en ser encarcelado por una condena por desacato al Congreso.
Navarro fue sentenciado a cuatro meses de prisión por negarse a cumplir con una comparecencia de la comisión selecta de la Cámara de Representantes que investigó el ataque al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
Antes de presentarse en la cárcel, Navarro habló durante 30 minutos en una gasolinera y calificó el caso en su contra como un “asalto sin precedentes a la separación constitucional de poderes”.
Afirmó que las tácticas legales que se utilizaron contra él se utilizarían contra Trump: “Estoy enojado, eso es lo que siento ahora”.
Navarro concluyó: “Dios los bendiga a todos, nos vemos del otro lado”.
Su condena fue un raro ejemplo de cómo un miembro del círculo íntimo de Trump es responsabilizado por el sistema de justicia por su resistencia al escrutinio. La estancia de Navarro en prisión se produce cuando el propio Trump aún no ha afrontado consecuencias penales por los diversos delitos de los que ha sido acusado.
“Es histórico, y lo será para los futuros asistentes de la Casa Blanca que sean citados por el Congreso”, dijo el lunes Stanley Brand, exasesor general de la Cámara de Representantes que ahora representa a Navarro como uno de sus abogados defensores.
El castigo de Navarro por evadir una investigación de la Cámara aumentará la influencia que tendrán los legisladores (bajo administraciones de ambos partidos) para asegurar la cooperación en sus investigaciones.
Durante décadas, los dos poderes del Estado se han enfrascado en un tira y afloja sobre las protecciones que rodean a la presidencia y el modo en que el Congreso puede hacer cumplir sus órdenes de comparecencia. Ha habido incentivos en ambas partes para negociar un acuerdo en lugar de poner a prueba en los tribunales las monumentales cuestiones del privilegio y la inmunidad del Ejecutivo.
En este caso, el Departamento de Justicia tomó la medida poco común de procesar a un exasesor de la Casa Blanca por ignorar una comparecencia del Congreso, a instancias del Congreso después de declarar a Navarro por desacato penal y remitirlo al Departamento de Justicia. Los fiscales dijeron que el incumplimiento total de Navarro a las demandas de los legisladores lo alejaba mucho de los vaivenes que otros exfuncionarios típicamente han tenido con los legisladores sobre su participación en investigaciones del Congreso.
Navarro hizo un último intento por lograr una intervención de la Corte Suprema que pospusiera su entrega a prisión.
“El procesamiento de un alto asesor presidencial que afirma el privilegio ejecutivo entra en conflicto con la independencia constitucional requerida por la doctrina de la separación de poderes”, escribieron sus abogados al Tribunal Superior. “Ni una sola vez antes del procesamiento del Dr. Navarro el Departamento de Justicia había concluido que un alto asesor presidencial podría ser procesado por desacato al Congreso luego de una afirmación de privilegio ejecutivo”.
Sus abogados incluso invocaron a la madre del juez de la Corte Suprema Neil Gorsuch, Anne Gorsuch, quien como administradora de la Agencia de Protección Ambiental en la década de 1980 fue acusada de desacato por la Cámara de Representantes de Estados Unidos pero nunca procesada.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, rechazó la solicitud de Navarro el lunes.
Navarro nunca ha podido demostrar que el privilegio ejecutivo se habría aplicado a la información que relacionó con las elecciones de 2020.
La procuradora general de Estados Unidos, Elizabeth Prelogar, respondió a los magistrados que incluso “un reclamo exitoso de privilegio no excusaría el incumplimiento total por parte del solicitante de la comparecencia”.
Mientras que hace muchas décadas la Cámara de Representantes de EE.UU. detendría por sus propios medios a los testigos que frustraran sus citaciones, en los últimos años el Congreso solo podía buscar la ejecución de las citaciones a través de demandas –que se volvieron más difíciles durante la presidencia de Trump– y a través de remisiones al Departamento de Justicia. Sin embargo, el número de veces que el Departamento de Justicia acordó procesar a un testigo por desacato al Congreso es extremadamente bajo. En 2010, un funcionario político designado en la administración de George W. Bush fue acusado de desacato al Congreso y luego llegó a un acuerdo para cumplir un día de cárcel.
Desestimando la investigación sobre el 6 de enero de la Cámara
Aunque los enfrentamientos de alto riesgo sobre la participación de los presidentes y sus asesores en las investigaciones del Congreso son anteriores a la administración Trump, Trump y sus aliados llevaron la resistencia a un nuevo nivel, tanto durante como después de la presidencia de Trump.
Navarro fue citado a presentar documentos y testimonios relacionados con los esfuerzos para revocar las elecciones de 2020, que culminaron con el asalto del Capitolio el 6 de enero de 2021. Navarro rechazó las demandas, alegando que Trump había afirmado privilegio sobre las solicitudes y argumentando que la comisión de la Cámara debe negociar directamente con Trump para resolver esa disputa. Fue acusado en junio de 2022 de dos cargos de desacato al Congreso y declarado culpable de ambos cargos en septiembre pasado.
El exasesor de Trump, Steve Bannon, fue procesado y condenado por cargos similares, derivados de su propio incumplimiento de las comparecencias de la comisión de la Cámara del 6 de enero. Ya no estaba en la Casa Blanca durante el periodo que la comisión de la Cámara estaba investigando. El juez de primera instancia de su caso, el juez federal de distrito Carl Nichols, permitió que Bannon retrasara el cumplimiento de su sentencia de prisión de cuatro meses mientras continúan tramitándose sus apelaciones.
Cómo podría ser el encarcelamiento de Navarro
Se espera que Navarro pase 90 días tras las rejas, dadas las leyes federales que permiten la liberación anticipada de ciertos reclusos.
Espera que lo asignen a un dormitorio con aire acondicionado reservado para reclusos varones “ancianos”, según Sam Mangel, el consultor penitenciario que Navarro contrató para prepararse para su encarcelamiento.
Ese dormitorio alberga a 80 hombres en literas, dijo Mangel a CNN, y “no habrá privacidad en el dormitorio”.
“Puede resultar aterrador e intimidante. Pero estará perfectamente a salvo”, dijo Mangel. Navarro tendrá acceso a los televisores instalados en la prisión que le permitirán seguir las noticias, y también podrá utilizar el correo electrónico y hacer llamadas telefónicas.
La prisión es una de las más antiguas del país y se encuentra junto al zoológico de la ciudad.
“No solo puedes escuchar a los leones… puedes escuchar a los leones rugir todas las mañanas”, dijo Mangel.