(CNN) – Los titulares de Rusia en las últimas semanas han sido sombríos: la muerte del líder opositor Alexey Navalny, una elección amañada y una insistencia despiadada por parte del presidente Vladimir Putin en seguir adelante con su guerra en Ucrania.
Ahora, llega otro golpe al sistema, con el espantoso asesinato de al menos 139 personas en un ataque terrorista en una sala de conciertos justo fuera de Moscú. Y con su brutal respuesta oficial al ataque, Rusia parece haber tomado un giro aún más oscuro.
Si bien el grupo terrorista ISIS reclamó la responsabilidad por la masacre, publicando imágenes espantosas de la carnicería, el Kremlin las ha tergiversado. Putin insinuó primero, de manera poco plausible y sin evidencia, que Ucrania había “abierto una ventana” para que los terroristas escaparan a través de una línea del frente activa. Este lunes, dijo que el crimen había sido “cometido por islamistas radicales”, pero nuevamente alegó que los perpetradores planeaban huir a Ucrania. Kyiv ha negado vehementemente su participación y calificó las afirmaciones del Kremlin de “absurdas”.
Mientras tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha desestimado las preguntas sobre las advertencias de Estados Unidos sobre el riesgo de ataques terroristas en Rusia. “La inteligencia nunca se proporciona al Kremlin”, dijo en una conferencia telefónica con periodistas el lunes. “Se proporciona a través de canales de una agencia de inteligencia a otra agencia de inteligencia. Esto se clasifica como información sensible que no se divulga”.
Peskov agregó: “Actualmente no hay contactos con occidentales”.
Putin llegó al poder con la promesa de ser duro con los terroristas: el exagente de la KGB era un político relativamente desconocido cuando prometió en 1999 “eliminar” a los separatistas chechenos.
Esa amenaza siguió a una serie de bombardeos de apartamentos en Rusia que cobraron cientos de vidas y desataron semanas de pánico nacional. Putin cumpliría su amenaza con la invasión de la Chechenia separatista, un movimiento que lo catapultó a la posición de hombre duro al mando de Rusia, una imagen que lo ayudaría a asegurar el poder indiscutido.
La segunda guerra en Chechenia fue un asunto brutal, y los activistas de derechos humanos documentaron la aparición de los llamados “campos de filtración” donde los civiles eran rutinariamente sometidos a humillación, tortura y a veces ejecución extrajudicial. Las tropas rusas repitieron la práctica en partes ocupadas de Ucrania.
La fea conducta de las fuerzas de seguridad rusas tanto en Chechenia como en Ucrania a menudo ha permanecido fuera de la vista pública, al menos cuando se trata de la narrativa promovida a través de los medios de comunicación rusos oficiales. Pero después del ataque al Crocus City Hall del viernes, la brutalidad de los servicios de seguridad rusos apareció desnuda.
Imágenes de video e imágenes fijas que han surgido en las redes sociales rusas parecen mostrar el interrogatorio violento de varios de los hombres presuntamente involucrados en el ataque terrorista. Un video parece mostrar a uno de los sospechosos, Saidakrami Rachabalizoda, siendo empujado boca abajo al suelo mientras un interrogador le corta parte de la oreja. Un canal de Telegram pro-Kremlin publicó una fotografía fija que parecía mostrar la electrocución de otro.
¿La respuesta a esto? Regodeo abierto por parte de algunas figuras prominentes conectadas al Kremlin.
Margarita Simonyan, la editora en jefe de la red de propaganda estatal rusa RT, publicó con aprobación un video en la red social rusa VK que parecía mostrar a un sospechoso por el ataque al Crocus City Hall temblando mientras era interrogado. Y en una publicación separada en X, Simonyan publicó un video de un sospechoso esposado siendo llevado a la corte mientras estaba inclinado por los funcionarios de seguridad y un video de Rachabalizoda en la corte con una oreja vendada.
“Nunca esperé esto de mí misma, pero cuando veo cómo los llevan a la corte inclinados, y incluso esto [tener la oreja cortada], no siento nada más que placer”, escribió.
El silencio del Kremlin sobre el asunto ha sido revelador, con Peskov negándose a comentar cuando se le preguntó sobre la evidencia de abuso a los sospechosos. Envía un mensaje a los rusos comunes y al mundo: las fuerzas de seguridad estatales rusas son capaces de cualquier cosa.
Dmitry Medvedev, expresidente de Rusia y sustituto de Putin durante un interregno de cuatro años, fue característicamente militante en sus comentarios sobre la tragedia. “Todos me preguntan, ¿qué se debe hacer?”, dijo Medvedev, según la agencia de noticias estatal rusa TASS. “Fueron atrapados. Bien hecho a todos los que los atraparon.
“¿Deberían ser asesinados?”, continuó Medvedev. “Definitivamente. Y eso sucederá. Pero es aún más importante matar a todos los involucrados. Todos. Quién pagó, quién simpatizó, quién ayudó. Matarlos a todos”.
Medvedev ya no es un jugador político destacado, pero ha surgido desde la invasión a gran escala de Ucrania como un indicador confiable del sentimiento de extrema derecha en Rusia. Y ese tipo de sentimiento militante parece estar en aumento. Rusia no tiene la pena de muerte, pero en un comunicado en el canal estatal Rossiya-24, Vladimir Vasiliev, jefe de la facción de Rusia Unida en la Cámara Baja del Parlamento, dijo que sus colegas legisladores podrían considerar el tema de revivirla.
“Ahora se están haciendo muchas preguntas sobre la pena de muerte”, dijo, según la agencia de noticias estatal RIA-Novosti. “Este tema ciertamente será abordado de manera profunda, profesional y significativa. Y se tomará una decisión que satisfaga los estados de ánimo y expectativas de nuestra sociedad”.
Los sentimientos de la sociedad en general pueden ser difíciles de medir, pero el estado de ánimo de la clase política de Rusia ya es claro. Es vengativo y todas las opciones están sobre la mesa.
– La periodista de CNN Anna Chernova contribuyó con este reporte.