(CNN) – El presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, parece haber puesto en duda las afirmaciones de Rusia de que Ucrania estuvo involucrada en el brutal ataque en una sala de conciertos de Moscú la semana pasada.
ISIS se atribuyó la responsabilidad de la masacre, en la que murieron al menos 139 personas, y publicó imágenes explícitas del incidente, pero el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sugirió repetidamente, sin pruebas, que Ucrania había ayudó a perpetrar el hecho.
Putin afirmó el sábado que se preparó una “ventana” para que los atacantes escaparan a Ucrania, algo lo que negó Kyiv.
Pero Lukashenko, uno de los aliados más leales de Putin, pareció contradecir el martes las afirmaciones del Kremlin, diciendo que los atacantes inicialmente tenían la intención de ingresar a Belarús en lugar de Ucrania.
“No pudieron entrar en Belarús. Sus responsables… sabían que sería una muy mala idea intentar entrar en Belarús, porque Belarús reforzó inmediatamente las medidas de seguridad”, dijo Lukashenko, según la agencia de noticias bielorrusa Belta.
Lukashenko dijo que recibió informes de las autoridades rusas “minutos” después de que comenzara el ataque y puso a las unidades bielorrusas en alerta de combate, estableciendo puntos de control en las carreteras para evitar que los atacantes ingresaran al país.
“Por eso no había ninguna posibilidad de que pudieran entrar en Belarús. Se dieron cuenta. Así que dieron un giro y se dirigieron a la frontera entre Ucrania y Rusia”, dijo.
Los atacantes irrumpieron el viernes en el Crocus City Hall en un suburbio de Moscú, disparando a civiles a quemarropa antes de incendiar el edificio, causando que el techo se derrumbara mientras los asistentes al concierto todavía estaban dentro.
Cuatro sospechosos, que son de la república de Tayikistán, en Asia central, pero que trabajaron en Rusia con visas temporales o vencidas, fueron detenidos el viernes por la noche en la región rusa de Bryansk, cerca de la frontera con Ucrania y Belarús.
En su primer discurso nacional después del ataque, Putin alegó el sábado que los hombres “intentaron esconderse y avanzar hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se les preparó una ventana en el lado ucraniano para cruzar la frontera”.
Putin admitió el lunes que el ataque fue ejecutado por “islamistas radicales”, pero aun así intentó atribuir la responsabilidad final a Ucrania.
Otros funcionarios del Kremlin ampliaron sus afirmaciones. Alexander Bortnikov, director de los Servicios Federales de Seguridad (FSB) de Rusia, alegó el martes que Ucrania estaba involucrada en el “entrenamiento de militantes en Medio Oriente”.
Ucrania negó vehementemente su participación en el ataque y calificó de “absurdas” las afirmaciones del Kremlin. Otros han especulado por qué los atacantes intentarían huir a través de una sección de la frontera fuertemente militarizada, con una gran presencia de soldados rusos.
Y Lukashenko, al intentar promover la posición de Bielorrusia como aliado confiable de Rusia, pudo haber debilitado aún más, sin darse cuenta, las acusaciones de Putin.
Belta informó que Lukashenko acordó “sellar su sección de la carretera que podría ser utilizada por los delincuentes” cuando recibió información de funcionarios rusos, incluido Bortnikov, de que los atacantes se estaban “moviendo en dirección a Bryansk”.
Lukashenko indicó que él y Putin intercambiaron llamadas telefónicas, afirmando que aceptó la solicitud de Putin de ayudar a sellar las carreteras hacia Belarús. “Absolutamente. Haremos todo lo posible”, respondió Lukashenko.
Dijo que compartió la información porque era consciente de que se había reprochado a Putin su respuesta a la tragedia. Putin fue criticado por no dirigirse a la nación hasta más de 19 horas después de que comenzara el ataque.
En cambio, según Lukashenko, él y Putin “no durmieron durante 24 horas” mientras trabajaban para abordar la amenaza.
Un total de 11 personas fueron arrestadas en relación con el ataque a la sala de conciertos, dijeron funcionarios rusos. Cuatro comparecieron ante un tribunal de Moscú el domingo y tres el lunes. Se desconoce si los cuatro restantes siguen detenidos o han comparecido ante un juez.
Tres de los sospechosos tayikos estaban doblegados cuando los conducían a una sala del tribunal de Moscú el domingo, mientras que el cuarto estaba en una silla de ruedas y parecía inconsciente. Fueron acusados de terrorismo y enfrentarían una pena máxima de cadena perpetua.
Los hombres parecían maltratados y magullados cuando los llevaron a la sala del tribunal. Los videos que circularon ampliamente en las redes sociales rusas parecían mostrar a algunos de ellos siendo interrogados violentamente, incluido uno que parecía mostrar el uso de electrocución. En otro video, a un sospechoso le cortaron parte de la oreja y se la metieron en la boca.