(CNN) – El choque de un portacontenedores contra el puente Francis Scott Key de Baltimore está llamando la atención sobre los posibles puntos vulnerables de algunos de los más de 600.000 puentes de Estados Unidos.
El puente Key ha estado en pie durante 47 años, y en ese tiempo nunca ha recibido una sacudida como para que alguien pensara que podría derrumbarse. Pero cuando el Dali, un barco de más de 100.000 toneladas, chocó contra él, el puente se derrumbó en menos de un minuto. Aunque un derrumbe tan catastrófico podría no haber sido del todo previsible, los derrumbes de puentes como consecuencia de colisiones no son del todo inauditos, y éste tal vez podría haber sido evitable.
Inspecciones federales de seguridad recientes del Key determinaron que su estado era “regular”, y el gobernador de Maryland dijo que el puente estaba “totalmente en regla”. Pero miles de puentes estadounidenses están en mal estado.
En Estados Unidos, 46.000 puentes tienen estructuras envejecidas y están en “mal” estado, y 17.000 corren el riesgo de derrumbarse de un solo golpe, según la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles y el gobierno federal.
Los fenómenos meteorológicos extremos, los camiones cada vez más pesados y las colisiones de los grandes buques portacontenedores suponen riesgos importantes para los puentes estadounidenses, afirman los ingenieros y otros expertos en infraestructuras.
Infraestructuras envejecidas
Los estados inspeccionan los puentes de las autopistas estadounidenses al menos una vez cada dos años y los clasifican en “buenos”, “regulares” o “malos”. Un puente en mal estado tiene algunos elementos estructurales en estado de “deterioro avanzado”.
Alrededor de 46.100 de los 617.000 puentes de Estados Unidos, es decir el 7,5% de todos los puentes, se consideran estructuralmente deficientes y están en mal estado, según el último informe sobre infraestructuras de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles publicado en 2021. Cada día se realizan 178 millones de viajes a través de estos puentes estructuralmente deficientes.
Aunque los puentes estructuralmente deficientes no son intrínsecamente inseguros, su mantenimiento requiere una inversión considerable, afirma la organización. Además corren mayor riesgo de ser cerrados o de sufrir restricciones de peso.
La buena noticia es que el número de puentes estructuralmente deficientes ha disminuido en los últimos años, según el grupo. Pero la mala noticia es que el ritmo de gasto en mejoras se ha ralentizado. Según una estimación reciente, el retraso en la reparación de puentes en el país asciende a US$ 125.000 millones.
La ley federal de infraestructuras de US$ 1,2 billones aprobada en 2021, que incluye 110.000 millones para carreteras, puentes y grandes proyectos de infraestructuras, podría ayudar a pagar algunas mejoras de puentes.
Cambio climático y camiones más pesados
Muchos de los puentes más antiguos del país son vulnerables a fenómenos meteorológicos extremos, como terremotos, huracanes o calor elevado.
Según el informe 2021 de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, casi 21.000 puentes son susceptibles de ver amenazados sus cimientos durante fenómenos meteorológicos extremos.
Los terremotos también son una amenaza importante para los puentes.
Según un informe de 2016 del Servicio de Investigación del Congreso, la resistencia sísmica del sistema de carreteras de Estados Unidos ha mejorado en las últimas décadas gracias a las inversiones en nuevas infraestructuras más resistentes y a la modernización de las estructuras existentes.
Sin embargo, según el informe, no todas las autopistas se han modernizado y todavía no existe una forma de construir infraestructuras que sean rentables y resistan los terremotos más intensos.
Además, los puentes se ven sometidos a la presión de camiones más pesados que aquellos para los que fueron diseñados originalmente.
Según el informe de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, estos camiones más pesados, que pueden superar las 40 toneladas de carga, amenazan con sobrecargar los elementos de los puentes, provocar la fatiga y el agrietamiento del metal y reducir la vida útil de los puentes.
Cargueros más grandes
El envejecimiento de las infraestructuras, las condiciones meteorológicas extremas y el mayor tamaño de los vehículos no son las únicas preocupaciones.
Más de 17.000 puentes son vulnerables al derrumbe de un solo golpe, lo que se conoce como puente “de fractura crítica”. Esto significa que, si reciben un impacto con la fuerza suficiente en el punto exacto, puede derrumbarse una sección importante o todo el puente.
El puente Key era de “fractura crítica”, según informó el miércoles la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.
Los expertos afirman que es urgente mejorar o proteger los puentes antiguos para preservarlos de buques modernos cada vez más grandes. El Dali, que chocó contra el Key Bridge el martes, tenía 984 pies de eslora, casi el doble de los barcos utilizados cuando se construyó el puente en la década de 1970.
Entre 1960 y 2015, 35 grandes puentes de todo el planeta se derrumbaron debido a colisiones de barcos o barcazas, lo que provocó 342 muertes, según un informe de 2018 de la Asociación Mundial de Infraestructuras de Transporte Acuático.
Durante los tres primeros meses de este año, el puente Key se derrumbó en Baltimore, un puente en el sur de China fue cortado por la mitad y partes de un puente fueron cortadas en Argentina después de que grandes buques comerciales chocaran contra ellos.
“Los buques se han vuelto más grandes, y los puertos de contenedores se centran en profundizar en su carga. Mientras fomentamos contenedores más grandes, tenemos que proteger los puentes en estas situaciones puntuales”, declaró a CNN Ananth Prasad, presidente de la Asociación de Constructores de Transporte de Florida.
Para minimizar la posibilidad de que los buques derriben los puentes, éstos deben construirse con lo que se conoce como redundancias: protecciones en torno a los puntos peligrosos de los puentes.
Entre ellas se encuentran los “delfines” -estructuras enraizadas en el lecho marino o fluvial que se extienden por encima del agua, normalmente de madera o acero- o las “defensas” -estructuras que alejan los objetos de los puntos vulnerables del puente para desviar parte de la fuerza en caso de impacto-.
Añadir estas contraprotecciones, según Prasad, es más rápido y rentable que construir un puente nuevo.
“Es posible que tengamos que revisar los sistemas de protección en torno a las columnas de los puentes cuando los buques sean más grandes”, afirmó.
Jessie Yeung, Curt Devine, Casey Tolan e Isabelle Chapman de CNN contribuyeron a este artículo.