El prístino ecosistema, a 5.000 metros (16.400 pies) debajo de la superficie, es un sitio destinado a la extracción de metales raros y críticos en aguas profundas. Crédito: NHMDepSea Group/Museo de Historia Natural, Reino Unido.

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(CNN) – Esponjas de cristal antiguas. Un cerdo marino de color rosa Barbie paseando por el fondo del mar. Un “unicumber” transparente flotando en las profundidades.

Estas maravillas son apenas una vista previa de las criaturas fantásticas que se han descubierto a 5.000 metros (16.400 pies) debajo de la superficie del Océano Pacífico, en un área prístina que está destinada a ser un sitio para la minería de metales raros y críticos en aguas profundas. Los recursos naturales tienen una gran demanda para su uso en paneles solares, baterías de automóviles eléctricos y otras tecnologías verdes, entre otros usos.

La expedición de 45 días a la zona Clarion-Clipperton que concluyó el 20 de marzo documentó la biodiversidad en la llanura abisal. Utilizando un vehículo operado de forma remota, el equipo a bordo del barco de investigación británico James Cook fotografió la vida en las profundidades marinas y tomó muestras para futuros estudios.

Un cerdo marino color rosa Barbie deambula por el fondo marino. Crédito: Proyecto SMARTEX/NERC.

“Podemos suponer que muchas de estas especies serán nuevas para la ciencia. A veces han sido vistas u observadas antes, pero no recopiladas ni descritas formalmente”, dijo Regen Drennan, biólogo marino postdoctoral en el Museo de Historia Natural de Londres.

“Estos especímenes se llevarán al NHM de Londres para ser identificados y estudiados en los próximos años”.

Este fue el segundo viaje que realiza la iniciativa del Reino Unido conocida como “Minería de los fondos marinos y resiliencia al impacto experimental” o SMARTEX, en la que participan el Museo de Historia Natural, el Centro Nacional de Oceanografía, el Servicio Geológico Británico y otras instituciones.

El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que en la zona Clarion-Clipperton existen 21.100 millones de toneladas secas de nódulos polimetálicos, que contienen más reservas de metales críticos que todas las reservas terrestres del mundo juntas.

Si la minería en aguas profundas sigue la misma trayectoria que la producción de petróleo en alta mar, para 2065 más de un tercio de estos metales críticos provendrán de minas en aguas profundas, estimó la agencia federal.

Los científicos creen que es poco probable que muchas de las formas de vida que habitan este entorno se recuperen de la eliminación de los nódulos y piden su protección, según el Museo de Historia Natural.

La balanza entre la biodiversidad y la industria

En aguas internacionales, la zona Clarion-Clipperton está más allá de la jurisdicción de cualquier país. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, ha emitido 17 contratos de exploración. Sin embargo, varios países, incluidos Reino Unido y Francia, han expresado cautela y han apoyado una moratoria o prohibición de la minería en aguas profundas para salvaguardar los ecosistemas marinos y conservar la biodiversidad.

Entre 6.000 y 8.000 especies podrían estar esperando ser descubiertas en la zona Clarion-Clipperton, según un estudio de junio de 2023 publicado en la revista Current Biology.

En las profundidades extremas del océano, no hay luz solar y la temperatura ronda los 1,5 ºC (35 ºF), pero algunas criaturas como esta esponja de cristal prosperan. Crédito: NHMDepSea Group/Museo de Historia Natural, Reino Unido.

El amperima rosea marino, apodado “cerdo Barbie”, es uno de los invertebrados más grandes que viven en el fondo del mar. Junto con el “unicumbero” transparente, la criatura es un tipo de cerdo marino dentro de la familia científica llamada Elpidiidae. La cerda Barbie se alimenta de pequeñas cantidades de detritos que descienden de las aguas superficiales al fondo marino y son importantes en términos de ciclo de la materia orgánica, explicó Drennan, quien no participó directamente de la expedición.

“Muchas especies de esta familia han desarrollado patas largas y robustas que les permiten caminar por el fondo marino, y piezas bucales alargadas para recoger los detritos de los que se alimentan”, dijo Drennan por correo electrónico.

La expedición también capturó imágenes de elegantes esponjas de cristal con forma de copa, que se cree que tienen la vida más larga que cualquier criatura del planeta: 15.000 años. De todos modos, el equipo de la expedición no sabe qué edad tienen las esponjas que fotografiaron.

Las anémonas de mar, parientes cercanas de las medusas, “desempeñan el papel de grandes carnívoros que se sientan y esperan en el fondo del mar, atrapando pequeños animales nadadores con sus tentáculos”, añadió.

Muchas de las formas de vida que viven en estas profundidades dependen de los nódulos polimetálicos, que se forman gradualmente mediante procesos químicos que hacen que los metales se precipiten del agua alrededor de fragmentos de conchas y dientes de tiburón, según el Museo de Historia Natural.

Los investigadores estiman que se necesitan aproximadamente 1 millón de años para que estos nódulos crezcan apenas decenas de milímetros. Los nódulos más grandes conocidos alcanzan alrededor de 20 centímetros (8 pulgadas) de ancho, lo que sugiere que estos ambientes han permanecido prácticamente sin cambios en el fondo del océano durante decenas de millones de años.

Los críticos dicen que el ruido podría perturbar a los mamíferos marinos como las ballenas y los delfines, mientras que las columnas de sedimento, que pueden contener compuestos tóxicos, levantadas por los equipos en el fondo marino pueden terminar dispersándose y dañar los ecosistemas de aguas medias, según una investigación reciente.

También es posible, advierten estos científicos, que la minería en aguas profundas pueda alterar la forma en que se almacena el carbono en el océano, y contribuir a la crisis climática.