Argentina vive un brote epidémico de dengue sin precedentes, con más de 180.000 casos y 129 fallecimientos confirmados por las autoridades sanitarias del país durante la temporada 2023/2024. Ante ese escenario, la población busca herramientas para protegerse de la enfermedad, como la vacuna disponible. ¿Quiénes pueden recibirla?
La vacuna TAK-003, o Qdenga, fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en abril de 2023. La produce el laboratorio japonés Takeda y, según informó el organismo, al momento de su autorización ya contaba con la aprobación de la Unión Europea, Reino Unido y la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa).
Se la utiliza para prevenir los casos graves de dengue, aunque la ANMAT advirtió que no detiene el contagio y, por lo tanto, tampoco el brote actual. “La incorporación de una vacuna podría pensarse para bajar la carga de enfermedad, y evitar la sobrecarga en el sistema de salud”, argumentó la ANMAT.
Consultado por CNN, el médico infectólogo Eduardo López aseguró que la protección de la vacuna dura unos cuatro años y medio. Además, señaló que su eficacia en la prevención es del “62% para cualquier tipo de dengue, de leve a grave”, y que asciende a más de 80% para los casos que requieren hospitalización.
Qdenga está compuesta por dos dosis que deben aplicarse con tres meses de distancia. Cabe subrayar la importancia de este punto ya que, según explica el Dr. López, la protección se alcanza 10 días después de la aplicación de la segunda dosis.
López afirma que “el proceso de fabricación de anticuerpos, que se llama inmunidad, comienza ya con la primera dosis” pero aclara que “hoy no hay datos publicados consistentes de que, con una dosis, ya se alcance protección”.
En ese sentido, si bien asegura que la vacuna es una “herramienta importante” para prevenir el dengue, no acabaría con el brote. “Vacunando ahora con una campaña masiva, la segunda dosis se daría en el mes de junio, por lo tanto no es la solución en este momento”, dice.
Todas las personas mayores de cuatro años pueden recibir el fármaco sin necesidad de tener prescripción médica, hayan cursado o no la enfermedad. De todas maneras, hay algunas contraindicaciones.
No se recomienda su aplicación en mujeres embarazadas o en período de lactancia. Tampoco en personas inmunosuprimidas o que estén bajo tratamientos inmunosupresores, como la quimioterapia o el uso de corticoides.
Además, los especialistas recomiendan consultar con médicos antes de adquirir la vacuna, para prevenir contraindicaciones particulares.
Cada dosis cuesta unos 70.000 pesos argentinos (US$ 70 a la cotización paralela). Esto es más de la mitad del salario mínimo en el país.
Varias compañías de medicina prepaga que contactó CNN dicen que sus clientes pueden recibir descuentos, algunos superiores al 40% en cada aplicación, si la vacunación es recetada por un médico.
Recientemente, el Ministerio de Salud de Argentina confirmó que no incluirá a la vacuna en las estrategias para controlar el brote de dengue, ni la añadirá al calendario nacional de vacunación, lo que la volvería gratuita y obligatoria.
Esta decisión se basa en que que la vacuna “no es una herramienta que esté validada para controlar la transmisión de la enfermedad en el contexto del brote”, según señaló el ministerio en un comunicado.
La cartera de Salud añadió que, pese a haber sido aprobada por la ANMAT, “la vacuna continúa siendo sometida a estudios para establecer su efectividad según el rango etario y regiones endémicas. En este proceso, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aún no la autorizó”.