La "Casa del Segundo Advenimiento" de Isaiah Robertson -cubierta de ornamentados y caleidoscópicos montajes- se abrirá al público en las cataratas del Niágara, Nueva York, como destino artístico y espacio de encuentro comunitario.

(CNN) – Las colosales cascadas y corrientes que fluyen por las cataratas del Niágara han inspirado a innumerables artistas con su majestuosidad, pero Isaiah Robertson tuvo una visión convincente de que serían el telón de fondo del apocalipsis. Robertson, que se hacía llamar el profeta Isaías, pasó años pintando elaboradas figuras recortadas de madera con símbolos, incluidas estrellas y cruces en una gran variedad de colores, para adornar su casa, por dentro y por fuera.

Ubicada en la calle principal de un barrio residencial, sus caleidoscópicos montajes destacaban entre el ladrillo y el revestimiento de vinilo de ambos lados, sobre todo a medida que se iban adornando con el paso de los años.

“Pasé mucho tiempo allí, y la gente paraba sus coches todo el tiempo porque es una experiencia fascinante, y a él le gustaba mucho hablar con la gente y hacer visitas guiadas”, dice Fred Scruton, que ha fotografiado entornos artísticos por todo Estados Unidos. Visitó por primera vez la llamada Casa del Segundo Advenimiento del Profeta Isaías en 2010. “Ni siquiera se atribuyó el mérito. Dijo que era la mano de Dios”.

Preservar “algo mágico”

Nacido en Jamaica en 1947, Robertson se trasladó a Canadá de joven antes de instalarse en las cataratas del Niágara en 2004. Mientras trabajaba como carpintero en un proyecto de renovación de su iglesia local experimentó lo que describió como una profecía, que impulsó su arte.

Sin embargo, tras la muerte de Robertson en 2020, el destino de su casa era incierto. A pesar de tener uno de los principales destinos turísticos del país, la ciudad de las cataratas del Niágara ha experimentado una pérdida de población desde la década de 1960, junto con la caída económica por la que han atravesado muchas comunidades del Cinturón del Óxido.

En busca de salvaguardar el espacio, Scruton se puso en contacto con la Fundación Kohler, con sede en Wisconsin y especializada en entornos artísticos, para preservar lo que denominó “algo mágico en esta zona residencial de bajos ingresos”.

“La Fundación Kohler se esfuerza por preservar los entornos artísticos in situ siempre que es posible”, explica Liesl Testwuide, responsable principal de conservación de la fundación, y añade que mantener un contexto comunitario era esencial. “El sitio es un faro de esperanza en una zona bastante deprimida y proporciona orgullo de pertenencia, lo que enriquece la cultura de las cataratas del Niágara”.

Intervención divina: Isaiah Robertson dijo que sus ornamentaciones arquitectónicas y esculturas fueron creadas por la mano de Dios.

Después de que la Fundación Kohler adquiriera el lugar, en 2021 se contrató a la empresa de conservación de arte B.R. Howard & Associates (BRH) para su conservación, que no sólo supuso un reto por la densidad del arte —desde pinturas en la acera que representan los Siete Sellos del Apocalipsis hasta rocas decoradas dispuestas en un lecho de árboles para evocar la tumba de Cristo—, sino también por su deterioro debido a los años de inviernos del oeste de Nueva York. Cada pieza, hasta la última estrella celestial recortada, fue documentada y evaluada antes de desmantelar todo el conjunto.

“Imprimimos docenas de imágenes ampliadas en varios ángulos y construimos un diorama en 3D en miniatura de los elementos artísticos”, explica Braeden Howard, director del proyecto y conservador asociado de BRH. “A continuación, hicimos una reconstrucción digital con un programa informático que nos permitió determinar qué columnas y elementos artísticos debían instalarse primero y en un orden secuencial que permitiera que todo encajara perfectamente. Si algo se instalaba en el orden incorrecto, impediría que los elementos encajaran en su orientación correcta y nunca se ajustaría a la visión y creación originales de Robertson”.

La Casa del Segundo Advenimiento reensamblada incluye algunos elementos replicados con PVC para su estabilidad a largo plazo, pero todos meticulosamente adaptados al estilo a mano alzada de Robertson. En octubre de 2023, el lugar fue donado a la Niagara Falls National Heritage Area (NFNHA) para su futura administración. Está previsto que se abra al público este verano como destino artístico y espacio de reunión de la comunidad.

“El poder de este proyecto no reside solo en la conservación de un entorno artístico, sino en la revitalización de un barrio, algo de vital importancia para lugares como las cataratas del Niágara, que han sufrido décadas de declive”, declaró Sara Capen, directora ejecutiva de la NFNHA. “Ha llevado a los vecinos que están justo al lado a mejorar sus porches, a hacer pequeños proyectos de construcción, a plantar un jardín. Es un poderoso testimonio de lo que puede hacer la conservación. Es una extensión de lo que sentimos que es la energía del artista, esto es lo que puso aquí para el mundo”.

Aunque mucha gente pasa por las cataratas del Niágara para contemplar una de las maravillas naturales de Norteamérica, Capen confía en que la historia de creatividad humana de la casa cale en los visitantes. Y si el Rapto lleva alguna vez a las almas de las multitudes por la avenida Ontario hasta la puerta de Robertson, seguirán siendo recibidas con un arte jubiloso destinado a guiarlas hacia la salvación.