(CNN) – El Gobierno de Biden adoptó este viernes una postura de hermetismo que refleja el deseo de los funcionarios estadounidenses de distanciarse de la decisión de Israel de devolver el golpe a Irán en lo que parece ser una represalia limitada por el ataque del pasado fin de semana.
Israel no ha hecho comentarios sobre el ataque, que se produjo después de que se escucharan tres explosiones cerca de una importante base aérea militar cerca de Isfahán, según informaron los medios de comunicación estatales el viernes por la mañana. Funcionarios iraníes han dicho que las defensas aéreas interceptaron tres drones y no hubo informes de un ataque con misiles.
Las autoridades estadounidenses, que afirmaron haber recibido advertencia de Israel sobre sus planes, no respaldaron ni condenaron el contraataque. Israel había comunicado a EE.UU. el jueves que tomaría represalias contra Irán en los próximos días, dijo un alto funcionario estadounidense, añadiendo que EE.UU. “no respaldó la respuesta”.
En cambio, EE.UU. trató de dejar claro que la decisión era solo de Israel.
“No estuvimos involucrados”, dijo un funcionario.
Israel informó a EE.UU. a través de diferentes canales antes de su contraataque contra Irán, dijo una persona familiarizada con el asunto, añadiendo que la advertencia no se produjo con mucha anticipación, pero no tomó desprevenido a EE.UU. En su intervención en la cumbre de ministros de Relaciones Exteriores del G7 celebrada en Capri, el ministro de Relaciones Exteriores de Italia dijo que Estados Unidos había recibido información de Israel en el “último minuto” sobre sus planes de represalia. La persona familiarizada con el asunto dijo que el aviso se produjo el jueves.
En sus primeras declaraciones públicas desde el contraataque, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, declinó casi todos los comentarios sobre el asunto durante su intervención en una reunión del G7 en Capri, Italia. No obstante, afirmó que los países del G7 estaban comprometidos con la seguridad de Israel, al tiempo que trataban de evitar que el conflicto se recrudeciera.
“También estamos comprometidos con la desescalada, con intentar poner fin a esta tensión”, declaró Blinken durante una conferencia de prensa.
También dijo que los países compartían “el compromiso de hacer que Irán rinda cuentas”.
EE.UU. anticipó una respuesta limitada de Israel
Aunque el presidente Joe Biden aconsejó moderación el pasado fin de semana en una llamada telefónica con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sugiriendo a su homólogo que debido a la intercepción exitosa de casi todos los misiles y drones de Irán, podría no ser necesario un contraataque, había pocos dentro de la Casa Blanca que creyeran que Israel no haría nada.
Por el contrario, los funcionarios creían que lo que Israel estaba planeando sería de alcance limitado y diseñado para enviar un mensaje a Irán. Los funcionarios habían pedido a Israel una advertencia previa de los planes.
Altos funcionarios estadounidenses pasaron buena parte del jueves en conversaciones virtuales con altos cargos israelíes para discutir, entre otros temas, el ataque del pasado fin de semana por parte de Irán y los esfuerzos para reforzar la seguridad israelí.
En las conversaciones, dirigidas por el asesor de seguridad nacional estadounidense Jake Sullivan, participaron el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, alto confidente de Netanyahu, y el asesor israelí de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi.
Antes de ampliarse a un grupo mayor de altos funcionarios, las partes estadounidense e israelí debatieron en un formato más reducido el atentado del pasado fin de semana, así como la decisión de Biden de aplicar nuevas sanciones a Irán.
Las sanciones, aplicadas conjuntamente con otras naciones occidentales, parecían diseñadas para enviar el mensaje de que las represalias contra Irán no requerían necesariamente un componente militar.
No está claro en qué medida la parte israelí informó a los funcionarios estadounidenses sobre los planes para responder al ataque contra Irán.
La reunión más amplia se centró en otro tema de desacuerdo entre el Gobierno de Biden y el gobierno israelí: los planes de una invasión terrestre de Rafah para ir tras Hamas. La Casa Blanca dijo después que los funcionarios estadounidenses “expresaron su preocupación por varias líneas de acción en Rafah, y los participantes israelíes acordaron tener en cuenta estas preocupaciones”.
El desacuerdo fue un indicio, incluso en medio de las idas y venidas con Irán, de que la guerra contra Hamas en Gaza continúa rápidamente, con las negociaciones para un alto el fuego estancadas y con una crisis humanitaria que se agrava.
El último contraataque se suma a las crecientes tensiones en el Medio Oriente tras el ataque sin precedentes de Irán contra Israel el pasado fin de semana, en el que lanzó más de 300 drones y misiles de crucero hacia Israel, casi todos los cuales fueron interceptados. Ese ataque fue una represalia por un presunto ataque israelí contra el complejo de la embajada de Irán en Siria a principios de este mes.