(CNN) – Los sobrevuelos cercanos de Io, una de las lunas de Júpiter y el mundo con mayor actividad volcánica de nuestro sistema solar, revelaron un lago de lava y un elemento imponente llamado “montaña Steeple” en la superficie de la luna extraterrestre.
La nave espacial Juno de la NASA, que comenzó a estudiar Júpiter y sus lunas en 2016, voló a unos 1.500 kilómetros de la superficie del mundo de lava en diciembre y febrero para capturar las primeras imágenes detalladas de las latitudes del norte de Io.
Hacía más de 20 años que una misión no volaba tan cerca de Io, y la cámara de la nave espacial, llamada JunoCam, capturó imágenes de alta resolución que mostraban columnas volcánicas activas, picos montañosos y un lago de lava en proceso de enfriamiento.
“Io está plagada de volcanes y hemos captado algunos de ellos en acción”, afirma Scott Bolton, investigador principal de Juno en el Instituto de Investigación Southwest, en un comunicado.
“También obtuvimos magníficos primeros planos y otros datos de un lago de lava de 200 kilómetros de longitud llamado Loki Patera. Hay detalles asombrosos que muestran estas islas locas incrustadas en medio de un lago potencialmente magmático bordeado de lava caliente”, añadió. “El reflejo especular que nuestros instrumentos registraron del lago sugiere que partes de la superficie de Io son tan lisas como el cristal, lo que recuerda al cristal de obsidiana creado volcánicamente en la Tierra”.
Una animación basada en los datos de Juno acerca un lago de lava, llamado Loki Patera, en la superficie de Io. Crédito: CNN/NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS. Procesamiento de imágenes: Gerald Eichstädt/Thomas Thomopoulos (CC BY)
Bolton anunció los hallazgos el 16 de abril en la Asamblea General de la Unión Geofísica Europea en Viena. Los nuevos datos dibujan un retrato más claro de Io, que ha intrigado a los científicos durante siglos.
“Aparte de la Tierra, es el único lugar de nuestro sistema solar en el que vemos volcanes de magma activos”, dijo Bolton.
Animación de un mundo desconocido
El equipo tradujo parte de los datos de Juno en animaciones que ponen de relieve algunas de las características de la superficie del mundo infernal, como Loki Patera y la montaña Steeple (“steeple” en inglés significa aguja o torre) .
Juno detectó la montaña con la ayuda del sol brillando sobre la superficie de Io, lo que creó sombras dramáticas que revelaron un pico muy afilado.
“Utilizamos los datos científicos para entender las sombras y medir la distancia”, dijo Bolton. “Puede que no sea perfectamente correcto, pero esto es más o menos lo que sería si fueras allí. Llamamos a esta montaña Steeple, porque es tan empinada allí en el borde, que puede ser la versión de Io del Matterhorn”.
Aunque la temperatura del magma en Io asciende a miles de grados, es probable que la superficie de la luna esté a - 148 °F (-100 °C), dijo Bolton.
“Cuando sale el magma al estallar un volcán, se congela inmediatamente y probablemente produce nieve sulfurosa”, dijo.
El equipo de Juno estudió las sombras para determinar la altura y la forma de una característica que llaman “montaña Steeple”. Crédito: NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS
Como entusiasta de las actividades al aire libre, Bolton bromeó diciendo que la montaña Steeple de Io debería ser uno de los destinos de esquí y snowboard del sistema solar.
Por su parte, Loki Patera es otro lugar con extremos fríos y calientes. Mientras que el lago de lava en sí es probablemente muy caliente, la parte superior de las islas son probablemente muy frías, y es posible que una corteza fría bordee también los bordes del lago, dijo Bolton.
El equipo de la misión utilizó el instrumento Radiómetro de Microondas de Juno para crear mapas de la superficie de Io, mostrando lo increíblemente lisa que es.
La topografía carece de contornos porque Io es tan volcánicamente activa que el mundo está constantemente cubierto de lava, lo que borra los cráteres de impacto de su superficie, según un nuevo estudio de otro equipo de investigación publicado en la revista académica Science el 18 de abril.
El equipo también utilizó el conjunto de telescopios Atacama Large Millimeter/submillimeter Array de Chile para observar los gases de la atmósfera de Io. Los investigadores hallaron indicios de una abundancia de azufre y cloro enriquecidos, lo que sugiere que Io probablemente ha sido volcánicamente activa y ha liberado los gases durante la mayor parte o toda su historia en los últimos 4.000 millones de años.
Desvelando los misterios de Io
Io, descubierta por Galileo Galilei en 1610, es apenas más grande que nuestra luna, pero no se parece a ningún otro lugar del sistema solar.
La superficie rocosa de la luna está cubierta por cientos de volcanes, lo que la hace comparable con el planeta volcánico Mustafar y sus ríos de lava de las películas de “Star Wars”.
Los científicos han observado cómo los potentes volcanes de Io escupen fuentes de lava de decenas de kilómetros de altura que incluso pueden verse con grandes telescopios desde la Tierra, según la NASA.
El nombre de la luna procede de un mito griego en el que una mujer mortal es convertida en vaca durante una disputa matrimonial entre el dios Zeus y su esposa Hera. El apodo es apropiado, porque Io está en un constante tira y afloja, arrastrada por la enorme gravedad de Júpiter, así como por sus grandes lunas Europa y Ganímedes.
Estos tres mundos tiran tan violentamente de Io que su superficie se arquea hacia dentro y hacia fuera 100 metros, como las mareas altas y bajas de la Tierra, pero en tierra firme y no en un océano. Bolton dijo que a menudo se refiere a Io como “la luna torturada de Júpiter” debido a las feroces fuerzas a las que se enfrenta regularmente.
Las fuerzas ejercidas sobre Io por Júpiter, Europa y Ganímedes hacen que la superficie de Io se enfrente a una enorme cantidad de calor, razón por la cual el subsuelo de la luna permanece como roca líquida. Los investigadores creen que la roca líquida está formada por azufre fundido o roca de silicato, y que las erupciones volcánicas ayudan a la luna a aliviar la presión gravitatoria.
Io ha sido estudiada por múltiples naves espaciales, incluidas las sondas Pioneer y Voyager en la década de 1970 y la nave Galileo en la década de 1990. Y ahora, las revelaciones de Juno están ayudando a los científicos a comprender como nunca antes las fuerzas que subyacen a la actividad volcánica de la luna.