(CNN) – El telescopio espacial Hubble captó una nueva y asombrosa imagen del gas brillante expulsado por una estrella moribunda, que en este caso resulta parecerse a una “mancuerna cósmica”.
El retrato también puede incluir pruebas de que la estrella engulló a otra, en una forma de canibalismo estelar, antes de colapsar.
La NASA difundió la imagen de la Pequeña Nebulosa de la Mancuerna, también conocida como Messier 76 o M76, para celebrar el 34 aniversario del lanzamiento del observatorio espacial el 24 de abril de 1990.
La nebulosa, situada a 3.400 años-luz de distancia en la constelación de Perseo, es un caparazón de gases en expansión expulsado por una estrella gigante roja moribunda. El objeto cósmico se conoce como nebulosa planetaria, pero no tiene nada que ver con los planetas.
Las nebulosas planetarias suelen tener una estructura redondeada y se llamaron así porque en un principio se parecían a los discos a partir de los cuales se forman los planetas, cuando el astrónomo francés Charles Messier descubrió una por primera vez en 1764. Pierre Méchain descubrió la nebulosa de la Pequeña Campana en 1780 y los astrónomos la observaron en detalle por primera vez en 1891. Desde entonces, esta fotogénica nebulosa ha sido una de las favoritas de astrónomos profesionales y aficionados debido a su forma única.
Si los investigadores confirman que la nebulosa contiene pruebas de un caso de canibalismo cósmico, podría demostrar la existencia de una compañera de la gigante roja, teorizada desde hace tiempo.
Violencia estelar
La nebulosa de la Pequeña Campana incluye un anillo que, desde nuestra perspectiva, parece más bien una barra central que conecta dos lóbulos a ambos lados del anillo. Antes de que la envejecida estrella gigante roja colapsara, liberó un anillo de gas y polvo. Los astrónomos creen que, posteriormente, una estrella compañera le dio forma, y el anillo de gas y polvo acabó formando un grueso disco.
La estrella compañera, una vez en órbita alrededor de la gigante roja, no aparece en la imagen del Hubble. Según un comunicado de la NASA, los astrónomos creen que la gigante roja se tragó a su compañera y, estudiando el anillo, podrían obtener “pruebas forenses” de este acto de canibalismo cósmico.
Desde su colapso, la estrella gigante roja se ha transformado en un remanente estelar muerta conocido como estrella enana blanca ultradensa. La enana blanca tiene una temperatura abrasadora de 138.871 grados Celsius, lo que la convierte en 24 veces más caliente que la superficie de nuestro Sol y en una de las estrellas enanas blancas más calientes conocidas.
La enana blanca es la luz blanca brillante en el centro de la nebulosa en la imagen del Hubble.
Mientras tanto, los dos lóbulos que se ven en el retrato representan gas caliente que escapa y es arrastrado por una fuerza similar a la de un huracán a medida que el material se desprende de la estrella moribunda, impulsándolo a través del espacio a más de 3 millones de kilómetros por hora. El viento estelar que se desprende de la estrella choca con el gas más frío y de movimiento más lento expulsado inicialmente por la estrella anteriormente, que puede verse en los lóbulos.
La radiación ultravioleta de la abrasadora estrella caliente hace que los gases brillen en diferentes colores que representan distintos elementos, como el rojo para indicar el nitrógeno y el azul para el oxígeno.
Los astrónomos calculan que dentro de 15.000 años la nebulosa desaparecerá del cielo nocturno a medida que siga expandiéndose y oscureciéndose.
El legado del Hubble
La nebulosa de la Pequeña Campana es solo uno de los 53.000 objetos astronómicos que el Hubble ha observado a lo largo de 34 años y, hasta la fecha, el telescopio ha realizado 1,6 millones de observaciones. Astrónomos de todo el mundo confían en el telescopio, y en su creciente base de datos, para realizar nuevos descubrimientos.
“El telescopio espacial es la misión de astrofísica espacial científicamente más productiva de la historia de la NASA”, según un comunicado de la NASA.
El Hubble y el Telescopio Espacial James Webb funcionan como complementos entre sí, recopilando observaciones a través de diferentes longitudes de onda de luz para obtener una visión más nítida y profunda del universo, en la que los astrónomos tratan de desentrañar los misterios que rodean a las supernovas, las galaxias lejanas, los exoplanetas y otras rarezas celestes.