(CNN) – El consejo de transición encargado de elegir a los próximos dirigentes de Haití nombró presidente a uno de sus miembros y propuso un nuevo primer ministro interino, en medio de los esfuerzos por controlar la violencia de las bandas en la nación caribeña.
El consejo, encargado de allanar el camino para la realización de elecciones y abordar la deteriorada situación de seguridad del país, nombró este martes presidente a Edgard Leblanc Fils y propuso al ex ministro de Deportes Fritz Bélizaire como nuevo primer ministro interino.
El Consejo, compuesto por nueve miembros, juró su cargo en el Palacio Nacional la semana pasada, consta de siete miembros con derecho a voto y fue creado con la ayuda de la Comunidad del Caribe (CARICOM). Se le ha encomendado la responsabilidad de nombrar un nuevo primer ministro y un nuevo gabinete.
El comité ejercerá ciertos poderes presidenciales hasta la toma de posesión de un nuevo presidente electo, que debe tener lugar a más tardar el 7 de febrero de 2026.
El ex primer ministro del país, Ariel Henry, dimitió la semana pasada en el momento de la toma de posesión del Consejo, y el exministro de Finanzas, Michael Patrick Boisvert, ha venido desempeñando el cargo de forma temporal.
Todavía quedan por delante las tareas de nombrar un nuevo jefe de gobierno y un gabinete, coordinar la llegada de una fuerza de seguridad multinacional para recuperar la capital y, finalmente, celebrar las tan esperadas elecciones.
Pero las bandas de Haití mantienen que merecen un asiento en la mesa de negociaciones. Uno de sus líderes, Vitel’homme Innocent, declaró recientemente a CNN que si las bandas no consiguen un puesto, intentarán otros medios.
Las bandas se oponen al consejo, añadió, y dicen que era más de lo mismo y que ya era hora de que se fueran las viejas élites políticas, una opinión que comparten muchos haitianos.
Desde febrero, los ataques de una alianza insurgente de bandas en la capital, Puerto Príncipe, han provocado que el aeropuerto internacional y el puerto marítimo de la ciudad hayan dejado de funcionar, interrumpiendo líneas vitales de suministro de alimentos y ayuda y provocando un éxodo de vuelos de evacuación de ciudadanos extranjeros.
Con la ciudad prácticamente aislada del mundo exterior, los hospitales han sido objeto de actos de vandalismo, mientras que los almacenes y contenedores que guardan alimentos y suministros esenciales han sido asaltados a medida que el tejido social se fragmenta.
Según la ONU, casi 5 millones de personas en Haití sufren inseguridad alimentaria aguda, definida como la incapacidad de una persona para consumir alimentos adecuados, lo que supone un peligro inmediato para su vida o sus medios de subsistencia.
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