(CNN) – Los campus universitarios de todo Estados Unidos se han visto sacudidos este mes por manifestaciones propalestinas.
Aunque las demandas de los manifestantes varían de una universidad a otra, casi todas las protestas han pedido a las universidades que desinviertan de Israel de alguna forma.
Pero la desinversión puede no ser tan sencilla para muchas instituciones académicas. Aunque existen algunos precedentes históricos de desinversión, hasta ahora las universidades se han negado a ceder.
Esto es lo que hay que saber:
¿Qué es la desinversión?
“Divulguen, desinviertan, no pararemos, no descansaremos”, han coreado los manifestantes en Columbia y en universidades de todo el país.
En pocas palabras, la desinversión es lo contrario de la inversión.
Muchas universidades tienen una dotación, que son fondos donados que generalmente se invierten en acciones, bonos y otros instrumentos financieros para ayudar a la universidad a ganar dinero.
Los manifestantes estudiantiles que se oponen a la acción militar de Israel en Gaza exigen que sus universidades vendan las inversiones en empresas vinculadas a Israel.
Sin embargo, el alcance de esas demandas varía según la universidad.
Por ejemplo, en Columbia, considerada por algunos como el epicentro del reciente movimiento de protesta de estudiantes, la coalición estudiantil denominada Columbia University Apartheid Divest quiere que la universidad desinvierta su dotación de US$ 13.600 millones de cualquier empresa vinculada a Israel. Eso incluye a gigantes de la tecnología como Microsoft, Amazon y Alphabet con vínculos comerciales con Israel.
Los manifestantes de otras universidades, como Cornell y Yale, piden a sus centros que dejen de invertir solo en fabricantes de armas.
Muchas escuelas no ceden
Algunas escuelas han dudado en adoptar una postura política y desinvertir por varias razones. En primer lugar, los expertos afirman que sería complicado desvincular los intereses financieros de una escuela de todas las empresas vinculadas a Israel. Otra razón es que muchos defensores de Israel creen que los llamados a desinvertir en el único país de mayoría judía pueden ser antisemitas.
Los manifestantes propalestinos afirman que la desinversión enviaría un importante mensaje de desaprobación de la conducta de Israel en Gaza.
Pero aunque los manifestantes han difundido sus mensajes por todo el país, muchas escuelas no han accedido a las peticiones de desinversión de los manifestantes.
Algunas escuelas, como la Universidad de Michigan, señalaron a los estudiantes que la institución no invierte directamente en empresas israelíes.
Sin embargo, los estudiantes que protestan en todo el país afirman que sus centros no son transparentes en cuanto a los vínculos financieros con el país.
El lunes, la administración de Columbia reiteró que no desinvertiría en Israel.
La Universidad de California también dijo que la desinversión no se llevaría a cabo.
“La Universidad de California se ha opuesto sistemáticamente a los llamados al boicot y a la desinversión de Israel. Mientras que la Universidad afirma el derecho de los miembros de nuestra comunidad a expresar diversos puntos de vista, un boicot de este tipo atenta contra la libertad académica de nuestros estudiantes y profesores y el libre intercambio de ideas en nuestros campus”, dijo el sistema escolar estatal en un comunicado.
Sin embargo, algunas administraciones parecen dispuestas a escuchar a los manifestantes.
Un comunicado de la Universidad de Texas, Dallas, dijo que la universidad “acoge con satisfacción la oportunidad de un diálogo abierto y respetuoso”.
En Brown, la presidenta de la universidad, Christina Paxson, envió una carta a los manifestantes en la que decía que aceptaría escuchar una propuesta de desinversión si se disolvía el campamento de la escuela, según el periódico dirigido por los estudiantes, el Brown Daily Herald.
Al menos una institución académica ha tomado medidas: el lunes, la Universidad Estatal de Portland dijo que suspendería los regalos y subvenciones de Boeing después de que estudiantes y profesores pidieran a la universidad que rompiera sus vínculos con empresas que apoyan a Israel.
¿Es difícil desinvertir?
Existen precedentes históricos de desinversión universitaria. En la década de 1980, un grupo de estudiantes de Columbia protestó por los vínculos financieros de la universidad con empresas que hacían negocios en Sudáfrica en el marco de su política de segregación racial del apartheid.
Finalmente, Columbia votó a favor de vender la mayoría de sus acciones en empresas relacionadas con Sudáfrica, entre ellas grandes compañías como Ford y Coca-Cola. Otras universidades siguieron su ejemplo. Las políticas sudafricanas de apartheid terminaron a principios de la década de 1990.
Sin embargo, las inversiones universitarias son mucho más complicadas hoy en día.
“La economía es tan global ahora que incluso, si una universidad decidiera que va a instruir a sus grupos de gestión dominantes para que desinviertan de Israel, sería casi imposible de desvincular”, dijo a CNN Nicholas Dirks, exrector de la Universidad de California en Berkeley.
“No tengo claro que sea realmente posible desinvertir totalmente en empresas que tienen algún tipo de relación con un país con lazos políticos y comerciales tan estrechos con Estados Unidos”, añadió Dirks.
La desinversión total en grandes empresas estadounidenses como Alphabet (matriz de Google) y Microsoft puede plantear sus propios retos. La mayoría de las cuentas de jubilación de los estadounidenses están invertidas en grandes empresas tecnológicas, y cualquier fondo que siga el mercado de valores en general probablemente tendrá una participación en estas empresas, debido a su tamaño e importancia relativa en el mercado.
Ramishah Maruf, Clare Duffy y Nicole Goodkind, de CNN, contribuyeron a este artículo.