(CNN Español) – La pandemia de covid-19 causó más de 800.000 muertes en exceso, de las cuales unas 300.000 se atribuyen a la “gestión deficiente” del Gobierno mexicano durante la crisis sanitaria, concluye un nuevo informe presentado este martes por un comité independiente de expertos.
En su reporte final, la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de covid-19 en México precisa que la cifra de 808.619 muertes se refiere al total de defunciones en exceso ocurridas del 30 de marzo de 2020 al 9 mayo de 2023, de las cuales 511.081 son atribuidas directamente al coronavirus.
De las más de 800.000 muertes en exceso, casi cuatro de cada 10 se relacionan con la mala gestión del gobierno durante la crisis sanitaria y pudieron haberse evitado, según el informe.
La comisión asegura que la gestión gubernamental durante este periodo se caracterizó por “la subestimación del virus”,“la centralización y personalización de las decisiones” y “la política de austeridad del gobierno” que dejó “sin recursos” al sistema sanitario.
En el documento, los expertos también señalan que, según lo que indica la evidencia, “el país no estaba condenado a sufrir tal mortandad”.
CNN contactó a la Secretaría de Salud federal para conocer una postura sobre el informe, pero no hay respuesta hasta el momento.
Durante la pandemia, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se contagió de covid-19 en tres ocasiones, dijo que su Gobierno tomaba las “decisiones correctas” frente a la crisis económica y sanitaria.
Subestimación del virus
En opinión de Xavier Tello, médico y analista en políticas de salud, la subestimación del virus que señala el informe puede verse reflejada en la negativa del Gobierno mexicano de realizar pruebas masivas de covid-19.
“No creo que las pruebas sean obligatorias”, dijo a CNN Hugo López-Gatell, quien entonces fungía como subsecretario de Salud federal y zar contra el covid-19, en una entrevista en mayo de 2020.
Al 11 de mayo de ese año, México solo había realizado 89 pruebas por cada 100.000 personas, según datos de la Secretaría de Salud. Por el contrario, Estados Unidos hizo pruebas a un ritmo casi 32 veces mayor, según el Proyecto de Seguimiento COVID.
“Por alguna cuestión que desconocemos, y que el informe atribuye sencillamente a haberse alejado de un análisis metodológico serio y científico, desde un principio se pensó que este era un virus que se iba a comportar como una influenza estacional. De ahí viene una decisión ideológica y política que es la de no hacer el suficiente número de pruebas”, dijo a CNN Tello este miércoles.
El documento también indica que 4.843 profesionales de la salud fallecieron durante la pandemia de covid-19. Y que 5,6 de cada 1.000 menores de edad quedaron huérfanos, “la novena tasa más alta del mundo para países con más de 5 millones de habitantes”.
En el informe también se destaca que México perdió 4,6 años de esperanza de vida entre 2019 y 2021, un retroceso de casi 30 años.
“Lo que pasó con la pandemia es que un porcentaje importante de personas fallecieron antes de tiempo, y esto lo que provoca es que el promedio de vida de todos los mexicanos disminuya”, dijo a CNN Antonio Lazcano, profesor investigador de la Faculta de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México e integrante de la Comisión.
De lo malo, lo aprendido y lo ganado
El informe destaca también que el 60% de los enfermos acudió a farmacias privadas, resultando en sobremedicación o recomendaciones inadecuadas.
“Como lo indica el informe, la mayoría de los pacientes ya no están yendo a las instituciones de salud, ya van a consultorios anexos a farmacias. El problema es que todo ese sistema no está regulado en México y a muchos pacientes se les sobremedicó”, explica a CNN el infectólogo Alejandro Macías.
El documento señala que las desigualdades fueron un factor determinante en las muertes por covid-19, ya que la pandemia afectó de mayor manera a los más pobres.
Tanto Tello como Macías coincidieron en que un acierto del Gobierno mexicano fue la gestión de la llegada de vacunas contra el covid-19 encabezada por la Secretaría de Relaciones Exteriores durante la crisis sanitaria.
“Los únicos chispazos que podemos ver de cosas positivas fue la adquisición de vacunas que de todas formas fue complicada, y yo diría medio caótica, pero que recayó en la cancillería mexicana”, dijo Tello.
Macías, excomisionado nacional contra la influenza AH1N1 en México, consideró un acierto del Gobierno mexicano intentar producir vacunas de nuevo.”México fue un gran productor internacional de vacunas y casi autosuficiente hace algunas décadas. Después, las dejó de hacer y las compraba en el extranjero. Pero después de esto, y con la iniciativa de la vacuna Patria, México ya tiene una buena capacidad para hacerlo”, opinó Macías.
En el futuro, la Comisión aboga por un enfoque holístico, “que abarque una vigilancia epidemiológica mejorada, una infraestructura sanitaria sólida y un compromiso firme con la comunicación veraz y la gobernanza basada en evidencia”.