Varias personas visitan los restos de la antigua ciudad hundida de Pantabangan el 28 de abril de 2024 en la provincia de Nueva Écija, Filipinas.

(CNN) – Un asentamiento de casi 300 años de antigüedad, antes sumergido en una gran represa de Filipinas, resurgió a medida que el calor sofocante y la sequía dejaban sin agua el embalse.

Las estructuras, que incluyen parte de una iglesia, lápidas y un marcador del ayuntamiento, reaparecieron en medio de la presa de Pantabangan, en la provincia de Nueva Écija, en marzo, tras meses prácticamente sin lluvia, según declaró a la AFP Marlon Paladin, ingeniero supervisor de la Administración Nacional de Riegos.

Las lápidas se encuentran entre las reliquias descubiertas en la presa que se secó.

La zona se inundó deliberadamente en la década de 1970 para construir la presa. Pero una sequía que afecta actualmente a cerca de la mitad de las provincias del país ha hecho descender los niveles de agua de la presa, según AFP.

El planeta batió récords de calor por noveno mes consecutivo en febrero

Las cifras de la agencia meteorológica del Gobierno filipino, PAGASA, muestran que esos niveles eran el 30 de abril casi 50 metros más bajos de lo normal.

Algunos visitantes desafían el calor extremo para ver la presa, donde aún se conservan partes de las estructuras dañadas.

Paladin dijo a AFP que esta es la sexta vez que el asentamiento reaparece desde la creación del embalse, pero “este es el tiempo más largo [en que fue visible] según mi experiencia”.

Cuando baja el nivel del agua, las ruinas se convierten en una popular atracción turística, según AFP.

Como gran parte del sudeste asiático, Filipinas se ha visto azotada en las últimas semanas por un calor abrasador, que ha llevado a los colegios a suspender las clases cuando las temperaturas alcanzaron los 42 grados centígrados.

Aunque abril y mayo suelen ser los meses más calurosos en Filipinas, con temperaturas medias que oscilan entre los 30 grados centígrados, en gran parte del país se han registrado temperaturas aún más elevadas.

Vista aérea de la antigua ciudad hundida de Pantabangan.
El agua sigue rodeando la parte seca de la presa. La falta de lluvias ha hecho bajar el nivel del agua.

En los últimos cinco días, el índice de calor en algunas zonas ha superado los 40 grados centígrados, según muestran las cifras de PAGASA. El índice de calor es un cálculo de la temperatura que siente el cuerpo humano. Tiene en cuenta la temperatura real y la humedad, que afecta a la capacidad del cuerpo para enfriarse.

La localidad de Muñoz, cerca de la presa, ha registrado un índice de calor superior a 41 grados los últimos cinco días. El domingo la temperatura parecía de 47 grados debido a otros factores. A finales de marzo, la sequía cubría gran parte del norte y centro de Luzón, incluida la provincia de Nueva Écija, donde se encuentra la presa, de acuerdo con PAGASA.

Abril ha seguido siendo seco en todo el país, con partes del centro y el sur de Luzón con menos del 25% de las lluvias que deberían recibir en esta época, según el Centro de Predicción Climática de EE.UU.

Este año, el patrón climático de El Niño ha exacerbado estas condiciones, según AFP. Esta fluctuación natural se suma al calentamiento del planeta provocado por el cambio climático de origen humano.

Vista aérea del cementerio.

En los últimos años, las temperaturas en la región -una de las más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático- han subido a cotas sin precedentes, dejando a cientos de millones de personas sufriendo un calor y una humedad implacables, según declaró a CNN el climatólogo Maximiliano Herrera.

La pasada primavera, varios países del sudeste asiático registraron temperaturas récord de más de 38 grados centígrados.

Un informe de 2023 de la World Weather Attribution describió esa ola de calor como un acontecimiento que se produce una vez cada 200 años y que habría sido “prácticamente imposible que ocurriera sin el cambio climático”.

Heather Chen, Taylor Ward y Helen Regan, de CNN, contribuyeron con información.