(CNN Español) – La candidata a la presidencia de México por la coalición Fuerza y Corazón por México (PRI, PAN y PRD), Xóchitl Gálvez, arrancó su campaña en marzo asegurando que si ella gana las elecciones del próximo 2 de junio será el fin de la premisa del actual presidente Andrés Manuel López Obrador de “abrazos, no balazos”.
Entre las propuestas de Gálvez está la creación de una prisión “de muy alta seguridad y con tecnología de punta”. Algunos especialistas en seguridad aseguraron a CNN que esa no es una propuesta novedosa y que tiene fines electorales más que estar enfocada en reducir la violencia.
“Vamos a construir una cárcel especial para los peores criminales. Ya basta que las cárceles sean lugar donde se extorsiona, donde se tienen privilegios, donde los delincuentes no tienen miedo de llegar”, dijo la candidata el pasado 1 de marzo durante un mitin en Aguascalientes.
Explicó entonces que a este centro penitenciario, cuya ubicación no precisó, se enviaría a los delincuentes más peligrosos. “Ese (delincuente) que destaza a 10 personas y las deja en una hielera […] o el personaje que viola a una niña de 12 años y la asesina. Esos personajes deben recibir un castigo ejemplar”, precisó.
Sin embargo, expertos consultados por CNN aseguraron que la propuesta de la candidata de la oposición no es novedosa.
“Desde luego no es una propuesta original, se trata más bien de un ‘refrito’”, consideró David Saucedo, experto en materia de seguridad, quien recordó que existen en el país 17 Centros Federales de Readaptación Social (Cefereso), de los cuales dos son considerados de máxima seguridad.
Son el Cefereso número 1 “Altiplano” en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, y el Cefereso 3 “Noroeste” en Matamoros, en el estado de Tamaulipas, después de que cerrara en 2020 el Cefereso número 2 “Occidente” de Puente Grande, en Jalisco, de la que se fugó Joaquín “el Chapo” Guzmán en 2001.
Saucedo consideró que la propuesta de Gálvez de crear esta nueva prisión de máxima seguridad es “de corte mediático, más que tendiente a solucionar el problema de inseguridad” en el país, al no estar acompañada de estimaciones presupuestales ni contar con un respaldo jurídico.
Javier Oliva, doctor en Ciencia Política y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidió con Saucedo en la falta de contundencia de la propuesta de la opositora, quien comparte carrera electoral con la candidata presidencial del oficialismo, Claudia Sheinbaum, contendiente con mayor respaldo según las encuestas.
“El planteamiento de Gálvez ha sido ante el calor del mitin, […] pero de ninguna manera cuenta con un respaldo, un estudio, un análisis que permita suponer que sea una opción que pueda contener la pendiente de violencia que vive el país desde hace décadas”, sentenció.
La información vertida por la candidata sobre este supuesto centro penitenciario es escasa.
Saucedo opinó que la propuesta parte de la percepción ciudadana acerca de que las cárceles en México son “universidades del crimen” y que las de alta seguridad más bien son “de alta comodidad”, ya que muchos criminales siguen operando desde dentro.
“Lo que hicieron fue más bien generar una estrategia de seguridad con un tinte de mercadotecnia electoral, no tanto con un diagnóstico real en materia de seguridad”, según Saucedo.
El 18 de abril, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojó que en el primer trimestre de 2024 el porcentaje de mexicanos que se sintieron inseguros a nivel nacional repuntó al 61%, mientras que de octubre a diciembre de 2023 se situaba en el 59,1%.
Comparaciones con Bukele
Cuando Gálvez anunció la propuesta de creación de la cárcel de máxima seguridad, algunos medios de comunicación y usuarios de redes sociales sugirieron que su modelo de administración de prisiones podría parecerse al del presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Bukele inauguró en febrero de 2023 el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una megacárcel con capacidad para 40.000 personas, a donde envían a personas que son consideradas integrantes de pandillas.
Pero Gálvez aseguró que en México el gran problema no son las pandillas, sino los grupos delincuenciales vinculados con el narcotráfico. Y planteó la prisión de máxima seguridad como un posible freno a la crisis de violencia que vive el país, donde se han registrado 146.719 homicidios dolosos desde que el actual presidente llegó al Gobierno en diciembre de 2018 y hasta el primer trimestre de este año, según las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Los expertos aseguraron que el sistema penitenciario pasa por una gran crisis que abona a la inseguridad en el país, por lo que debe ser reformado al completo empezando por atajar la corrupción y la impunidad.
“(En) esta crisis del sistema penitenciario mexicano lo que pasa es que va de la mano de la impunidad”, consideró Oliva, quien afirmó que en México solo uno de cada 10 delitos denunciados se resuelve, un dato que coincide con las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe).
Asimismo, Oliva opinó que también es problemático que un 39% de las personas que están en situación de reclusión no haya recibido sentencia, según datos del Inegi publicados en 2023.
“Tenemos una sobrepoblación penitenciaria en este momento en el país, tanto en los reclusorios estatales como los reclusorios a nivel federal”, aseguró Oliva, por lo que hacer más cárceles sin gestionar dicha situación no abonaría necesariamente a una mejora en la situación de la seguridad pública.