(CNN) – Catera Bentley contempló fijamente el resultado positivo de la prueba de embarazo y no podía creer lo que veía. Se hizo una segunda prueba y luego una tercera. Estaba embarazada.
Llamó a su marido al trabajo y le dijo que había una araña gigante en casa de la que se tenía que deshacer. Fue corriendo a casa y, cuando llegó, Bentley le dio la noticia. Ambos rompieron en llanto.
La pareja, que vive en Steele, Alabama, llevaba más de dos años intentando concebir pero el médico de Bentley le había dicho que tal vez no sería posible debido a sus antecedentes de síndrome de ovario poliquístico, conocido como SOP.
La noticia la había dejado sientiéndose sin un propósito. “Lo único que quería era ser madre y esposa”, dice Bentley, de 25 años. “Estuve deprimida, gravemente deprimida durante todo ese tiempo”.
Cinco meses antes, en octubre de 2022, Bentley había empezado a tomar Mounjaro para perder peso. Durante los primeros meses, dijo, perdió unos 18 kilos. Sus ciclos menstruales, que habían sido irregulares debido al síndrome de ovario poliquístico, se normalizaron. Incluso se sintió más feliz.
“Me sentí como una persona totalmente nueva”, afirma. “Cada día estaba de mejor humor”.
Bentley esperaba que perder peso le ayudara a lograr el embarazo, y había oído hablar de otras personas que habían perdido peso con la inyección. Pero cuando finalmente se quedó embarazada, antes de lo que esperaba, se preocupó por los efectos que podría tener en el bebé.
“Bebés Ozempic”
Bentley no es la única. Numerosas mujeres han compartido historias de “bebés Ozempic” en las redes sociales. Pero la alegría que algunas experimentan al descubrir sus embarazos puede venir acompañada de ansiedad por lo desconocido, ya que estos medicamentos no se han estudiado en personas embarazadas.
“Desconocemos el efecto de la exposición precoz… sobre el feto”, dijo la doctora Jody Dushay, médica especializada en Endocrinología y Metabolismo del Centro Médico Beth Israel Deaconess y profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Harvard.
Dushay dijo que recomienda que las mujeres dejen de tomar estos fármacos dos meses antes de intentar quedarse embarazadas, tal y como se indica en su información de prescripción.
Ozempic y Mounjaro forman parte de una clase de fármacos denominados agonistas de los receptores GLP-1, que actúan imitando las hormonas intestinales implicadas en la regulación de la insulina y el apetito. Ambos están aprobados para tratar la diabetes de tipo 2, y cada uno tiene medicamentos gemelos aprobados para la pérdida de peso. Ozempic utiliza el principio activo semaglutida, y Wegovy es la versión aprobada para la pérdida de peso. Mounjaro utiliza tirzepatida, que también se dirige a una segunda hormona llamada GIP, y Zepbound es su marca comercial para la pérdida de peso.
En los ensayos clínicos se ha demostrado que estos medicamentos ayudan a perder entre un 15% y un 20% de peso.
Y debido a la forma en que actúan los fármacos GLP-1, según los expertos, hay razones por las que pueden dar lugar a más embarazos, así como motivos de precaución sobre su uso en las primeras etapas del embarazo.
Efectos sobre el control de la natalidad
Por un lado, la pérdida de peso puede asociarse generalmente a un aumento de la fertilidad al restablecer la ovulación normal en personas que padecen el síndrome de ovario poliquístico u otras causas de ciclos anormales, explica el Dr. Daniel Drucker, profesor e investigador del Hospital Mount Sinai de la Universidad de Toronto y pionero de la investigación sobre el GLP-1.
“Si se empieza a tomar estos medicamentos y luego se pierde un 5, 10 o 15% del peso corporal, muy a menudo se produce una mejora de la ovulación”, afirma Drucker.
Un escenario “bastante concebible”, dijo, es que alguien con obesidad y que no tenga periodos menstruales frecuentes empiece a tomar uno de estos medicamentos, pierda peso durante varios meses y descubra que sigue sin tener periodos regulares, “solo que ahora podría ser porque está embarazada”.
Además, Mounjaro y Zepbound advierten en su prospecto de que pueden restar eficacia a las píldoras anticonceptivas.
Según Drucker, esto puede deberse a que los fármacos actúan en parte ralentizando la velocidad a la que los alimentos se desplazan por el estómago. Esto puede hacer que las personas se sientan llenas durante más tiempo, pero también podría interferir en la absorción de otros medicamentos, incluidas las píldoras anticonceptivas.
Mounjaro y Zepbound advierten explícitamente de ello en sus etiquetas, pero Ozempic y Wegovy solo advierten de forma más general sobre la absorción de cualquier medicamento que se tome por vía oral.
Seguridad durante el embarazo
Aunque los medicamentos GLP-1 pueden aumentar la fertilidad, se sabe poco sobre su seguridad durante el embarazo. Los fabricantes de los fármacos, Novo Nordisk y Eli Lilly, excluyeron de sus ensayos clínicos a las personas embarazadas o que planeaban quedarse embarazadas, una práctica habitual cuando se prueban nuevos medicamentos.
Pero eso no significa que no haya información disponible.
“Cuanto más se utilicen estos medicamentos, más mujeres se quedarán embarazadas mientras los tomen, y de ese modo acumularemos datos sobre el riesgo de exposición temprana al embarazo”, explicó Dushay. En otras palabras, “básicamente recopilamos datos de ‘accidentes’, como hacemos con la mayoría de los medicamentos”.
Los pocos estudios disponibles sobre bebés cuyas madres tomaron GLP-1 al principio del embarazo no han revelado grandes motivos de preocupación, aunque los investigadores señalan que se necesitan más estudios, y ya están en marcha.
Novo Nordisk dispone de un registro en el que está recopilando datos sobre la seguridad de Wegovy durante el embarazo. Un portavoz de la empresa afirma que los resultados se darán a conocer al final del estudio. Una entrada en una base de datos gubernamental sobre ensayos clínicos señala que el estudio prevé inscribir a más de 1.100 participantes y se espera que finalice en el verano de 2027.
Un portavoz de Eli Lilly dijo que la empresa también tiene previsto abrir un registro de embarazos para Zepbound, que se aprobó a finales del año pasado.
Sin embargo, según Drucker, los estudios realizados en animales sugieren cierta cautela.
“Si los animales reciben dosis elevadas de estos fármacos, muy a menudo los bebés que nacen de los ratones y las ratas son pequeños y, a veces, presentan algunas malformaciones”, señaló.
Esto se debe probablemente a que los fármacos también actúan reduciendo el apetito.
“Si se restringe la ingesta de energía en un animal preñado, el bebé no recibirá suficientes nutrientes y no podrá crecer adecuadamente”, explicó Drucker.
También se refirió a un estudio en animales que sugiere que los fármacos GLP-1 pueden reducir el número de proteínas encargadas de transferir nutrientes de la madre al feto, que suelen encontrarse en la placenta.
Ya en uso para el síndrome de ovario poliquístico
Estas preocupaciones complican la investigación de los medicamentos contra la infertilidad, pero ya se está trabajando en una de las causas más comunes: el síndrome de ovario poliquístico. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), este trastorno afecta al 12% de las mujeres en edad reproductiva.
Se desconoce la causa exacta del SOP, pero se asocia al exceso de peso, que se cree contribuye a que el organismo produzca demasiada insulina. Esto, a su vez, provoca desequilibrios hormonales, en concreto niveles más altos de hormonas como la testosterona, que pueden detener la ovulación y causar periodos irregulares, acné y exceso de vello facial, según los CDC.
Aunque no existe cura, la pérdida de peso por sí sola puede producir una mejora significativa de los síntomas y la reanudación de la ovulación y la menstruación regulares, afirma la Dra. Anuja Dokras, directora de la clínica de SOP de la Universidad de Pensilvania.
Los cambios en el estilo de vida son el tratamiento de primera línea para el SOP, pero si esas intervenciones no tienen éxito, los médicos pueden recetar Ozempic u otros medicamentos agonistas del GLP-1, dijo Dokras. Las directrices internacionales sobre el SOP de 2023 enumeran los agonistas del GLP-1 entre los medicamentos para el “control del sobrepeso en adultos con SOP”.
Los agonistas de GLP-1 mejoran la resistencia a la insulina y conducen a la pérdida de peso, por lo que tiene sentido que también mejoren los síntomas del SOP, agregó la Dra. Melanie Cree, directora de la Clínica multidisciplinaria de SOP en el Hospital de Niños de Colorado.
“Ahora se utiliza completamente sin pruebas porque el campo [de la obstetricia] sabe que si se pierde un 5% de peso en estas personas con SOP, mejorará la fertilidad”, dijo.
Cree señaló que los estudios han demostrado que la liraglutida, un fármaco anterior del tipo agonista GLP-1 vendido bajo el nombre Victoza para la diabetes tipo 2 y Saxenda para la pérdida de peso, es eficaz para reducir el peso corporal y los niveles de testosterona en mujeres con SOP y obesidad.
Cree también acaba de concluir un ensayo clínico que investiga el uso de semaglutida, el principio activo de Ozempic y Wegovy, para el tratamiento del SOP en chicas adolescentes. Los resultados preliminares, que aún no se han publicado, mostraron que tanto la semaglutida como una dieta baja en azúcares producían menstruaciones más frecuentes, niveles más bajos de testosterona y pérdida de peso, y que la pérdida de peso era mucho más pronunciada en el grupo que tomaba semaglutida.
Independientemente del método utilizado, el estudio constató que las personas que perdían más peso presentaban mayores descensos en los niveles de testosterona.
Cree está llevando a cabo un ensayo clínico de mayor envergadura y duración, financiado por los Institutos Nacionales de Salud, que analizará específicamente los resultados en materia de fertilidad de las mujeres jóvenes con SOP que toman semaglutida.
Y aunque los fabricantes de los fármacos no están realizando ensayos relacionados con el síndrome de ovario poliquístico, lo que Cree atribuye en parte al hecho de que el síndrome de ovario poliquístico se solapa tanto con la obesidad que no ampliaría drásticamente el mercado de los medicamentos, la aprobación de este trastorno, señaló, podría tener un efecto importante en la cobertura del seguro, que es un reto para muchas personas que los utilizan para perder peso.
“Por ejemplo, Colorado exige cobertura para la fertilidad, de modo que si se aprobara como medicamento para la fertilidad, estaría cubierto para esa indicación”, explicó.
Por otra parte, Cree señaló otra cuestión sobre los medicamentos durante el embarazo: la posibilidad de una rápida recuperación de peso que puede ocurrir cuando las pacientes los suspenden repentinamente.
“Si esto ocurre durante el embarazo, cuando se está ganando peso, ¿qué sucede? ¿Qué significa eso? Y no lo sabemos”.
Un “callejón sin salida”
Los fabricantes de los fármacos también están siguiendo de cerca el fenómeno de los “bebés Ozempic”. El jefe de investigación de Eli Lilly, el Dr. Daniel Skovronsky, dice que la compañía ha escuchado este tipo de historias de los pacientes.
“Una pregunta que nos hacemos es: ¿es posible que al reducir la grasa mejoremos la fertilidad, disminuyamos el síndrome de ovario poliquístico y otras barreras a la fertilidad?”, dijo Skovronsky.
“Es algo así como la insuficiencia cardíaca o la apnea del sueño”, dijo, refiriéndose a las condiciones para las que los medicamentos GLP-1 han mostrado recientemente resultados positivos. “Solo otro beneficio potencial de la pérdida de peso de esta clase de medicamentos que aún no hemos probado”.
También subrayó lo complicado que resulta realizar estudios sobre la fertilidad de medicamentos cuya seguridad en el embarazo se desconoce. Cree se refirió al requisito de control de la natalidad en los estudios de fármacos GLP-1 como un “callejón sin salida” para las indicaciones de fertilidad.
“Ahora mismo, por desgracia, es realmente difícil estudiar los efectos de estos fármacos sobre la fertilidad, porque eso implica exponer a las mujeres a un medicamento con un alto riesgo de que tengan un embarazo durante la exposición al fármaco y los riesgos para el bebé aún no se han analizado por completo”, dijo Skovronsky.
Bentley, que se quedó embarazada mientras tomaba Mounjaro, dijo que dejó de tomar el medicamento en cuanto se enteró de que estaba embarazada. Pero continuó preocupada por el efecto del fármaco en su bebé.
“Me preocupé hasta el día en que la tuve”, dijo.
Su hija, Ivy, nació sana en la fecha prevista y pesó 2,5 kilos. Bentley volvió a tomar Mounjaro seis semanas después del nacimiento de Ivy.