(CNN) – Funcionarios israelíes criticaron duramente a Estados Unidos y han caído en un episodio de luchas internas por las declaraciones del presidente de EE.UU. Joe Biden de que detendría algunos envíos de armas estadounidenses a Israel si se lanza una operación terrestre a gran escala en la ciudad de Rafah.
Después de que Biden hiciera sus comentarios en una entrevista con Erin Burnett de CNN, Gilad Erdan, embajador de Israel ante las Naciones Unidas, dijo que creía que la decisión “puede alentar a los enemigos del Estado de Israel y de la nación israelí”, mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu reaccionó al anuncio publicando un breve fragmento de un discurso que pronunció hace unos días, en el que dijo: “Si Israel se ve obligado a permanecer solo, Israel estará solo”.
Los gabinetes de guerra y seguridad israelíes se reunirán el jueves por la noche a raíz de la amenaza de Biden, dijeron a CNN dos funcionarios israelíes.
El anuncio del presidente de que estaba dispuesto a condicionar el armamento estadounidense a las acciones de Israel representa un punto de inflexión en el conflicto de siete meses entre Israel y Hamas. Y su reconocimiento de que se utilizaron bombas estadounidenses en la muerte de civiles en Gaza fue un claro reconocimiento del papel de Estados Unidos en la guerra.
El presidente ha estado bajo una mucha presión, incluso por parte de miembros de su propio partido, para limitar los envíos de armas en medio de una crisis humanitaria en Gaza.
El comentario de Biden en CNN es un gran revés para la guerra de Israel. Estados Unidos es, con diferencia, el aliado más importante y poderoso de Israel, y sin su apoyo, el poder de fuego y las ambiciones de Israel en Gaza se verían debilitados.
La administración Biden lleva meses presionando a Israel para que haga más para proteger a los civiles en Gaza y garantizar que se pueda entregar más ayuda humanitaria allí.
Estados Unidos también solicitó repetidamente a Netanyahu y su gobierno que reconsideren sus planes para una invasión a gran escala de Rafah, la ciudad más al sur de Gaza donde se refugian más de un millón de personas después de huir de los combates en otras partes del enclave.
Hasta ahora, Israel ejecutó una operación limitada alrededor de la ciudad, tomando el control del lado palestino del cruce de Rafah –un punto de entrada fundamental para la ayuda a Gaza– y llevó ataques militares en los márgenes de la ciudad.
Nuevas imágenes satelitales obtenidas por CNN de Planet Labs muestran que el ataque de Israel en Rafah se expandió desde ataques aéreos a operaciones terrestres en los últimos días.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron el lunes a algunas personas en el este de Rafah que “evacuaran inmediatamente” antes de una operación militar en la ciudad. Les dijeron que fueran a Al-Mawasi, una ciudad costera cerca de la ciudad de Khan Younis que los grupos de ayuda han descrito como superpoblada y no apropiada para habitar. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) estimó que casi 79.000 personas han huido de la ciudad desde el lunes.
A pesar de la creciente presión internacional, la administración Biden se ha mantenido firme con Israel, entregándole armas y otro tipo de apoyo. La amenaza del miércoles se produjo apenas un día después de que Biden utilizara su discurso en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos para recordar a la gente los horrores de los ataques del 7 de octubre contra Israel, cuando los combatientes liderados por Hamas mataron a unas 1.200 personas en Israel y secuestraron a más de 250. Muchos de los rehenes tomados en Gaza ese día siguen retenidos en el enclave.
“Demasiadas personas niegan, minimizan, racionalizan e ignoran los horrores del Holocausto y del 7 de octubre, incluido el atroz uso de la violencia sexual por parte de Hamas para torturar y aterrorizar a los judíos. Es absolutamente despreciable y debe parar”, dijo el martes, alzando la voz.
El presidente dio una nota muy diferente el miércoles. “Dejé claro que si entran en Rafah —no habían entrado en Rafah en ese entonces—, si entran en Rafah, no suministraré las armas que se han utilizado históricamente para encargarse de lugares como Rafah, para encargarse de las ciudades, que se encargan de ese problema”, dijo Biden, y agregó que Estados Unidos continuaría suministrando armas defensivas a Israel.
Los comentarios de Biden provocaron un enojo significativo entre algunos políticos israelíes.
Hablando en un evento en honor a los soldados israelíes caídos y a las víctimas de ataques terroristas, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, dijo: “Me dirijo a los enemigos de Israel, así como a nuestros mejores amigos, y les digo: el Estado de Israel no puede ser sometido, no las FDI, ni el establishment de defensa, ni el Estado de Israel. Nos mantendremos firmes, lograremos nuestros objetivos: atacaremos a Hamas, atacaremos a Hezbollah y lograremos la seguridad”.
Miki Zohar, ministro del partido Likud de Netanyahu, dijo que era “sorprendente descubrir que el mundo olvidó lo que ocurrió en Israel el 7 de octubre”.
“No comprometeremos nuestra seguridad y nunca aceptaremos someternos a ninguna demanda que perjudique la seguridad nacional de Israel”, añadió en una publicación en X, antes conocido como Twitter.
El anuncio también expuso las profundas divisiones entre los diversos partidos políticos de Israel.
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, que pertenece a la ultraderecha el país, Itamar Ben Gvir, criticó a Biden en X, diciendo: “Hamas ❤️ Biden”.
Esa declaración provocó una reacción del presidente del país, Isaac Herzog, quien advirtió contra “declaraciones y tuits infundados, irresponsables e insultantes” durante un discurso con motivo del aniversario del Día de la Victoria.
Otros altos funcionarios israelíes también criticaron a Ben Gvir. Yair Lapid, del partido centrista Yesh Atid, respondió: “Si Netanyahu no despide a Ben Gvir hoy, está poniendo en peligro a todos los soldados de las FDI y a todos los ciudadanos del Estado de Israel”.
El líder del Partido Laborista israelí, Merav Michaeli, dijo que “Netanyahu y su gobierno continúan empeorando la situación estratégica de Israel”.
Jeremy Diamond de CNN en Jerusalén contribuyó con el reportaje.