(CNN Español) – Este domingo, más de 5,7 millones de personas están llamadas a acudir a las urnas para participar en las elecciones al Parlamento de Cataluña, en la que los electores escogerán a los 135 miembros de esta cámara autonómica.
Para atraer la simpatía de los votantes, las diferentes formaciones que concurren a esta cita han abordado a lo largo de la campaña electoral diferentes asuntos que afectan y preocupan a la población de esta comunidad autónoma, como la gestión de la sequía, la forma de financiar la región o cómo facilitar el acceso a una vivienda.
Fuera de estas cuestiones hay otro asunto que se ha tratado y que centra la atención tanto del electorado catalán como de la población del resto del país: la relación que debe mantener Cataluña con el resto de España. Es decir, la fuerza que mantiene el independentismo en la región.
En las dos últimas semanas de campaña electoral, ese asunto del independentismo ha tenido menor presencia que en elecciones anteriores, como ocurrió en los comicios de diciembre de 2017 o en febrero de 2021. Al menos así se dejaba ver en los debates electorales celebrados en medios autonómicos y nacionales en los últimos días.
Pero esta cuestión sigue en el tablero político con al menos cuatro partidos que apuestan en su programa por la autodeterminación de Cataluña: Junts+, liderado por Carles Pugidemont; Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con Pere Aragonés al frente; Candidatura d’Unitat Popular (CUP), con Laia Estrada como candidata a la presidencia de la Generalitat de Cataluña; y Aliança Catalana, partido conservador que podría irrumpir en la cámara con su líder, Silvia Orriols.
El barómetro publicado esta semana por el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), órgano adscrito a la Generalitat de Cataluña, apuntaba que las formaciones independentistas no lograrían reunir un total de 68 diputados, cifra que les brindaría la mayoría absoluta en el Parlamento como para investir a un candidato de su gusto.
¿Qué puede ocurrir?
En líneas generales, los últimos sondeos, tanto el del CEO como el del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), adscrito al Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, dan la victoria al candidato del Partido Socialista de Cataluña (PSC) a la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.
La victoria, de acuerdo con esas proyecciones, no sería lo suficientemente holgada como para gobernar en solitario, y los obligaría a buscar acuerdos para afianzar a su candidato en la presidencia de la región.
Pero esos acuerdos podrían ser complicados, ya que las siguientes fuerzas con mayor intención de voto después del PSC, según esos mismo sondeos, son independentistas. De ahí que, pese a mostrarse abierto a pactar con otras formaciones de izquierda, como ERC, Illa puede no tener su apoyo garantizado.
Preguntado durante la campaña sobre qué pactos podría alcanzar si realmente su formación se demuestra crucial para afianzar un gobierno con los socialistas, o bien un gobierno de línea independentista, Pere Aragonés ha preferido no pronunciarse.
La duda seguirá en el aire hasta que los colegios electorales hayan cerrado y finalice el recuento. Solo cuando quede claro cómo se reparten las fuerzas más votadas los escaños del Parlamento, podremos tener una imagen más nítida de cuál es el rumbo que puede tomar la política en Cataluña para la próxima legislatura.