(CNN) – Los populistas de derechas están a punto de lograr avances sin precedentes en las elecciones al Parlamento Europeo del mes que viene. Mientras los funcionarios europeos se preparan para un nuevo Parlamento, crece la preocupación de que el bloque de 27 naciones pueda volverse más vulnerable a los Estados adversarios que buscan perjudicar al bloque.
Los datos de las encuestas sugieren que los diputados de extrema derecha del Parlamento Europeo podrían tener suficientes escaños para, juntos, bloquear la aprobación de la legislación de la Unión Europea, creando un enorme quebradero de cabeza para la unión en su conjunto.
Por importante que pueda llegar a ser este cambio a la hora de influir en las personas más poderosas de Bruselas y en la dirección del bloque, los funcionarios están ahora preocupados por el impacto que esto tendrá en la seguridad de la UE.
La reciente detención de un ciudadano alemán que trabajaba como ayudante de un eurodiputado de extrema derecha, sospechoso de espiar para China, ha alimentado el temor a que una afluencia considerable de figuras euroescépticas y contrarias al establishment que han vivido al margen de la política dominante se convierta en un blanco fácil para los Estados adversarios.
“Los populistas electos son especialmente atractivos para los actores malignos por dos razones”, afirma James Shires, codirector de la Iniciativa Europea de Investigación de Ciberconflictos.
“En primer lugar, son figuras antisistema que no confían en las instituciones o estructuras en las que trabajan. Es difícil dar el salto de creer que hay una conspiración del establishment contra ti a cooperar con esas instituciones para contrarrestar las amenazas a la seguridad”, explicó. “En segundo lugar, en muchos casos existe una alineación instintiva con Estados como China o Rusia. Están de acuerdo con ellos en ciertas áreas y les complace exponer opiniones, e incluso difundir desinformación, en su nombre”.
Aunque no es nada nuevo que actores hostiles intenten influir en los políticos, la llegada de populistas a una institución como el Parlamento Europeo en este preciso momento es especialmente preocupante.
Uno de los argumentos que esgrimen los responsables de seguridad europeos es que estos partidos más pequeños y nuevos no tienen mucha experiencia en trabajar con los servicios de seguridad, ni siquiera tienen mucha experiencia —o interés— en investigar a sus propios candidatos o empleados.
El propio Parlamento Europeo no dispone de una unidad encargada de examinar a los parlamentarios y depende de los 27 Estados miembros de la UE que envían diputados a Bruselas y Estrasburgo.
“Para algunos países, se trata de un proceso de seis meses, en otros puede llevar dos años”, declaró a CNN una alta fuente del Parlamento Europeo. “Gran parte de los tratados de la UE no se aplican a los servicios de seguridad, por lo que tenemos muy poca supervisión central y los países no están obligados a enviarnos información sensible. Podemos hacer comprobaciones de antecedentes penales pero, le sorprenderá saber, la mayoría de los espías no tienen antecedentes penales activos”.
¿Qué daño podría hacer realmente un eurodiputado una vez elegido al Parlamento Europeo? Existen múltiples oportunidades para causar estragos desde dentro del sistema, pero destacan dos en particular.
La primera es más inocua a primera vista. Los eurodiputados pueden pronunciar discursos en el Parlamento que son grabados, recortados y promocionados en las redes sociales. Muchos exdiputados británicos utilizaron estos discursos con gran efecto entre 2010 y 2016 como forma de difundir el euroescepticismo en el Reino Unido. En última instancia, esto contribuyó a su salida del bloque.
Si los eurodiputados quieren alzar la voz y difundir información errónea o desinformación que se alinee con los objetivos de Estados hostiles a la UE, están en su perfecto derecho de hacerlo. Pueden denunciar el apoyo de Europa a Ucrania, despotricar contra el matrimonio igualitario y el cambio climático, todo ello para socavar las ideas occidentales y sembrar la desunión. A sabiendas o no, no importa: si se alinea con los intereses de un Estado hostil, se alinea con los intereses de un Estado hostil.
Esto es difícil para la UE porque, a menos que un Estado extranjero esté pagando directamente a un eurodiputado para que presione o mienta en su nombre, es perfectamente legal.
“Uno puede ser ‘putinista’, o pro-Xi, y eso está bien, en el sentido de que tienen derecho a su opinión. Solo se convierte en un problema si están trabajando con potencias extranjeras para promover su agenda”, dijo una fuente de seguridad de la UE a CNN. “De lo contrario, es democráticamente legítimo que tengan una opinión y la expresen en el Parlamento”.
La segunda forma importante en que un eurodiputado o un miembro de su personal podría perjudicar a la UE en beneficio de un Estado hostil es a través de medios ilegales. Filtrar información sensible a la que tienen acceso, colaborar en ciberataques, robar documentos y entregarlos a agentes extranjeros… lo que se considera espionaje más clásico.
Entre los 27 Estados miembros —todos ellos con embajadas, múltiples instituciones, cientos de cargos electos y miles de empleados—, Bruselas es un lugar en el que vuela mucha información sensible. Buena parte de ella se filtra.
Cualquier cosa, desde los futuros planes de la UE hasta los datos personales de los ciudadanos, puede ser valiosa para quienes desean perjudicar a la UE. Un alto diplomático del bloque dijo a CNN que esto era especialmente preocupante ahora que Europa está tomando medidas más serias y directas en política de seguridad y defensa en respuesta a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022.
Mientras Bruselas trata de ser tomado cada vez más en serio como actor diplomático, su propia seguridad se verá sometida a una presión cada vez mayor por parte de sus rivales internacionales. La UE y sus Estados miembros son los únicos responsables de tomar las medidas necesarias para detener a quienes quieren perjudicarla. Y no hacerlo podría echar por tierra esas grandes ambiciones de mayor relevancia mundial.