(CNN) – ¿Qué es grande, con una composición esponjosa y parecida al algodón de azúcar? Resulta que es un planeta.
Una coalición internacional de astrónomos ha descubierto un planeta inusual, bautizado como WASP-193b. Este planeta es un 50% más grande que Júpiter y el segundo planeta más ligero jamás encontrado.
Pero WASP-193b, situado más allá de nuestro sistema solar, a unos 1.200 años luz de la Tierra, no es sólo una rareza científica. El exoplaneta también podría ser clave para futuras investigaciones sobre la formación de planetas atípicos, según un estudio sobre el hallazgo publicado el martes en la revista Nature Astronomy.
Este planeta de algodón de azúcar no está solo; hay otros planetas similares que pertenecen a una clase que los científicos llaman jocosamente “Júpiter esponjosos”. El planeta más ligero jamás descubierto es el supergigante Kepler 51d, que tiene casi el tamaño de Júpiter, pero es cien veces más ligero que el gigante gaseoso.
Según Khalid Barkaoui, autor principal del estudio, los Júpiter esponjosos han sido un misterio durante 15 años. Pero, debido a su tamaño, WASP-193b, es un candidato ideal para ser analizado más a fondo por el telescopio espacial James Webb y otros observatorios.
“El planeta es tan ligero que resulta difícil pensar en un material análogo en estado sólido”, afirma Barkaoui, investigador postdoctoral de ciencias de la Tierra, atmosféricas y planetarias del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en un comunicado de prensa. “La razón por la que se asemeja al algodón de azúcar es porque ambos están formados principalmente por gases ligeros en lugar de sólidos. El planeta es básicamente súper esponjoso”.
Un planeta de baja densidad plantea un gran reto
El planeta WASP-193b, que los investigadores creen que está formado principalmente por hidrógeno y helio, ha sido un gran rompecabezas para los investigadores. Como la densidad del exoplaneta es tan baja para su tamaño, calcular su masa se convirtió en todo un reto.
Normalmente, los científicos determinan la masa mediante una técnica llamada velocidad radial, en la que los investigadores analizan cómo se desplaza el espectro de una estrella, un gráfico que indica la intensidad de las emisiones de luz en longitudes de onda, a medida que un planeta orbita alrededor de ella. Cuanto mayor es el planeta, más se desplaza el espectro de la estrella. Pero esto no funcionó en el caso de WASP-193b. Es tan ligero que no ejerció ninguna atracción sobre la estrella que el equipo pudiera detectar.
Debido a lo pequeña que era la señal de masa, el equipo tardó cuatro años en recopilar datos y calcular la masa de WASP-193b, explicó Barkaoui. Como las cifras extremadamente bajas que encontraron eran tan raras, los investigadores realizaron múltiples pruebas de análisis de datos, sólo para estar seguros.
“Al principio obtuvimos densidades extremadamente bajas, lo que resultaba muy difícil de creer”, afirma en un comunicado Francisco Pozuelos, coautor del estudio e investigador principal del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Finalmente, el equipo descubrió que la masa del planeta es un mísero 14% de la masa de Júpiter, a pesar de ser mucho mayor.
Pero un mayor tamaño significa una mayor “atmósfera extendida”, dijo el coautor del estudio Julien de Wit, profesor asociado de ciencia planetaria en el MIT. Esto significa que WASP-193b abre una ventana de información especialmente útil para comprender la formación de estos planetas esponjosos.
“Cuanto mayor es la atmósfera de un planeta, más luz puede atravesarla”, explicó de Wit a la CNN. “Así que está claro que este planeta es uno de los mejores objetos que tenemos para estudiar los efectos atmosféricos. Será una piedra Rosetta para intentar resolver el misterio de los Júpiter esponjosos”.
Pero tampoco está claro cómo se formó WASP-193b, dijo Barkaoui. Los “modelos clásicos de evolución” de los gigantes gaseosos no explican del todo el fenómeno.
“WASP-193b es un caso atípico entre todos los planetas descubiertos hasta la fecha”, afirmó.