(CNN) – En su primera semana de capacitación laboral, Tiffany Joseph Busch aprendió a realizar un cambio de aceite. “Si hubiera sabido que era tan fácil, no habría pagado por los cambios de aceite”, le dijo a su instructor.
Pero Busch nunca interactuó con un automóvil real durante el entrenamiento. En cambio, aprendió en un garaje virtual, mediante el uso de un casco de realidad virtual Meta Quest.
Busch, de 36 años, está encarcelada en la Institución Correccional para Mujeres de Maryland (MCIW, por sus siglas en inglés) y es parte de un grupo inicial de personas que aprenden habilidades con realidad virtual que las prepararán para buscar trabajos como técnicas automotrices cuando sean liberadas. Para Busch, quien espera estar en libertad en junio después de haber estado encarcelada intermitentemente desde los 19 años, el programa le dará una ventaja crucial para reconstruir su vida fuera de prisión.
“Es urgente que recibamos algún tipo de capacitación”, dijo Busch a CNN en una entrevista en la prisión el mes pasado. “Estoy emocionada de poder volver a casa y utilizar lo que hemos (aprendido) aquí”.
Aunque la tecnología de realidad virtual existe desde hace más de una década, todavía se la considera una tecnología relativamente especializada, utilizada principalmente por los gamers. Sin embargo MCIW, en asociación con Vehicles for Change, una organización sin fines de lucro con sede en Baltimore, que desarrolló el programa, explora si los cascos de realidad virtual podrían hacer que las oportunidades de capacitación profesional sean más accesibles dentro de las prisiones. El objetivo final es reducir las tasas de reincidencia para garantizar que las personas encarceladas tengan un camino claro hacia empleos bien remunerados una vez que sean liberadas.
En todo Estados Unidos, los técnicos automotrices tienen una gran demanda. Los grupos comerciales dicen que la industria ve decenas de miles de puestos de trabajo sin cubrir cada año. Y en Maryland, esos puestos a menudo pagan más que el salario mínimo estatal de US$ 15 por hora.
“Esto no es ciencia espacial. Se trata de conseguirle a la gente un trabajo que les permita desarrollar una carrera, y podemos evitar que la gente vaya a prisión”, afirmó el presidente de Vehicles for Change, Martin Schwartz. “Si pueden conseguir un trabajo que les pague entre US$ 16 y US$ 20 la hora, podemos cambiar la trayectoria de esa tasa de reincidencia”.
La formación de mecánicos de automóviles se vuelve virtual
Vehicles for Change se fundó en 1999 para proporcionar automóviles accesibles a familias de bajos ingresos. En 2016, la organización sin fines de lucro desarrolló un programa de capacitación presencial de técnicos automotrices para personas anteriormente encarceladas, donde los participantes recibirían capacitación laboral remunerada mientras reparaban automóviles para ir a los clientes de la organización.
La organización tiene relaciones con empleadores como Napa Auto Parts y AAA, cuyos representantes forman parte de su junta directiva, para ayudar a los graduados a conseguir un trabajo a tiempo completo después de finalizar el programa.
Pero durante la pandemia de covid-19, la cantidad de alumnos que Vehicles for Change podía permitir ingresar de manera segura a sus garajes disminuyó, por lo que Schwartz comenzó a explorar formas alternativas de difundir la capacitación.
Finalmente lo conectaron con la empresa de software HTX Labs, que había creado programas de capacitación en realidad virtual para la Fuerza Aérea de EE.UU. y luego diseñó el programa de capacitación de mecánicos de automóviles para Vehicles for Change.
Además de MCIW, la organización sin fines de lucro también pone a prueba el programa de capacitación de técnicos automotrices de realidad virtual en instalaciones correccionales de Texas y Virginia.
Para los líderes del departamento correccional de Maryland, el programa VR proporcionó una manera rápida y sencilla de ampliar la capacitación laboral en el Instituto Correccional de Mujeres para un campo que necesitaba trabajadores. El departamento penitenciario trabaja “muy estrechamente con el Departamento de Trabajo (del estado) para determinar cuáles son las necesidades de la industria y dónde están las vacantes”, según Carolyn Scruggs, secretaria de seguridad pública y servicios penitenciarios de Maryland.
Varias de las otras prisiones del estado tienen programas prácticos de capacitación mecánica, pero construir un nuevo garaje significa tener que encontrar el espacio y traer equipos costosos, procesos que se complican aún más por las estrictas medidas de seguridad que deben mantener las prisiones. Aunque los cascos cuestan casi US$ 500 cada uno, siguen siendo más accesibles que los programas de capacitación práctica convencionales.
“Al incorporar la realidad virtual, se elimina todo el espacio o los fondos necesarios para construir un salón de clases completo”, dijo Danielle Cox, directora de educación del Departamento de Seguridad Pública y Servicios Correccionales de Maryland, quien supervisa los 26 programas de entrenamiento laboral del departamento correccional.
“Además, les ofrece algo en un par de semanas que les llevaría más tiempo si hicieran prácticas en el aula”, dijo Cox. “Así que podemos hacer que algunas mujeres (…) aprovechen esta oportunidad y realmente salgan y consigan un trabajo tan pronto como sean liberadas”.
Ahora en su tercera cohorte, el programa de MCIW graduó a 15 mujeres desde que comenzó el año pasado.
“Hay algo afuera de aquí”
Las mujeres de MCIW vienen al gimnasio de las instalaciones, que recuerda al gimnasio de una escuela secundaria, para entrenar. Cuando se ponen los auriculares, son transportadas a un taller de reparación de automóviles virtual, donde pueden operar el elevador de automóviles y utilizar varias herramientas.
Cuando completan el programa, las alumnas están preparadas para trabajos como técnicas en lubricación de neumáticos (funciones disponibles en lugares como Jiffy Lube o Mr. Tire) y para el examen de Excelencia en el Servicio Automotriz, la certificación para mecánicos de automóviles reconocida a nivel nacional.
“Creo que lo mejor de esto, para las personas encarceladas, es que pueden escapar de este lugar y les recuerda que hay algo fuera de aquí”, dijo Meagan Carpenter, otra de las aprendices de MCIW.
“Quiero poder mostrarles a mis hijos, especialmente a mi hija, que cualquier cosa que un hombre pueda hacer, nosotras podemos hacerlo mejor o igual”, dijo. “Y quiero ser una buena representante de este programa (…) a veces sólo necesitamos que ese programa tenga fe en nosotros y nos dé una oportunidad”.
Pero, ¿es realmente posible aprender a reparar un auto en realidad virtual sin tener que interactuar con un vehículo real? Carpenter dijo que se siente “100% segura de mis habilidades”.
Y Schwartz dijo que también está seguro del potencial del entrenamiento en realidad virtual. Añadió que, dada la necesidad de trabajadores automotrices, los empleadores a menudo están felices de mostrar a los aprendices cómo aplicar lo que aprendieron en el mundo digital para operar de manera segura en un taller real.
“La realidad virtual será la forma número uno en la que entrenemos los oficios en cinco años en todos los ámbitos”, afirmó. “Esta tecnología va a cambiar ciertamente la capacitación (en prisión), pero marcará una gran diferencia para las poblaciones marginadas que tenemos en este país que no pueden permitirse el lujo de ir a un colegio comunitario para obtener un título en automoción o una escuela de oficios (…) No sólo vamos a llenar el vacío de oficios, sino que vamos a cambiar la pobreza en este país mediante el uso de la realidad virtual”.