(CNN Español) – Una imagen vale más que mil palabras. O al menos eso podrían creen Javier Milei y Nayib Bukele que se vieron cara a cara este sábado en la segunda asunción del presidente de El Salvador a ese cargo.
Es que, si de imágenes se trata, ambos saben mucho. Pareciera que fue hace siglos aquel discurso que Bukele dio de cara a los principales mandatarios del mundo en las Naciones Unidas en 2019. Frente a un auditorio con algunas decenas de personas, Bukele sacó su celular, se tomó una selfie y dio cátedra. “El nuevo mundo ya no está en esta asamblea general si no en el lugar a dónde irá esta foto; a la red más grande del mundo (…) créanme, muchas más personas verán esta selfie que las que escucharán este discurso”, dijo el mandatario en esa oportunidad.
La red más grande de la que hablaba Bukele era X, antes Twitter, y esa foto obtuvo más de 56.000 reacciones. Parece un número moderado ahora si lo comparamos con los 6,3 millones de seguidores que tiene actualmente en esa red social. Sin embargo, ese “momento selfie” en un contexto tan tradicional, dio la vuelta al mundo.
Cuatro años después, en un programa de televisión, el entonces candidato a presidente de Argentina Javier Milei festejaba los likes y las impresiones de una imagen generada con inteligencia artificial en la que un pato abrazaba a un león ―en referencia a la alianza que había entablado con Patricia Bullrich tras las elecciones generales y de cara al balotaje ―.
“Frente al anuncio de Bullrich yo posteé un meme, yo pregunto: ‘¿Alguien vio las métricas de ese tuit?’ Tiene más de 250.000 likes, tiene casi 16 millones de impresiones; solo en mi cuenta de Instagram tiene 1 millón de likes”, vociferaba Milei en ese entonces, dando cuenta del alcance de su mensaje en redes sociales. “Pero no son votos esos, Javier”, le contestaba en ese momento el periodista. Menos de un mes después Milei ganaba con el 55,6% de apoyo.
En esa oportunidad Bukele felicitó al mandatario y mantuvieron una conversación telefónica en la que el salvadoreño le dio algunos consejos. “Le dije que le deseaba que pueda superar el obstáculo del sistema que va a intentar bloquearlo y que no le va a dejar hacer los cambios que quiere hacer”, aseguró en referencia a una coincidencia entre ambos. Y es que, tanto Bukele como Milei, empezaron sus mandatos con una minoría en el Congreso.
La admiración de Milei por el mandatario ya se dejaba ver previo a las elecciones, cuando todavía era candidato, y tomaba a su ahora par como ejemplo. En una entrevista con el conductor Alejandro Fantino en junio de 2023, le decía: “¿Sabes con cuántos diputados y senadores arrancó Bukele? Cero. Entonces, cuando vos sabes lo que hay que hacer, sabes cómo hacerlo y sobre todas las cosas tienes la convicción, haces”.
Bukele llegó al poder con el respaldo del partido GANA, que entonces tenía 11 diputados.
El partido de Bukele, Nuevas Ideas, pudo participar en las elecciones legislativas de 2021 logrando la mayoría absoluta con 56 escaños de 84. En la actual legislatura, Nuevas Ideas tiene 54 de los 60 legisladores.
Los líderes “influencers”
No se puede negar el alcance de los mensajes de ambos presidentes. Con un estilo personalista, priorizando las redes sociales a la hora de comunicar y minimizando el rol de los medios tradicionales, tanto Bukele como Milei comparten características de los líderes de la nueva derecha. Según explica Ana Slimovich, investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, “hay una coincidencia entre los líderes de derecha que tratan de evitar el uso de los medios masivos de los periodistas y tienden a usar más las redes sociales que otros tipos de liderazgos porque de esa manera pueden producir discursos y mensajes que están en el borde con discursos que reproducen sesgo y violencia”.
“Efectivamente las redes sociales permiten el contacto o cierto tipo de interacción con los usuarios comunes, con la ciudadanía que también es aprovechada para hacer crecer su imagen. Los nuevos líderes aprovechan esa instancia de vincularse con el electorado”, agrega Slimovich.
En 2021, Bukele cambió su biografía de Twitter y se describió como “el dictador más cool del mundo mundial”. Por su parte, Milei tiene una nutrida actividad en X con cientos de retuits y likes, incluyendo publicaciones de imágenes generadas con inteligencia artificial, como la que publicó el día que los senadores se aumentaron el sueldo en una votación a mano alzada y los comparó con ratas.
“Hay una apuesta por generar temas de conversación a través de sus posteos y esta apuesta se realiza a través de la exageración, a través de publicar imágenes que no sean usuales; como, por ejemplo, una realizada con inteligencia artificial y de alguna manera mezclar el entretenimiento con la política. Entonces, hay una apuesta ahí a llamar la atención sobre sus propios mensajes en las redes”, dice Slimovich. Y agrega: “Los dos buscan gestos para la mediatización”.
¿Similares o diferentes?
Argentina y El Salvador “son países muy distintos que tienen realidades distintas”, remarca Guillermo Oglietti, doctor en Economía Aplicada y subdirector del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).
Y algo similar decía Bukele cuando le preguntaban si se podían aplicar las recetas de seguridad salvadoreñas frente a los problemas de seguridad en Argentina.
“El Salvador tampoco es Argentina y que hay diferencias entre los problemas de Argentina y los problemas de El Salvador. Incluso el problema de seguridad argentina que existe no es tal vez tan apremiante como lo era en El Salvador y, por ende, las medidas que pueden ser compartidas de parte de nosotros para lo que pueda ser aplicado en Argentina. Pero de repente no tendrían que ser tan drásticas porque no necesitan resolver un problema tan grande como el nuestro“, aseguraba Bukele en esa oportunidad.
Otra de las diferencias que marca Oglietti, a pesar de que a primera vista se pueda ver como una coincidencia, es la competencia de monedas. Cuando Bukele llegó a la presidencia, la única moneda oficial era el dólar. En septiembre de 2021, el presidente oficializó al bitcoin como moneda de curso legal. Bukele “está armando una competencia de monedas. Pero fíjate que la línea es liberarte de la dependencia que te genera la falta de soberanía monetaria”, asegura el economista.
En cambio, la intención del presidente de Argentina es la contraria. Si bien busca una competencia de divisas, “quiere perder la soberanía monetaria”, asegura Oglietti.
Desde el CELAG compararon 18 aspectos económicos de los principales líderes de derecha de la región. En el caso de Milei y Bukele, de los 18 puntos, solo coinciden en cinco. En algunos temas como reducción de la inversión pública, recorte del gasto social, recortes a la salud o educación pública, privatización de empresas públicas o flexibilización laboral, los mandatarios no tienen coincidencias.
“Casi nadie es absolutamente de derecha y muy pocos son de izquierda. La mayoría está en lo que llamamos comúnmente centro, pero en realidad no existe eso, sino que las personas son ‘biconceptuales’. En algunas cosas son de izquierda; y en algunas cosas son de derecha. Y en este tipo de conceptualidad me parece que encaja muy bien Bukele”, explica Oglietti. “Bukele es progresista en un montón de aspectos, él no está obsesionado con el déficit fiscal, no está obsesionado con el recorte del gasto social y así un montón de aspectos. En cambio, es muy de derecha en temas de derechos humanos”.
El valor de una foto
De cada viaje, el presidente Javier Milei trae una foto. “Milei está haciendo estas recorridas muy frecuentes por todo el mundo, tratando de buscar apoyos, pero son apoyos desde las formas, no son apoyos en el fondo”, analiza Guillermo Oglietti.
Por su parte, Ana Slimovich dice que con su presencia en la asunción de Bukele “me parece que Milei está buscando instalarse desde un lugar internacional, y esta visita a El Salvador responde a esa agenda”.
“Me parece que busca una especie de like de Instagram. De la misma forma que hay mucha gente que se fanatiza de por tener un like, de la misma forma que a Milei le encantó haber salido en la tapa de Time a pesar de que el artículo era como mínimo un poco crítico con su gestión. Y, sin embargo, valora más la forma que el fondo”, concluye Oglietti.