(CNN) – La Unión Europea subió los aranceles a los automóviles eléctricos importados de China, lo que generó una reprimenda de Beijing, que ve al bloque como un mercado vital y en crecimiento para su industria automotriz.
Según un comunicado de la Comisión Europea, los nuevos aranceles, de entre el 17,4% y el 38,1%, se sumarán al arancel comunitario vigente del 10%. Con ello, el arancel global más elevado se acerca al 50%.
La decisión provisional es consecuencia de una investigación sobre las ayudas estatales de China a los fabricantes de vehículos eléctricos. La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea, inició la investigación en octubre para determinar si los precios de los vehículos eléctricos chinos eran artificialmente bajos debido a las subvenciones y perjudicaban así a los fabricantes europeos.
La Comisión declaró que su investigación concluyó provisionalmente que la industria china de vehículos eléctricos “se beneficia de subvenciones desleales, lo que supone una amenaza de perjuicio económico”.
El fuerte aumento de los aranceles pone de relieve la postura más protectora sobre el comercio con China que están adoptando Bruselas y Washington. Las autoridades occidentales temen que las importaciones chinas baratas acaben con puestos de trabajo e industrias de importancia estratégica. La Unión Europea también está investigando las ayudas de China a empresas de turbinas eólicas y proveedores de paneles solares.
La Comisión ha aplicado aranceles diferentes a tres grandes fabricantes de autos eléctricos. BYD, que compite con Tesla por ser el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos con batería, tiene el arancel adicional más bajo de 17,1%.
A Geely, propietaria de la sueca Volvo, se le aplicó un arancel adicional del 20%, y a SAIC, otro del 38,1%. En cuanto a los demás fabricantes chinos de coches eléctricos, los que cooperaron con la investigación de la Unión Europea tendrán un arancel adicional del 21%, mientras que los que no lo hicieron estarán sujetos a un arancel adicional del 38,1%.
Tesla, que fabrica muchos de sus vehículos en China, podría recibir una “tasa de derechos calculada individualmente” en una etapa posterior “tras una solicitud justificada” presentada por el fabricante de automóviles, dijo la Comisión.
¿Guerra comercial a la vista?
Es probable que los nuevos aranceles sobre los vehículos eléctricos desencadenen intensas negociaciones entre Beijing y Bruselas para evitar una guerra comercial. La Unión Europea debe decidir antes de noviembre si adopta los aranceles de forma permanente.
La reacción de Beijing a los aranceles “podría desembocar en una guerra comercial (con Europa), que sería devastadora para una región que sigue dependiendo en gran medida de las cadenas de suministro dominadas por China para alcanzar sus elevados objetivos climáticos”, declaró el viernes Will Roberts, responsable de Investigación sobre Automoción de la consultora Rho Motion.
En respuesta al anuncio de la Unión Europea, el Ministerio de Comercio de China acusó al bloque de “crear y agravar tensiones comerciales” y dijo que la medida perjudicaría a los consumidores europeos. Prometió en un comunicado tomar “todas las medidas necesarias para defender con firmeza los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”.
También hay riesgos para los fabricantes de automóviles europeos. Muchos de ellos fabrican sus vehículos en China y luego los venden en Europa, una operación que será más costosa como consecuencia del aumento de los aranceles.
Además, los fabricantes de automóviles alemanes dependen en gran medida de China para sus ventas, y una represalia de Beijing podría hacerles la vida más difícil.
“Es probable que Beijing utilice incentivos y sanciones para crear oposición al caso de la Comisión, con la esperanza de que surja un grupo suficientemente grande de Estados miembros [de la Unión Europea]… para bloquear los aranceles permanentes”, afirmaron analistas del grupo de reflexión Rhodium Group en un reciente documento de investigación.
Por ejemplo, China podría aumentar los aranceles sobre las importaciones de vehículos de la Unión Europea al 25%, desde su nivel actual del 15%, o centrarse en otras exportaciones europeas como el vino y los artículos de lujo, según Rhodium.
Beijing ya inició una investigación antidumping sobre el brandy importado de la Unión Europea y podría imponer aranceles que afectarían a los fabricantes franceses de coñac.
Como alternativa, Beijing podría comprometerse a invertir en los países de la Unión Europea y prometer a las empresas comunitarias un mejor acceso al mercado chino, según los analistas de Rhodium.
Los Estados miembros de la Unión Europea, por su parte, están divididos sobre los aranceles. Mientras que Francia y España están a favor, los políticos y ejecutivos de la industria automovilística alemana se oponen firmemente.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, dijo el sábado que el proteccionismo y el aislamiento “al final solo encarecen todo y empobrecen a todos”. Y añadió: “No cerramos nuestros mercados a las empresas extranjeras porque tampoco queremos eso para nuestras empresas”. Europa es ya el principal destino de las exportaciones chinas de vehículos eléctricos. El año pasado, el valor de las importaciones en la Unión Europea de coches eléctricos procedentes de China ascendió a US$ 11.500 millones, frente a los apenas US$ 1.600 millones de 2020, según Rhodium Group.
La presión para proteger a los fabricantes de automóviles europeos se acentuó el mes pasado, después de que los automóviles eléctricos chinos quedaran prácticamente fuera de Estados Unidos. El presidente de EE.UU., Joe Biden, cuadruplicó hasta el 100% los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos, como parte de un amplio paquete de medidas arancelarias sobre productos procedentes de China, incluidos semiconductores y baterías.
Dadas las prioridades contrapuestas que debían tener en cuenta los funcionarios europeos, no podían ser tan severos en su planteamiento.
En un informe de abril, los analistas de Rhodium Group señalaban que probablemente serían necesarios aranceles de entre el 40% y el 50% “para que el mercado europeo dejara de ser atractivo para los exportadores chinos de vehículos eléctricos”, dados sus costes de producción mucho más bajos.
Por su parte, los fabricantes chinos de autos eléctricos podrían encontrar formas de eludir los aranceles. BYD se comprometió en diciembre a abrir una fábrica en Hungría, país miembro de la Unión Europea. Sería la primera planta de BYD para vehículos de pasajeros en Europa.
Olesya Dmitracova y Mark Thompson, en Londres, y Shawn Deng y Alex Stambaugh, en Hong Kong, contribuyeron con esta información.