(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegará a la cumbre del G7 en Italia con más de 300 nuevas sanciones destinadas a aislar aún más y debilitar financieramente a Rusia.
Las medidas están “guiadas por los compromisos del G7 de intensificar la presión sobre Rusia”, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y marcan la última medida para limitar los ingresos del Kremlin y obstaculizar la capacidad de Moscú de obtener materiales para su guerra en Ucrania.
Las sanciones apuntan a instituciones financieras extranjeras que apoyan la guerra de Rusia, restringen el acceso de Rusia a ciertos servicios de software y tecnología de la información estadounidenses y apuntan a más de 300 individuos y entidades “cuyos productos y servicios permiten a Rusia sostener su esfuerzo bélico y evadir sanciones”, dijo el departamento.
Estados Unidos y sus aliados occidentales impusieron una serie de sanciones contra Rusia en los últimos años, pero el país se adaptó a ellas. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, empezó a regodearse de la resistencia de Rusia a las sanciones internacionales, que tardan en surtir efecto.
“Las acciones de hoy atacan las vías que les quedan para obtener materiales y equipos internacionales, incluida su dependencia de suministros críticos de terceros países. Aumentamos el riesgo para las instituciones financieras que se ocupan de la economía de guerra de Rusia y eliminamos vías de evasión, para disminuir la capacidad de Rusia para beneficiarse del acceso a tecnología, equipos, software y servicios de TI extranjeros”, dijo la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, en un comunicado.
Entre las acciones se encuentra una medida que autorizará al Tesoro a imponer sanciones a las instituciones financieras extranjeras que ayuden a la base militar-industrial de Rusia. La medida amenaza con sanciones a cualquier institución financiera que haga negocios con cualquier individuo o entidad previamente sancionada, incluidos Sberbank y VTB Bank.
“Hoy Rusia se convirtió en una economía de guerra, y mientras Rusia trabaja para construir las armas que necesita, desde tanques hasta misiles y aviones, fundamentalmente no puede construirlas sola: necesita piezas y bienes de otros países y de empresas e individuos que no están en Rusia”, dijo este miércoles un alto funcionario del Tesoro. “Y las acciones de hoy, de ampliar nuestro régimen de sanciones secundarias, harán cada vez más difícil para Rusia obtener acceso a los bienes que necesita de terceros países, y de individuos y empresas en esos países”.
La etapa del miércoles también ampliará las sanciones existentes sobre la venta de semiconductores a Rusia, y expandirá las sanciones económicas para apuntar a países que utilizan tecnologías estadounidenses para producir los tan necesarios chips de computadoras. En particular, la medida apuntará a China, que logró llenar una porción significativa de la base industrial de Rusia y elude las sanciones ya vigentes.
“Lo que hacemos hoy es perseguir aquellos bienes que no sólo son de origen estadounidense, sino también de marca estadounidense, es decir, todos los bienes que se producen utilizando tecnología, herramientas, software y propiedad intelectual estadounidenses, y perseguir entidades en estos países tercermundistas, de forma que se les impida tener acceso a cualquiera de estos bienes (…) para vender cualquiera de estos bienes en Rusia”, dijo un alto funcionario del Departamento de Comercio a los periodistas este miércoles, quien estimó que las sanciones implementadas este miércoles podrían afectar casi US$ 100 millones en artículos de alta prioridad, incluidos los semiconductores.
Otra medida apuntará a los intentos de Rusia de evadir sanciones a través de redes que utilizan “esquemas complicados para mover dinero y otros bienes y activos valiosos”, dijo el Tesoro. Designará a más de 90 personas y entidades que lo harán en Rusia, Belarús, las Islas Vírgenes Británicas, Bulgaria, Kazajstán, la República Kirguistán, China, Serbia, Sudáfrica, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.